John Grisham fue uno de los escritores que más best-sellers vendió en la década de los 90, gracias a sus historias sobre juicios y abogados. Tal fue su éxito que numerosas adaptaciones se hicieron para el cine con una gran ganancia en taquillas. Algunas de sus obras son "El cliente", "La tapadera", "El informe pelícano", "El jurado" o "Tiempo de matar". Grandes éxitos de ventas y de cine.
En esta ocasión no nos podíamos quedar atrás con otro gran éxito. Tal vez no sea una gran película en lo que se refiere a calidad cinematográfica, pero sus historias de abogados y problemas entre juzgados siempre tienen algo que despierta mi interés y me pega a la pantalla.
En esta ocasión se nos presenta a un joven abogado que acaba de aprobar la carrera, y que se encuentra frente a un caso enorme y complejo. Un caso en el que un joven que sufre leucemia denuncia a la empresa de seguros que le haya quitado la cobertura sanitaria. La empresa es una de las más poderosas del país, y cuenta tras de sí con un gran equipo de abogados que le harán imposible el trabajo al joven letrado.
La historia entretiene y te pega al asiento, para poder ir descubriendo poco a poco como ese joven tiene su futuro sentenciado a una muerte segura, debido a que su seguro no quiso pagar el tratamiento que tanto se merece y que tiene contratado.
Una trama que se mete de lleno en la boca de esas empresas que tienen a todos sus clientes solo como números y que no piensan que son vidas. Una trama que además nos presenta la cara de atrás de esos despachos de abogados que solo piensan en sus ingresos sin ponerse en la piel de los más desfavorecidos, aun sabiendo que lo que están defendiendo no es ético.
Un reparto impresionante se une a este proyecto encabezado por un joven Matt Damon, y acompañado por Danny DeVito, Claire Danes, Jon Voight, Danny Glover o Mickey Rourke entre otros. Todos están fantásticos en sus papeles y nos regalan brillantes interpretaciones.
En fin, "Legítima defensa" es un film que entretiene y engancha gracias a su historia de juicios. Un film al más puro estilo John Grisham que te adentra en el mundo de los letrados, dirigido por el brillante Francis Ford Coppola que vuelve a demostrar el talento que tiene.