Está claro que el que se decida a ver esta película debe de saber a lo que va, ni más ni menos. Un atractivo Mel Gibson hacía por aquella época películas como rosquillas y era un actor que convertía en éxito toda película que protagonizaba. Aquí aceptó protagonizarla con la condición de que el productor de la misma le dejara disfrutar a él y a su numerosa familia de su mansión como residencia de verano, y aquí le tenemos, junto a la rubia Goldie Hawn, haciéndome pasar un rato muy ameno con sus persecuciones, sus tiras y aflojas y su relación de amor-odio. Comentaba otro usuario que la química entre los dos protagonistas era escasa. Para mí ha resultado todo lo contrario y creo que es una de las cosas que mejoran el resultado final. Gibson está atractivo y divertido, en un papel en la línea de su posterior "Arma letal" la Hawn está en su salsa como la rubia más lista de lo que aparenta, siguiéndole el juego al protagonista. Creo que este tipo de papeles le han ído siempre como anillo al dedo a esta actriz, quizás algo infravalorada. A mí me ha resultado encantadora. De los secundarios, decir que ninguno tiene especial peso en la trama y que todos ellos adolecen de falta de desarrollo, ahí está por ejemplo el desaparecido David Carradine, que prácticamente no aparece en pantalla aún siendo el malo de la peli y lo mismo se puede decir del eterno secundario Stephen Tobolowsky. Película palomitera de fin de semana que da lo que ofrece, entretenimiento sin complicaciones y a la que quizás el paso del tiempo no le esté sentando demasiado bien.