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Ciencia ficción. Drama. Aventuras
Al ver que la vida en la Tierra está llegando a su fin, un grupo de exploradores dirigidos por el piloto Cooper (McConaughey) y la científica Amelia (Hathaway) emprende una misión que puede ser la más importante de la historia de la humanidad: viajar más allá de nuestra galaxia para descubrir algún planeta en otra que pueda garantizar el futuro de la raza humana. (FILMAFFINITY)
19 de abril de 2015
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
La física cuántica y la astrofísica entran en el cine y no podía ser de la mano de alguien convencional.
El proyecto lo llevó a cabo Christopher Nolan, amigo de la imaginación y con la mente lo suficientemente abierta como para plasmar en imágenes lo que es un agujero negro o un agujero de gusano y que nos adentra en una aventura espacial de órdago, visualmente difícil de superar - casi a la altura de 2001- y en una epopeya, una montaña rusa de emociones que te hará pasar unas inolvidables tres horas sentado en la butaca.
Han cambiado los tiempos, pero no las preguntas. ¿De dónde venimos?, ¿adónde vamos?, ¿qué hacemos aquí?.
No son preguntas que tengan fácil respuesta, ni siquiera es seguro que tengan alguna respuesta, pero el gran mérito de Kubrick y de Nolan es intentar responderlas.
En este caso, el amor como energía positiva capaz de crear salidas inesperadas a problemas que parecen irresolubles nos recuerda a aquel monolito que marcó época en 2001.
Casi tres horas de asombro hacen que por películas como ésta ame el séptimo arte y a ellas les debo estar escribiendo ésto ahora mismo. Lo que más aprecio de esta maravilla que es el cine es que cuando salgas de la sala sientas que has visto algo nuevo, fresco y original, que estés emocionado después de verla, que te sorprenda, que te haga reflexionar y que te haga soñar después de tantos años con la infinidad del universo.
Valoración: 10/10
El proyecto lo llevó a cabo Christopher Nolan, amigo de la imaginación y con la mente lo suficientemente abierta como para plasmar en imágenes lo que es un agujero negro o un agujero de gusano y que nos adentra en una aventura espacial de órdago, visualmente difícil de superar - casi a la altura de 2001- y en una epopeya, una montaña rusa de emociones que te hará pasar unas inolvidables tres horas sentado en la butaca.
Han cambiado los tiempos, pero no las preguntas. ¿De dónde venimos?, ¿adónde vamos?, ¿qué hacemos aquí?.
No son preguntas que tengan fácil respuesta, ni siquiera es seguro que tengan alguna respuesta, pero el gran mérito de Kubrick y de Nolan es intentar responderlas.
En este caso, el amor como energía positiva capaz de crear salidas inesperadas a problemas que parecen irresolubles nos recuerda a aquel monolito que marcó época en 2001.
Casi tres horas de asombro hacen que por películas como ésta ame el séptimo arte y a ellas les debo estar escribiendo ésto ahora mismo. Lo que más aprecio de esta maravilla que es el cine es que cuando salgas de la sala sientas que has visto algo nuevo, fresco y original, que estés emocionado después de verla, que te sorprenda, que te haga reflexionar y que te haga soñar después de tantos años con la infinidad del universo.
Valoración: 10/10
