Gigoló: El precio del éxito

Lo que más me sorprendió de Servicio de compañía fue el trabajo de Mick Jagger. Me resultaba complicado creer lo que estaba viendo. Ataviado con traje e intento de parecer un respetable agente de gigolós, me recordaba a esos gays que se hacen mayores y se resisten a ser abandonados por la juventud de que disfrutaron en tiempos pretéritos. Incluso creí intuir un cierto amaneramiento en sus andares. Tal vez, solo tal vez, demasiados años de contoneos convulsos sobre un escenario hayan dejado su huella.
Andy García, en su papel de escritor y acompañante de señora adineradas, se presenta limitado en registros: Misma cara inexpresiva y aspecto de niño bueno, común a la mayoría de sus trabajos. A pesar de ello, debo reconocer que la película tiene algo que mantiene tu atención ya desde los primeros minutos. Desarrollo y desenlace poco convencionales, la convierten en un film entretenido y por momentos incluso sorprendente. Agradable de ver. Mi valoración, un notable.

Me ha gustado volver a ver a James Coburn. Mick Jagger esta a la altura de su papel, irreconocible diría yo, sin el look de rockero erosionado que caracteriza a los Stone.

Definitivamente su punto fuerte estan en el guión y especialmente que no tiene un final predecible. La historia me engancho y tiene un desarrollo constante, aunque en algunos momentos necesité acelerarla para mantenerme entretenido.

Te da ganas de abrazar a este tipo que tiene que prostituirse para mantener a su familia. Te provoca compasión y a uno le da por pensar que quizás algún día tenga que hacer esto para sobrevivir, quién sabe, y más cuando un servidor se dedica también a escribir. La historia se sigue con interés y los actores están a la altura. La sorpresa está en que nos encontramos al mítico Mick Jagger, el de los Rollings, sí, en un papel de gigoló sentimental que borda como si tuviera una larga carrera como intérprete.

La película tiene a su favor un espléndido reparto tan extraño como eficiente. Tener en una misma película a Andy García, James Coburn, Anjelica Huston o Mick Jagger no es boca de pavo... Y si a todo eso le sumamos un guión eficaz y un argumento como mínimo interesante, la propuesta bien merece un vistazo.

El argumento es algo chocante, aunque no por ello inverosímil: Byron Tiller, un escritor en horas bajas (Andy García), casado y con un hijo pequeño, no consigue reflotar su carrera tras una primera novela. En estas dificultades se encuentra cuando aparece su salvador (Mick Jagger), dueño de un peculiar negocio que le ofrece una salida: alquilarse como gigoló para mujeres ricas. ¿Y por qué no? Un trabajo a espaldas de su mujer le permite encontrar un poco de estabilidad a su vida y, tal vez, la inspiración que necesita para volver a escribir.

La película funciona bien, en parte gracias al trabajo de los actores y en parte a la misma historia que te va atrapando poco a poco y a ciertas dosis de humor que le quitan hierro al asunto. Mick Jagger y James Coburn están muy creíbles en sus papeles, y Andy García, también aporta cierta fragilidad y entereza a su personaje. Realmente algunos diálogos entre los personajes te hacen esbozar una sonrisa, como cuando uno de los compañeros de trabajo del protagonista define su profesión.

Sin embargo, el final se vuelve algo previsible: ¿era necesario ese "happy end"? ¿Llevar la película por esos derroteros tan vistos? Ese final estropea un poco lo que habría podido ser una película notable. Falta de valentía.

Había leido la sinopsis y el guión me parecia una idea extraordinaria. Además, el hecho de que uno de los actores fuese Mick Jagger, hacía que sintiese más deseo de verla. Solo era por curiosidad, no esperaba tampoco mucho, pero me he encontrado con una película que desde el principio consigue enganchar al espectador. Andy Garcia realiza un papel extraordinario, aunque el mejor del reparto sin duda es un Mick Jagger que sorprende desde su primera aparición, con un papel totalmente alejado de lo que representa con los stones y que demuestra que además de ser una estrella del rock puede llegar a ser un actor que hace sombra al mencionado Andy Garcia, a Angelica Huston o al mismo James Coburn.
Lo que menos me ha gustado de la película y por lo cual la he bajado puntos, han sido los últimos 15 minutos. Por un momento, la película da un giro drástico y parece que el final sorprenderá a todos los espectadores, pero de pronto ocurre lo que en muchas otras películas americanas, convirtiendo lo que podría haber sido una obra maestra de George Hickenlooper en otra fábula de las que ya hemos visto miles.