Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama. Cine negro Tras atracar una gasolinera, dos criminales, heridos en el tiroteo, son atendidos por el doctor Brooks, el único médico negro del hospital de la ciudad. Cuando uno de ellos muere, el otro acusa al médico de haberlo matado y provoca una revuelta racista para vengarse de él. (FILMAFFINITY)
18 de agosto de 2010
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Cuánta violencia absurdamente causada durante siglos, sólo por no comprender el derecho a la diferencia!, ¡Cuánta agresiva arrogancia, creyéndose los mejores, por no adivinar que el odio se carga contra sí mismo!, ¡Cuánto racismo generalizador a costa de una sola experiencia o de un sólo hombre!, ¡Cuánta parcialidad e intolerancia, por no ver la rica pluralidad y las muchas opciones que nos ofrece la vida!

“UN RAYO DE LUZ” es una perfecta obra sobre todo esto. Un filme valiente, visionario y lúcido hasta la médula que rompe, oportuna y certeramente, con los muchos años de subestimación que el arte cinematográfico venía ejerciendo contra una raza humana cuyo único “pecado” era haber nacido con la piel oscura. Tras décadas de reducirlos a sirvientes, esclavos o botones, por necia convención de una cultura segregacionista, por fin aparece uno de los hombres más claros, honestos y brillantes que ha dado el séptimo arte, y decide sacudir las telarañas mentales de una cultura que, penosamente, aún no encuentra el camino.

Luther Brooks (excelente debut de Sidney Poitier quien haría escuela contra el matrato a los afrodescendientes), es un joven médico en su primer año de ejercicio. El título le costó noches en vela, empleos de segunda y tercera categoría por sueldos miserables, para poder sufragar sus gastos, y un gran sacrificio para sacar las mejores notas que lo hicieran digno de la profesión.

Ahora, la vida ha puesto en su camino al doctor Daniel Wharton, un hombre consecuente quien, para el hospital del Estado, no busca colores de piel, ni cierto tipo de lunares, sino hombres capaces… y Brooks le resulta idóneo. Pero, a veces para los negros, cualquier logro es a un precio muy alto, y en el camino hacia el servicio profesional de Luther Brooks, pronto se interpondrá un hombre carente de afecto que busca en quien desahogar su lamentable vacío interior.

El drama es sólido y devela la profunda madurez emocional que reluce en cada decisión del cuerpo médico, al tiempo que va soltando los tensos hilos que tejieron el negro velo que ahora cubre el corazón y la mente del desadaptado Ray Biddle. Una bella mujer, Edie Johnson (Linda Darnell), también entrará en el juego, y el rol de las féminas, capaces de llevar la delantara a los hombres en su capacidad de comprender, quedará también gratamente demostrado.

Inmejorables actuaciones de Sidney Poitier, Richard Widmark y Stephen McNally, redundan en un filme imprescindible en cualquier archivo o escuela de arte cinematográfico.

Título para Latinoamérica: “EL ODIO ES CIEGO”
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow