Howl (Aullido)

'Howl' tiene los elementos suficientes para contentar al asiduo al género del terror. Atmósfera de misterio y miedo. Una ambientación nebulosa, nocturna. La sensación de que no hay escapatoria, de lucha por la supervivencia sobreponiéndose al horror. Secuencias agobiantes. Una banda sonora efectiva. Y personajes insoportables cuya muerte se disfrutará con palomitas.

Si buscas una de terror, ésta es buena opción. Es simple y no aspira a ser gran cosa, pero como entretenimiento de serie b está bien.

Resultan curiosos los primeros minutos de la película. Nos muestran como el protagonista, revisor de un tren, va visitando a los pasajeros para ver sus pasajes. La presentación de cada personaje viene con una lectura sarcástica, y cierta, del ciudadano actual: gilipollas, maleducado, enfrascado en el trabajo, el móvil, la comida… ajeno a las personas que lo rodean, solitario e irritante. Cuando la cosa se pone fea, sale otra cara también muy conocida: cada pasajero cree tener razón, todo lo sabe y todo lo entiende, además de creerse superior intelectualmente con respecto a los demás. Siguen igual de insoportables. Pero cuando comienzan las muertes… es otro cantar. El valiente deja de serlo, las caras de superioridad se transforman en lloros balbucientes. Y, como para terminar de criticar el comportamiento humano y su tendencia a prejuzgar, resulta que el joven callado y el revisor del tren, catalogados como problemático y fracasado respectivamente, son los que tienen las ideas y el valor, los que actúan con calma, lógica y buscan soluciones.

Pese a esa interesante muestra de comportamiento social, e incluso la evolución de los personajes, tampoco logra escaparse del todo de poder ser estos reducidos a meros estereotipos. También se torna predecible, especialmente si has visto otras películas de planteamiento similar. Pero oye, cumplir cumple. Y tiene un toque británico a lo '28 días después' (puede que más a la secuela) que le da un punto de emoción e intensidad en su recta final.

Aceptables efectos especiales, con unos hombres lobo reinventados un tanto irrisorios en su aspecto pero siendo la transformación a medio camino vistosa y divertida.

Casi todo está inventado en las películas de terror en las que desconocidos intentan asaltar un lugar cerrado, y en este caso han intentado darle una pizca de originalidad introduciendo como asaltante hombres lobo y un tren como cobijo desesperado. Por lo demás, tanto en desarrollo como en desenlace, no encontraremos nada sorprendente, pero con un ritmo in crescendo muy acertado y algunas escenas ciertamente escalofriantes, consiguen meternos de lleno en una lucha por la supervivencia que cae en muchos tópicos del género, y aún así resulta absorbente. Unos actores desconocidos sufriendo en una única localización sin apenas presupuesto hacen que aún tenga más valor este turbador divertimiento.

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Película de serie B, de esas que me encantan. Y mira, me quedé viéndola sin dormirme, y eso tiene su mérito, ya que eran altas horas de la noche y estaba cansada. No estaba segura de darle al play por lo que pudiera pasar -en plan, pérdida de tiempo cuando debería estar leyendo- pero me alegro de haber pulsado la tecla mágica.

Paul Hyett es un colaborador habitual en las cintas de Neil Marshall, director de agradables sorpresas dentro del genero <<terror>> o temas de ese estilo como Dog Soldier, la magnífica The Descent (que he visto por lo menos diez veces) o Doomsday. Todas con un estilo muy peculiar. Hyett suele trabajar como especialista en efectos especiales y haciendo maquetas. También es un director bastante <<oscuro>>, a parte de este, tiene unos pocos filmes más, entre ellos The Seasoning House de 2012.

La que nos ocupa, Aullido, nos traslada a un bosque interminable, que es lo que debe cruzar el tren para volver a Londres. Durante el trayecto hay diferentes paradas -no muchas- y casi toda la acción se vive dentro del tren, lo que la convierte en una perfecta y angustiante agonía. Los personajes son muy variados, pero cumpliendo las normas de estas películas. Como diría el bueno de Wes Craven, los Slasher o todas las películas de estas características tienen sus normas y deben cumplirse, y yo siempre estoy de acuerdo con esa premisa. Entre otros, vamos a encontrar a la típica veinteañera chulita, hablando a todo volumen por el móvil; el gordo que no para de comer comida basura; el tío de mediana edad que sigue estando bueno, pero que es un mamón; el tío bueno veinteañero que es más listo de lo que aparenta; el veinteañero estudioso y que no para de leer; la mujer de clase media/alta trabajadora; la pareja de viejecitos que no se separa nunca y por supuesto, los trabajadores del tren. Durante el trayecto de vuelta a casa el tren sufre un parón, que descubren que es por un ciervo atropellado. Fuera llueve y hace frío. Empieza a estar oscuro y hay algo acechando. Sin contar detalles aquí, os puedo decir que merece la pena verla. Tiene sus fallos (o no) que contaré en zona spoiler. En resumen, se deja ver, mantiene la tensión y se hace muy corta. Algunos actores son conocidos para los que nos gusta este cine.

Ed Speeler es Joe, el revisor (aparece en Dowtown Abbey).

Holly Weston es Ellen (es Ahs Kaine en la serie Hollyoaks)

Sean Pertwee es Tony, el maquinista.

Shauna Macdonald es Kate (trabaja como protagonista en The Descent 2005; The Descent: parte 2, 2009).
Elliot Cowan es Adrian (aparece en Alejandro Magno, 2004; Da Vinci´s Demons como Lorenzo de Medici, 2015).

Sam Gittins es Billy.

Rosie Day es Nina (entres otros, aparece en Outlander en 2016).

Duncan Preston es Ged.

Ania Morson es Jenny.

Calvin Dean es Paul.

Brett Goldstein es David, el supervisor.

La fotografía corre a cargo de Adam Bidle y la verdad es que es bastante buena.

La banda sonora es de Paul E. Francis y está bastante bien también.

El guion fue escrito por Mark Huckerby y Nick Osther.

Los exteriores del bosque se grabaron en el Black Park Country Park y la verdad es que es impresionante. Los interiores se grabaron en Croydan, Londres y en la estación de Waterloo en Lambeth.

Esta es su segunda película como director, pero Paul Hyett todavía no le ha dado su sello, todavía intentado hacerse un lugar dentro del complicado mundo de la dirección de poco presupuesto.

El terror licántropo está bastante visto ya y son pocas las novedades que nos ofrecen a los amantes del género para apagar las ganas de ver terror en alta calidad.

La trama la verdad es que arranca de una manera bastante buena, que el escenario sea un tren me parece un acierto, esa penumbra y esa atmósfera que intenta crear le da un toque serie B que sin serlo puede llegar a seducir a más de uno, ahora sólo falta que tenga algo más a favor y no todo estará perdido. Pero esto.... no ocurre, la película que queda estancada no es capaz de innovar nada más, se queda vacía y empieza el retroceso.

Para empezar tenemos a un grupo de actores bastante malo, ninguno de ellos está a la altura de las circunstancias, pero todo ellos caen en los mismos errores, todos son planos, sin personalidad, poco creíbles y con unos diálogos que bien podrían ser de nuevo revidados. La película avanza pero no con ella la historia, uno tras otro se agolpan los momentos irrelevantes, la historia no provoca terror, no causa angustia sólo estamos esperando que aparezca el malo y veamos si también hay que sacrificarlo, y una vez que se muestra nos deja con la duda de si estamos ante una película de hombres lobo o de vampiros, la verdad es que no están muy definidos, por un lado tienen un cuerpo de mazao de gym y por otro cara de vampiro, por que la risa puede ser una vía posible para pasar el bache.

Como conclusión podemos decir, que la película realmente da lo que ofrece, no decepciona porque no tiene pretensiones, se pasa bien, se olvida al momento y no causa pesadillas.

Lo mejor: Su arranque de penumbra
Lo peor: El camino que va tomando
Recomendada : No

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@cineypunto

Interesante film licantropico, alejado de las estupideces metrosexuales y tronistas de la saga "Crepúsculo", para devolvernos al máximo depredador del ser humano. Un tren regional, en este caso, es la víctima de los aullantes.

Los pasajeros, aislados, deben combatir al peligro exterior pero también al interior, en forma de miseria y mezquindad del ser humano, para poder sobrevivir. El director bebe de los filmes de Carpenter y realiza un análisis exhaustivo del comportamiento humano bajo una presión extrema y vital. Egoísmo frente a sacrificio, inteligencia frente a respeto, clasismo frente a igualdad.

El resultado es un film nada aburrido, que mantiene la tensión, desasosegante, con aceptables efectos especiales y que sabe rodar en lugares tan cerrados como un vagón de tren.

Un soplo de aire fresco al atribulado mundo de la licantropía fílmica.