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Voto de Natxo Borràs:
8
Terror Durante la Edad Media, la Inquisición rusa condena a muerte a una pareja de amantes que practican la brujería y los ejecuta poniéndoles una máscara con púas en su interior. Siglos después, sus ataúdes son encontrados y abiertos por dos viajeros. Al retirar las máscaras de los cadáveres, los brujos vuelven a la vida y siembran el pánico entre los habitantes del lugar. (FILMAFFINITY)
26 de octubre de 2011
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El Viyi”, un cuento del escritor ruso Nikolaej Gogol (1809-1952) le sirvió al italiano Mario Bava para que emprendiera la tarea de realizar una de las piezas góticas cinematográficas, de un romanticismo siniestro, más logradas del cine de terror de los sesenta, con un público acostumbrado a dejarse llevar por las producciones de la Hammer o las películas de série B de Roger Corman, la mayoría adaptaciones literarias de Edgar Allan Poe surtidas de violentos colores para resaltar los efectos especiales muy restringidos en cintas de esas características.

Pero a Bava le fue suficiente emplear la excelente fotografía en blanco y negro (el contraste de luces y sombras, amenizados con una excelente música a piano, ofrecen un aspecto más lúgubre en los tenebrosos escenarios en que se desarrolla la acción) para poder entrar en los más mínimos detalles (atisbos al gore cuando la tumba de la bruja es profanada por accidente, por ejemplo) o en las secuencias de la tormenta, la niebla; fenómenos de la naturaleza decisivos para invocar de nuevo al Mal y desenmarañar la maldición que transcurre a lo largo de su argumento.

“La Máscara del Demonio” (con la absurda traducción anglosajona de “Black Sunday”, es decir, Domingo Negro) nos lleva al siglo XVII dónde dos príncipes prometidos (Barbara Steele y Arturo Dominici) son procesados por herejía por la Inquisición. Antes de morir se les inserta la Máscara del Demonio. Dos siglos después, la maldición de los antepasados prevalece en la familia Vajda; el padre (Ivo Garrani) y los dos hijos, Katia y Constantine (Barbara Steele y Enrico Olivieri). La cripta, en ruinas, será el punto de parada de dos viajeros (John Richardson y Andrea Checci) atraídos por la curiosidad, desaten de nuevo las fuerzas malignas y resuciten de nuevo a la bruja Asa y su prometido Javutich para saciar así su venganza.

El primer largometraje que realizó enteramente Mario Bava, (trabajó al lado de Ricardo Fredda en “Caltiki, il Monstro Inmortale”, producción de 1959) ya le encumbró como el maestro del horror gótico italiano y que perduraría décadas más tarde resurgiendo nombres tan destacados como Lucio Fulci (Una Largartija con Piel de Mujer), Antonio Margheriti (Danza Macabra), Sergio Martino (La Cola del Escorpión), Darío Argento (El Pájaro de las Plumas de Cristal), o el mismo hijo de Mario, Lamberto (Demons), más radical que su progenitor que a finales de los ochenta rendiría un homenaje moderno en formato remake televisivo de éste inmortal clásico, contando con la modelo berlusconiana Deborah Caprioglio (conocida por su intervención en “Los Burdeles de Paprika” de Tinto Brass).
Natxo Borràs
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