Me refiero, claro está, a John Huston, Humprhey Bogart y Katharine Hepburn. Es el buen hacer del director y la brillante interpretación de su pareja protagonista la que sacan a flote, nunca mejor dicho, esta película, cuya simpleza podría haber tenido resultados desastroso en otras manos. "La reina de África" se construye como si fuera una pieza teatral, con prácticamente dos personajes, la estirada misionera Rose Sayer y el bruto capitán de barco Charlie Allnut, en un único escenario, una chalupa en medio del río. Pues con estos recursos tan limitados, va Huston y nos regala uno de los clásicos más míticos del cine de aventuras aunque, a decir verdad, no pasaría a la historia por la aventura en sí, un tanto deslavazada, poco intensa, salva un poco antes del final, y muy limitada por los medios técnicos, sino por la mezcla perfecta de acción, romanticismo y comedia. De este modo, John Huston no sólo podría vanagloriarse de haber inventado el cine negro sino de sentar las bases del cine de aventuras moderno que daría su mejor fruto con Indiana Jones, entendiéndose, faltaría más, hasta "La Última Cruzada" pues la "Calavera de Cristal" es una cosa que nada tiene que ver con el Indiana genuino.

Como apuntaba antes, el éxito de esta película está en la propia narración, el guión que sigue, las interpretaciones y los diálogos, pero sobre todo, en la historia humana que la enmarca. En este sentido el trabajo de Bogart y Hepburn es excelente, dando vida a unos personajes entrañables, construyendo entre los dos una deliciosa comedia romántica como pocas veces se ha hecho. La gracia de la relación está en la personalidad tan antagónica de ambos pero sobre todo en la complementariedad, en la simbiosis que alcanzan y el embelesamiento en el que se hallan, cosa que parecía completamente imposible viendo el inicio. Dicho lo cual, conviene analizar un tanto estas personalidades. Por ejemplo, a ella no le hace falta gritar, amenazar o pelear con él para tener autoridad y hacer lo que desea. Eso del "poder blando" que tradicionalmente han ejercido las mujeres, parece que las nuevas generaciones no lo entienden y por eso dibujan a las heroínas actuales como varones rabiosos más chulos que un ocho. O también, de qué modo ella consigue sacar lo mejor que lleva dentro Charlie, gracias a la inspiración, ánimo, fe o confianza que le tiene. Claro que alguna dirá que eso es porque lo que lleva dentro Charlie es estupendo pero que por ahí hay cabestros que no hay manera de sacarles nada bueno, cosa en la que tendrían razón. En esos casos, lo mejor es poner pies en polvorosa.

Admito que a favor de "La reina de África" juega el marco de "gran clásico". Si fuera una película de serie B que no conociera nadie nos podría parecer regular o con una serie de fallos que la desmerecen. Pero la aureola que la rodea nos hacerla vela con buenos ojos. Esta explica porqué a algunos les parece un aburrimiento supino, supongo que porque la etiquetan como "peñazo antiguo". Y creedme, esto de la etiqueta es más importante de lo que parece. Sería como la especie de categoría mental en la que clasificamos muchas cosas, entre otras, las películas que vemos. Y una vez asignada una categoría ya es difícil salirse de ella. Lo digo, porque pese a mi esfuerzo en que no me pase, a veces acabo cayendo también.