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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama. Romance Año 1909. En el transcurso de una huelga general, Henrik, un humilde estudiante de Teología, conoce a una chica de una familia de clase alta a la que todos adoran, sobre todo su padre. Entre ellos nacerá, a pesar de la oposición familiar, una larga historia de amor que encarna la lucha contra el rígido sistema de clases dominante. Se basa en la historia de los padres de Bergman. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Definitivamente, carácter es lo que un hombre necesita para poder trasegar con firmeza por la vida. Un hombre debe saber lo que quiere; creer con decisión en lo que ha experimentado; y defender, contra todos, lo que tenga por Verdad. Probablemente, esto no le signifique muchos amigos, aplausos, ni prebendas… pero conservará algo que vale más que todo eso junto: el honor y la integridad. Se puede alcanzar cualquier éxito en la vida, se puede llegar a poseer el mundo entero, y se puede llegar a tener en el bolsillo dinero por montones… pero si no se ha logrado con transparencia y dignidad, jamás serás feliz aunque logres que los demás así lo crean; y esto por una sola y simple razón: porque tú lo sabes y sabes que Dios lo sabe.

Henrik Bergman, es un modesto ser humano que ha sufrido bastante. Huérfano de padre, junto a su madre pasó por todo tipo de necesidades, y ahora vive en un frío y pobre apartamento donde se esfuerza por adelantar sus estudios de teología. La presencia de su adinerado abuelo, rogándole que vaya a ver a su abuela moribunda, sólo despierta en Henrik viejos resquemores y deja ver con claridad la posición que asume -y asumirá en adelante- frente a cierta clase social. Su prometida, la camarera Frida Strandberg, es el único solaz de Henrik en algunas noches, pero la vida pronto lo llevará a conocer a Anna Akerblom… y una vida intensa, tampoco exenta de conflictos, pero con más brío y verdadero afecto, comienza a tener lugar en aquella Suecia de comienzos de siglo, donde la lucha de clases pesará más en su vida que el ejercicio religioso.

<<LAS MEJORES INTENCIONES>>, es un filme para escudriñar interiores; para ver al ser humano desde sus emociones más íntimas; para sentirlo con objetividad desde sus contradicciones... y para entender el brillante juego que nos propone la vida con los polos de luz y sombra que, indefectiblemente, nos animan a unos y a otros durante toda la existencia. Lo grande y ejemplar en, Henrik y Anna (finísima semblanza de los padres del renombrado cineasta, Ingmar Bergman, autor del magnífico guion), es su infinita capacidad para trascender los errores; para aceptarse el uno al otro con sus altas y bajas; y para seguirse amando por una razón bien relevante: ambos anhelan con fervor el bien común, y el uno con el otro, hacen un perfecto complemento.

El director, Bille August, resulta más que digno de la tarea encomendada, pues, <<LAS MEJORES INTENCIONES>>, brilla admirablemente por donde se la mire. A un guion magníficamente estructurado, se suma una efectiva puesta en escena (véase la precisa conjunción entre relieves vivenciales y clima); una fotografía digna de enmarcar; una banda sonora fulgurante (Stefan Nilsson tan magistral como en, “Pelle el conquistador”)… y un conjunto actoral sobresaliente. Para, Pernilla August, Ghita Norby y Samuel Fröler, mis mayores manifestaciones de aprecio.
Luis Guillermo Cardona
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