El mundo ya se acercaba al siglo XXI, y el planeta seguía sin parecerse (o, al menos, en gran parte) a lo que predecían algunas películas; eso no fue impedimento para seguir explotando las ideas distópicas, como fue el caso de 'Dark City'.

En esta película, se daba el caso de una sociedad que vivía, sin saberlo, bajo el mando de unos seres de otro planeta que cambiaban a su parecer las vivencias de todos los habitantes de la ciudad (ciudad que en ningún momento se dice su nombre). Es aquí donde entra la figura de John Murdoch, que despierta sin recordar nada de lo vivido anteriormente.

Es irremediable que esta película recuerde a 'Matrix' en algunas cosas, sobre todo si antes se ha visto la película de los Wachowski. Sin embargo, no parece que sea una copia, puesto que la idea de 'sociedad dominada por un ser o seres superiores' ya se ha visto antes, e incluso dentro de las similitudes entre ambos largometrajes, hay alguna diferencia. De todas formas, ambas películas han sobrevivido por sí mismas por sus propios argumentos. Los argumentos de 'Dark City' son el buen tino de los actores protagonistas o la caracterización de los jefes de la sociedad y todo su mundo. Sus defectos son que le falta algo más de contundencia de la que ya tiene, ya que tanta escena de misterio, a pesar de que ayuda a mantener la atención, le resta más fuerza.

Finalmente, el sabor de boca con la que me quedo es bueno, sin ser tampoco un film que vaya a entrar ni mucho menos en mi lista de películas favoritas, no digamos ya en el género de la ciencia-ficción. La experiencia ha sido, simple y llanamente, agradable.

A otra cosa, mariposa.