La cautivadora

Discreto pero entretenido western humorístico que nos cuenta la historia de una mujer que llega a las tierras del Oeste, contratada como cantante de ópera por Charles Coburn, único y multimillonario dueño del pueblo y alrededores.
Se encontrará con que los dos nietos del ranchero, se odian a muerte y que el pueblo, toma partido por uno o por otro, en previsión del fallecimiento del abuelo y rezando por no equivocarse de líder ganador, sabiendo que, a su muerte, se desencadenará la guerra entre los dos primos y sólo uno sobrevivirá.
Naturalmente, los dos se enamoran de ella, lo que no hará más que agravar el conflicto. Tiene que encontrar una solución sin que se maten entre sí.
Comedia simple y discreta, tiene algunos momentos simpáticos,( los tres narradores borrachines, me caen muy bien), y ver a Charles Coburn, para mí siempre es un placer. Yvonne De Carlo, guapísima por supuesto, pero a la historia, le podían haber sacado más enjundia, o haberla hecho más mordaz. Para pasar el rato.

Curioso y divertido western rodado a mayor gloria de la exuberante Yvonne De Carlo que se hace pasar por una cantante de ópera en el lejano Oeste y provoca el enfrentamiento entre dos hermanos ricos que aspiran a su mano.
La historia (contada a través de flashback cuando el Oeste ya se ha modernizado) no es nada del otro mundo pero tiene momentos divertidos y la encantadora Yvonne brilla con luz propia, cantando y bailando dos piezas: una canción irlandesa ("Clancy Lowered the Boom"), y la tradicional "Frankie y Johnnie".
A destacar también la presencia del gran Charles Coburn, en el papel de patriarca de la familia, que llena la pantalla y da buena réplica a De Carlo.
Por contra, tanto Scott Brady como John Russell, no dan la talla como galanes vaqueros aspirantes a la mano de la bella dama.

Simpática comedia de ese subgénero, muy habitual en los 40 y 50, ambientado en un Oeste completamente inverosímil, donde el "saloon" está decorado siempre con muebles de terciopelo rojo y las chicas que ahí trabajan sólo cantan o toman algunas copas con los vaqueros.

El añadido es que la historia está narrada por varios personajes diferentes, a veces contradiciendo a los anteriores.

Un poco de comedia, un poco de acción, una protagonista con carisma - al contrario que los galanes masculinos, muy poco memorables - y un tipo de cine sin muchas pretensiones, pero siempre entretenido y con el añadido de la nostalgia.

A las puertas del Museo O'Hara un periodista desea hacer un artículo sobre esta familia de origen irlandés que, al parecer, tuvo una importancia decisiva en la historia de Arizona. Por eso considera fundamental entrevistar a las personas que los conocieron personalmente. Surge así una amena conversación, whisky por medio, con tres simpáticos abueletes, cada uno de los cuales ofrece su versión particular de los hechos que, sin ser contradictorias, ofrecen diferentes puntos de vista al "estilo Rashomon" del gran Kurosawa.
En esencia se trata del artificioso enfrentamiento entre dos nietos del todopoderoso patriarca de la familia, el General O'Hara (Coburn), que compiten ahora por la mano de una inteligente "cantante de ópera", Lillian Marlowe (De Carlo). El pueblo entero se halla dividido entre Lee (Brady) y Grant O'Hara (Russell) que se odian a muerte, "¿Cuántos O'Hara hay por aquí? -Uno de más", y pelean por cualquier cosa como exige su origen irlandés, "Son O'Hara. No les hace falta tener un motivo para reñir".
En una sociedad patriarcal, "Son mujeres, deben estar encantadas. -Si, siempre que hagan lo que les mandemos", una vez más una mujer se erige por su astucia en la auténtica protagonista al saber capear los enfrentamientos de los primos. Eso sí, con la ayuda del General, "¿Cómo se encuentran sus nietos? -Siguen vivos".
Comedia elegante, ambientada en el Oeste que cuenta sobre todo con un buen guion y chispeantes diálogos. Excelente ambientación donde vemos lo que luego conoceremos como el sillón de "Emmanuelle", un par de piezas musicales donde se luce De Carlo, que se alza con Coburn por muy por encima de los "primos" en lo que se refiere a las interpretaciones.
Cinta interesante que merece darle un vistazo. No siempre una mujer, con su inteligencia y su mano izquierda, es la que conduce la situación entre tantos y tan poderosos hombres.

Entretenido western menor que casi casi es una comedia. Es un western, claro, tiene todos sus elementos, pero la historia está narrada no desde la violencia áspera sino desde el punto de vista romántico de una mujer que se encuentra en medio de dos rudos hombres dispuestos a matarse por ella.

La cinta es liviana y no tiene nada realmente destacable, aunque el aspecto técnico es competente habiendo muy buen gusto para el vestuario, peluquería y decoración de interiores.

Pero todo es mediocre desde el puro entretenimiento, siendo olvidable al cien por cien, por mucho que el guión, ¡oh, sorpresa! estuviera nominado al mejor guión estadounidense del año.

Pero todo lo que sucede está narrada de forma más o menos simpática, pero sin mayor calado ni interés.
Tan sólo está bien, por la puesta en escena, la pelea final a puñetazos entre los dos primos. Está muy bien coreografiada e induce a la sonrisa. También está conseguido lo que sucede en el teatro donde la protagonista finalmente actuará.

Por lo demás, y aparte de la agreste belleza de las tierras de Calabasa, California, donde se rodaron los exteriores, sólo destacaría el buen trabajo, norma de la casa, de Yvonne de Carlo, una gran actriz que hizo muchas medianías como ésta.

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