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Lazos de familia

Drama Ricky y su familia han estado luchando contra las deudas desde la crisis financiera del año 2008. Afortunadamente para ellos se presenta una gran oportunidad para conseguir tomarse un respiro y optar, incluso, a algo de independencia gracias a una nueva furgoneta. La familia decide crear una franquicia de entregas a domicilio. Es un trabajo duro y que la mujer de Ricky sea asistente no es algo que facilita la situación. Sin embargo, la ... [+]
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Críticas 52
Críticas ordenadas por utilidad
6 de noviembre de 2019
72 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fantástica creación, una película que invita a reflexionar sobre las condiciones precarias laborares y su repercusión en el entorno vital, con mensajes reales y duros, de un sistema que ya no premia el trabajo, si no un día a día, que a uno mismo, solo le conduce a una noche infinita en su interior, en donde no se admiten errores pero a la vez se rentan y multan, para abastecer de likes y billetes un negocio que ayer bien podría haberse llamado: esclavitud.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ylla
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10 de marzo de 2020
41 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es mi undécima crónica de una obra del director obrerista más tenaz de la historia del cine. Si habéis leído las anteriores estaréis ya considerando la posibilidad de acusarme, y con razón, de apologeta "Kenloachista". Lo asumo y estoy orgulloso de militar en el grupúsculo de ilusos denunciantes que, como Ken Loach, siguen creyendo que el liberalismo económico, que barrió con los logros de las luchas sindicales, no tiene en cuenta a las personas, sino es para considerarlas piezas recambiables (cada vez más prescindibles) en su imparable maquinaria devoradora de horas de trabajo esclavo, que regurgita beneficios para cuatro.
El sistema, experto en camuflaje y neologismos, no reconocerá claramente sus intenciones y se ocultará, como en la historia de Ricky y su familia, tras gloriosas ideas: "créate tu propia empresa, nosotros te ayudamos"; algunos incluso, con emprendedora desfachatez, se autoproclaman "colaborativos".

Soy de los que encaja dolorosamente la carga de verdad de documentos como Sorry We Missed You, igual que el enfermo de cáncer acepta la quimio que, a pesar de todo, mejora sus expectativas de vida. Comprendo que los anti-Ken, y anti-Laverty, no sufran lo más mínimo porque no se creen sus "invenciones". "Eso no pasa", dicen; o "no de manera tan evidente", alumbran algunos críticos, "nos habríamos dado cuenta entre festival y festival, rueda de prensa y lunch, AVE y avión...". Entiendo sus dificultades para empatizar. Pero lo que me parece de un partidismo sospechoso es que algunos le acusan, como si Loach fuera un miembro del Congreso, de "falsear cuentas"; otros, que firman en grandes diarios, se ofenden porque "aún no se ha retirado como anunció en 2014, estando tan próximos ya los 84 años". Tranquilos majetes, ese señor no muerde, solo se expresa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sinhué
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26 de octubre de 2019
30 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
La unión entre el director Ken Loach y el guionista Paul Laverty sigue dando buenos frutos, son unos magníficos narradores sobre las injusticias de la gente mas desfavorecida, creando este cine-denuncia tan peculiar que han seguido durante toda su carrera. Historias humanas que impactan en el espectador, calando muy hondo y dándote que pensar a la salida de la proyección.

Los Turner están luchando por sobrevivir. Ricky es un padre de familia en paro bastante abatido. Abbie es una cuidadora de ancianos. Cuando Ricky decide comenzar con una furgoneta propia un trabajo de mensajería independiente, su mala racha debería de cambiar, pero se tiene que enfrentar a otro nuevo reto que es llegar a los objetivos mínimos de entrega algo que hará subir la tensión en la familia. 

Han pasado tres años desde que Loach ganara la Palma de Oro en Cannes por la estupenda "Yo Daniel Blake" ,esta nueva historia esta también ambientada en Newcastle y nos ofrece una evaluación sobre los contratos temporales así como a pesar del agotamiento del trabajo excesivo no mejora la situación en el hogar. Algo que desafortunadamente ocurre en muchísimos hogares.
Destino Arrakis.com
videorecord
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26 de febrero de 2020
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Además de ser una rotunda crítica al régimen de los falsos autónomos y a su falta de derechos laborales, supone también una reflexión más profunda sobre las injusticias que sustentan el sistema laboral capitalista, la explotación, la falta de oportunidades y el cuestionamiento de que con esfuerzo se puede llegar a cualquier parte. Una importante lección para todos los que afirman que los condicionantes económicos y sociales no nos determinan y que la pobreza es culpa de quien la padece porque para salir de ella sólo hace falta trabajar duro. Sólo hace falta ver a esos padres que se parten el lomo 14 horas al día y no salen de su precariedad, que llegan a casa exhaustos y volver a trabajar al día siguiente no les garantiza que vayan a poder pagar todas sus deudas ni a conseguir que sus hijos estudien y tengan un futuro mejor.
Fespina
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8 de diciembre de 2019
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mayoría de las películas de Loach perturban, producen una gran inquietud. Pero en esta, además, te dan ganas decir ¡basta ya por favor, esto es una locura! Loach ha declarado en tono modesto, pero lamentablemente cierto: “Es una gran lucha y una película sólo puede muy hacer poco. En cierto sentido, creo que el público quiere recuperar ese sentimiento de lucha, y espero que al salir del cine digan: basta, esto es intolerable. Sólo entonces podremos empezar a plantar cara”.

El cine-Loach tiene la capacidad de remover, de movilizar interiormente, por que cuenta historias veraces y muy creíbles. Habla de personajes y situaciones que podemos ver en nuestra realidad cotidiana y que provocan la indignación del espectador; también suscitan la vivencia de compasión para tana gente sencilla que apenas aspira a una vida decorosa y a cambio no recibe más que ostias y varapalos.

Cuenta la cinta la historia de Ricky (Kris Hitchen) y su familia. Son una familia que ha luchado duro para salir adelante. El ‘pater familia’ ve una nueva oportunidad como falso trabajador autónomo repartiendo paquetes. Su esposa cuida ancianos y enfermos, y sus hijos, uno adolescente y conflictivo y una niña precozmente madura se resienten de la ausencia de padre. Todo lo cual hace que los lazos familiares entre él, su esposa (Debbie Honeywood) y sus hijos se vayan poco a resquebrajando.

Loach plantea un auténtico drama social, que tiene su sustento en un trabajo actoral estupendo, como estupendos son Kris Hitchen y Debbie Honeywood. Son actores desconocidos que parecen personas comunes, personas de la calle pero que hacen unos trabajos interpretativos admirables.

Loach, a sus 83 años sigue fiel a sus principios de viejo marxista, es el Loach que ya conocemos. En este film lo que cuenta es lo mismo que vemos al asomarnos a algún servicio de paquetería en bicicleta, en moto, en camioneta, servicio urgente y mal pagado con actores veloces y estresados que cuando llegan al domicilio con la lengua fuera y no está el receptor del paquete tienen que dejar con angustia ese escrito que da título a la película: ‘Sorry, we missed you’.

Es loable el excelente guion de Paul Laverty, el habitual colaborador de Loach, que utiliza escenas rápidas, una presurosa cámara, diálogos al límite del vértigo, plano y contraplano, todo bordeando el melodrama. Un cine vivo, urgente, un cine para levantar conciencias y alzar la voz, protestar, rebelarse contra esta locura en que se ha convertido la vida moderna del consumo voraz a domicilio. Una filmación sensacional donde Loach rueda con naturalidad, logrando encuadrar en un mismo plano la afligida existencia de toda una familia.

Es un film que desvela los entresijos de esa denominada “nueva economía colaborativa”, concepto muy engañoso tras el cual se pueden descubrir los crueles ambages del capitalismo más salvaje; donde ciertas empresas tratan a los trabajadores peor que los señores feudales a aquellos vasallos del medioevo.

Declaró no hace mucho el director británico lo siguiente: "Según el proyecto neoliberal, la mano de obra debe ser vulnerable, porque así aceptará salarios bajos, contratos basura y trabajos temporales. Y para que el trabajador siga siendo vulnerable hay que hacerle creer que tiene lo que merece. Ese es el secreto: recordar a los humillados que la culpa es suya. Porque si la culpa fuera del sistema habría que cambiarlo, y eso, de momento, no interesa". Y esto es lo que ocurre a nuestro alrededor, la precariedad del trabajo precario que va cada vez a más precariedad. Lo que Loach nos muestra en la pantalla es tan indiscutible como inhumano.

Concluyendo: la ‘tesis’ del film es la enorme dificultad para frenar la injusticia, dado el fenómeno tan actual de que cada vez más trabajadores se convierten en 'emprendedores' de su propio infortunio. Entonces, como dice Loach, es el trabajador quien se labra su propia desgracia, no el sistema. Pero esto, como cualquiera con buena voluntad puede concluir, es una gran farsa.
Kikivall
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