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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Comedia Dos hermanos millonarios de avanzada edad deciden hacer una apuesta: uno de ellos afirma que, si le regalan un talón de un millón de libras a un hombre sin recursos, con la única condición de no utilizarlo durante un mes, podrá salir adelante. El otro sostiene lo contrario. Eligen a un abogado americano que está arruinado y se encuentra en Londres solo y sin amigos. Al recibir el dinero su vida dará un vuelco. (FILMAFFINITY)
30 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién, que en algún momento de su vida haya estado un tanto “alto” y luego haya descendido, no ha sentido el látigo de la hipocresía? ¡Cómo cambian aquellos con los que intercambiabas “poder”! ¡Cómo comienzan a ignorarte y a desdeñarte porque ya no alcanzas su nivel! ¡Cómo te arrinconan y te echan al olvido cuando ya no haces parte del medio en que podías favorecerlos!

En alguna ocasión pude sentirlo en carne propia. Vi el desdén… sentí la displicencia… observé como me cerraban la puerta los que antes me la abrían de par en par… y comprendí que, en aquel momento, se desvanecía de mi vida lo que era pura maya, porque ya, deliciosamente, hacía parte del pasado para aquellos que estuvieron en esa suerte de proceso ya superado felizmente. Y no fue el mío un caso excepcional, porque en este mundo la hipocresía y el interés mezquino, son la razón de ser de muchísimas personas.

También, Harry Adams, es un hombre venido a menos. Perdió su barco a causa de una tempestad al emprender un viaje hacia Inglaterra desde Norteamérica y ahora pasa hambre en la opulenta Londres sin que siquiera el consulado de su país tenga nada que ofrecerle. Pero, un milagro se produce cuando Harry es escogido por los hermanos Montpellier para recibir un billete ¡por un millón de dólares! Que, en aras de sus extravagancias, consiguieron que les emitiera el banco de Inglaterra, para poder llevar a cabo una curiosa apuesta que tienen casada.

Lo que veremos en adelante le llegará, de manera muy profunda, a todos aquellos que han vivido y sentido directamente, la suerte de proceso por el que Adams pasa en esta película. ¡Cómo queda de bien reflejada la falsa sociedad que representan muchos! ¡Cómo deslucen la afabilidad y el sentido de diligencia de tantísimos mercachifles! ¡Cómo se ve de horrenda la caballerosidad y esa condescendencia de quienes solo les anima el lucro! Y entonces me pregunto ¿Cómo puede haber gente que se siente importante al ser, “tan bien atendida”, por semejante corifeo de rapaces y oportunistas? ¡Qué bien luce cuando Adams no concede ni una sola propina a sabiendas de que es ¡lo único que motiva la gentileza de los que le sirven!

“El billete del millón de libras” (1893) es una deliciosa novela que le debemos a la pluma de Mark Twain, en la cual hace un fidedigno y provocativo retrato de la hipocresía social, y el director, Ronald Neame, ha logrado captar su plena esencia con un puñado de personajes magníficamente caracterizados y con unas actuaciones de nunca olvidar. Una recreación de espacios, colores, luces, altos y bajos… de gran precisión complementaria, contribuyen a la eficacia de un filme donde apenas desentona “la lluvia”, pero donde la brisa de sátiras con un humor elegante y encantador, dan exactamente en todo el centro de la desencajada sociedad.

El magnífico reparto incluye a Gregory Peck, como el mendigo millonario que sacará a flote la gran hipocresía humana. Y con él, un magnífico conjunto de actores que incluye al también director Bryan Forbes, Ronald Squire, Maurice Denham y Wilfrid Hyde-White, entre otros, hacen que esta película resulte encantadora.

Título para Latinoamérica: “EL HOMBRE DEL MILLÓN”
Luis Guillermo Cardona
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