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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
6
Drama Raša, joven deslenguada y corpulenta, destila energía por los cuatro costados. Capaz de empaquetar más lechugas que nadie, y en tiempo récord, en la fábrica en la que trabaja, aporta a su hogar (compuesto por ella y un padre con la espalda lesionada) su sueldo y su desvergonzada alegría. Cuando su padre parte a Noruega y los recortes la dejan en el paro, Raša no se queda mano sobre mano. Lo suyo es la acción y el movimiento constante. ... [+]
12 de diciembre de 2013
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Come, duerme, muere se inserta en una Europa desencantada, la misma que unas décadas atrás hablaba en términos de interculturalidad, moneda común y otros espejismos. A partir del personaje de Rasa, una enérgica joven de origen montenegrés que se estableció con su padre en la Suecia rural años atrás, la directora Gabriela Pichler pone una lupa de aumento sobre la silueta de un norte que se resquebraja en forma de racismo, desconfianza, menos derechos sociales y laborales y despidos en cadena.

Pichler quiere estar tan apegada a la realidad que el resultado final resulta duro, directo y tristísimo: pese al empeño, el vitalismo, la hiperactividad y la tenacidad de su adorable protagonista, las dificultades por salir del hoyo y la pervivencia de los estamentos sociales resultan implacables. La lástima es que ese mensaje se ofrece al espectador mediante fórmulas narrativas y visuales ya definidas: a la clara influencia local del cine de Lukas Moodysson se suma un esquema de cine social cercano según la escena a los Dardenne o a Loach, moldes aplicados en infinidad de ocasiones que restan a la película parte de la gravedad y las dimensiones de los problemas que retrata.

Queda, con todo, la sensación descorazonadora de una crisis que se ha expandido como una mancha de aceite por todo el mapa, ya presagiada por el cine europeo con títulos coetáneos a Come, duerme, muere que con los años han ganado potencia y vigencia como Rosetta, Recursos humanos o Los lunes al sol. La Academia del cine sueco decidió conceder su máximo galardón a esta ópera prima en detrimento de títulos más valientes, pero tras el conservadurismo tal vez se esconda una sensación de autoculpa: de ahí que Come, duerme, muere, incluso pudiendo parecer una película de estilo y discurso caduco, demuestre una vez más que el cine puede no sólo representar a la vida sino superarla y, por qué no, mejorarla.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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