Hambre

Netflix nos ofrece una total sorpresa entre sus estrenos de abril. Se trata de la película tailandesa dirigida por Sitisiri Mongkolsiri y que protagonizan Chutimon Chuengcharoensukying y Nopachai Chaiyanam sobre los excesos de la alta sociedad, la obsesión y los ideales llevados al mundo de la cocina.

Estamos ante una película bastante sólida en su resultado final, es una apuesta bastante interesante la que nos proponen con una astuta puesta de escena por parte de su director, quien logra sumergirnos en esta experiencia de querer encontrar la perfección sin miedo a pasar los límites de lo correcto y lo racional. Siguiendo la moda puesta en el último tiempo de hacer una ardua crítica a los excesos de la alta sociedad, es que Hunger encuentra su propio camino para darnos una interesante mirada de ser pobre y rico en el mundo de la comida y la satisfacción que esta produce en ambas clases sociales.

Es cierto que se alimenta de ciertas cosas de Parásitos o de The Menu, pero esta película tailandesa es capaz de mantener su propio lenguaje y su propia intención a la hora de presentarnos una historia que se va cocinando a fuego lento con dos impecables actuaciones por parte de sus protagonistas.

Uno de los grandes aspectos que te logran satisfacer de esta película es la buena dirección de actores que logra su director, en donde hace brillar de forma contundente a sus dos personajes que, como mencionaba anteriormente, están interpretados con toda prestancia por parte de Chutimon Chuengcharoensukying en la piel de Aoy y de Nopachai Chaiyanam en la piel del Chef Paul. Ambos intérpretes llevan al máximo a sus personajes dándole sustancia y contundencia que terminas interesándote en ambos de igual forma.

Por parte, su guion, en especial su primera hora, es bastante contundente e interesante, lo que permite que te enganches de manera contúndete con la historia que nos están proponiendo, pero también sufre en lograr mantener la contundencia a lo largo de sus 130 minutos de duración. En su segunda mitad la película sufre un tanto con la inestabilidad de poder llevar el buen camino hasta su clímax final, pero en nada hace que termines disgustado con lo que estamos viendo. Es una película que siempre logra entregarte una incomodidad, lo que hace que tengas una constante interacción con lo que estamos viendo, ya sea en su mejor momento o en los momentos más débiles de su guion.

Una propuesta y una película totalmente recomendada que para los que buscan algo distinto para ver es una muy buena propuesta de cine tailandés, una grata sorpresa que nos trae Netflix y un cine que en general siempre logra sacar películas que valen la pena ver.

Sumario

Una película vistosa (y muy extensa), con varios aciertos estéticos y una buena actuación de su protagonista pero que resulta maniquea, sentenciosa y algo demagógica en la presentación y resolución de las oposiciones sociales y de otros tipos que plantea, dejando un mensaje acaso reaccionario.

Reseña

Aoy trabaja como cocinera de un modesto restaurante familiar en las afueras de Bangkok hasta que recibe la propuesta de integrarse a un equipo de cattering de alta cocina llamado Hunger.

La frente de Hunger (Hambre) se encuentra el teatral Paul, un chef despótico, violento, despiadado y resentido (onda Masterchef pero con sadismo explícito). Aoy ve la oportunidad de aprender, desplegar sus dotes culinarias y mejorar económicamente para ayudar mejor a su familia, de la que es virtual cabeza a costa de soportar el maltrato.

Lamentablemente, todas las oposiciones que plantea Hambre se muestran de manera esquemática, maniquea: los pobres (incluidos los cocineros) versus los disipados y caprichosos multimillonarios clientes de Hunger, la pretenciosa alta cocina (Paul realiza una puesta en escena muy teatral de sus catterings) versus la noble cocina familiar, la competitividad masculina versus la piedad femenina. Nuevamente estamos ante relato sobre una conflictiva y competitiva relación maestro-alumna, con una sucesión de hechos seguidos meticulosamente de la respectiva moraleja en boca de alguno de sus personajes.

El director Sitisiri Mongkolsiri realiza una puesta en escena vistosa, por momentos operística (aunque a veces roce lo kitsch para una mirada occidental), donde cada plato de raigambre oriental conforma un cuadro muy bello, potenciado por la puesta en escena que realiza el chef; genera nuestra admiración visual, pero al mismo tiempo, en general no sabemos en qué consiste cada uno e irónicamente no despierta nuestro apetito (lema empresarial de Paul). Acaso todo genere más interés entre quienes aman cocinar.

Cabe destacar la sobria actuación de la bella Chutimon Chuengcharoensukying como Aoy, en un personaje que debe abrirse paso a través del maltrato, las demandas familiares, un trabajo sumamente competitivo y una vocación inclaudicable.

En suma, aciertos estéticos en una película vistosa (y extensa) pero que resulta sentenciosa, maniquea y algo demagógica en la presentación y resolución de las oposiciones sociales y de otros tipos que plantea, dejando un mensaje acaso reaccionario.

Consigue muy bien engancharte este drama ambientado en el mundo de la alta cocina durante sus casi dos horas y cuarto. Últimamente, se estrenaba entre nosotros la película americana "El menú", pero siempre recordaré un film alemán titulado "Deliciosa Martha" del que hicieron un remake con Catherine Zeta Jones titulado "Sin Reservas", todos tienen un denominador común, un Chef obsesivo, meticuloso y tirano.

Aoy, trabaja como cocinera sirviendo wok, en el restaurante de su padre, prepara una receta de fideos que le dio su abuela, que tienen mucha aceptación. Cuando aparece en el lugar un ayudante de un chef muy reconocido y prueba su plato, queda maravillado y le da una tarjeta. Aoy piensa que es una gran oportunidad de triunfar y consigue hacer una prueba... El camino no va a ser fácil.

Las expectativas son demasiado altas de este chef llamado Paul, un dictador en toda regla que abusa de sus empleados de las formas más crueles, humillándoles y faltándoles al respeto de las formas más despreciables. Pero su fama le precede y le contratan continuamente gente muy rica y poderosa que no escatiman en pagar verdaderas fortunas por probar sus exquisitos platos.

El director Tahilandes Sitisiri Mongkolsiri ("Krasue: Inhuman Kiss") muestra la cara amarga de estos excesos para conseguir la fama, haciéndote reflexionar también sobre este mundo de la cocina, así como las clases altas a las que está dirigida. La estética y puesta en escena es brillante y los dos protagonistas están sobresalientes, algo que hace que la historia te resulte de lo más interesante.

Choca mucho ese ambiente militar en una cocina de este tipo, en la que hay que rendir pleitesía al chef en todo lo que diga y haga. Dentro de esta aura despiadada vemos como el egocéntrico Chef Paul parece que no tiene corazón al cocinar, algo que le sobra a la protagonista Aoy que cocina con amor y cariño.
Destino Arrakis.com

Ok, le ponen un drama al tema, que lo siento un poco exagerado, eso de Hell’s kitchen y otros concursos de cocina de tv como que le han lavado el cerebro al guionista, vamos que no es para tanto. La película es pasable, como para ver algo diferente, pero en realidad nada de muy poco, le vamos a poner un 5 tirando a 4 porque estamos de buenas pero al final es perder el tiempo.

Interesante cinta que aborda el tema de la comida desde una perspectiva crítica, la cinta comienza de forma interesante, el mundo de la alta cocina visto desde adentro, desde la cocina misma y el mundo de los grandes chefs y su relación con la clase alta, los estrato sociales adinerados son puestos como el eje central de la película y su relación con el mundo gourmet.

Me gustó el inicio, los personajes quedan bien definidos desde el comienzo y la idea del director es buena, desarrolla una fuerte crítica social hacia el mundo de la alta cocina y caricaturiza a la sociedad consumista y superflua, mostrándonos un universo lleno de banalidades, excesos y bajezas, mientras la alta cocina termina incrustada dentro de este contexto social de una manera grotesca.

Hasta la mitad del filme todo iba bien, pero al final la historia decae, los personajes terminan terriblemente caricaturizados, se pierde mucho de lo que prometía el film y termina por ser algo muy predecible, con situaciones que caen hasta en lo ridículo y llenas de fantasía, aunque entretiene, pero pasa de ser un filme de denuncia social, a uno sumamente infantil.

Y el final tiene una parte que me dio hasta risa, pero lo cuento en el spoiler.