Después, las andanzas del héroe se vuelven aburridas y -cuestión aún peor- te intentan cambiar el registro de comedia de acción, por el coñazo de drama-romántico. Igual que cuando tu medio cítrico comienza a preguntarte de donde vienes, a donde vas, porque hiciste -o no- tal o cual cosa, y hasta descubres que a varias de sus amigas/os les caes como una patada en los gitanales, por cuestiones que ella misma ha contado muy a su manera. De sexo -o sea, de cuestiones divertidas-, no hay nunca por dolores, cansancio, cabreos, stress, discursiones, o vete a saber que más.

Y te preguntas: ¿Habrá cambiado, o ya era así y disimulaba?

Al final, todo es una traca de estupideces, sinsentidos, historias a medio explicar -o que se explican de pura pena-, que te hacen olvidar que al principio todo era muy interesante, y que creias estar ante algo grande que iba a perdurar en tu memoria. Aqui ya no hay comparativas, porque los sentimientos son los mismos: decepción, rabia, malestar, y una ráfaga en la mente que te hace pensar en lo que pudo ser y no fué.

El héroe acaba huyendo de la chica por sobrevivir... el público bosteza ante tanta gilipollez... se concluye con una escena que se supone demuestra lo equilibrado que han llegado a ser los personajes: igualito que cuando se dice "no, lo dejamos los dos". E igual de patético.

No sería la intención de esta peli, pero han resumido muy bien una relación standard. Una de aquellas en las que oir la frase "Tenemos que hablar", puede provocar tanto una alegria inconfesable, como la decepción más absoluta.

Cada cual te cuenta la feria según le haya ido.