Ocho apellidos vascos

Agradable comedia vasca, en la línea que conocemos de "Vaya semanita" y que tiene la gran virtud de gustar a casi todo el mundo, tocando temas que podrían ser muy delicados sin molestar casi a nadie.
La fórmula parece basarse en un guión inteligente, con diálogos chispeantes de gracia e ironía. Karra Elejalde sobretodo, y en mucha menor medida Lago y Rovira consiguen esto, de modo que la chispa no decae casi nunca.
El único inconveniente es el ritmo y la narrativa: una comedia tiene que tener algo más profundo y unitario que una sucesión de gags y chistes más o menos previsibles y graciosos, y es ahí donde a esta historia se le ven las costuras, sobre todo en el desenlace. Pero teniendo en cuenta cómo se va desarrollando la historia era difícil, muy difícil, darle un buen remate a todo aquello.
Y una cosa interesante: hay un par de momentos en que la historia indica o podría derivar a temas más serios que, precisamente por la necesidad de mantenerse en ese "humor blanco y amable" del guión no puede tomar y tan solo sugerir: el momento en el que el padre habla con su hija sobre la madre ausente, o para mí la mejor secuencia de toda la historia: cuando Karra Elejalde despierta por la mañana en casa de la pareja de una más que probable viuda de Guardia Civil.

Eskarrikasko!!!

Bueno esta película fue una sorpresa para España entera y me incluyo.
La verdad es que me rei y mucho en diversas situaciones.
Un humor clásico castizo español del estilo de "El otro lado de la cama" o "Días de fútbol" pero que ha sabido renovarse.
Dani Rovira es uno de los grandes mástiles de este velero y aunque hay reconocer que el tipo es muy divertido siempre veremos a Dani Rovira y no precisamente a un actor que hace comedia.
Menos mal que el resto del reparto da muestras de buenas interpretaciones (unos más que otros)
Karra Elejalde es un monstruo de la interpretación y se come al resto de sus compañeros.
Clara Lago es la que tiene el personaje más soso y ella tiene la peculiaridad de que a veces sale muy guapa y enseguida demasiado fea.
Carmen Machi cae bien a todo el mundo y se la ve muy fresca, pero como pasa con Dani, hace de sí misma una y otra vez.
La película tiene una manera de llevarse muy inteligente ya que cualquier exceso hubiera devenido en polémica. Hacer bromas con la Eta y Kaleborroka es algo bastante delicado pero no podemos negar que muchos pensamos y hacemos esos mismos chistes,
Creo que ambos pueblos (vascos y andaluces) son parodiados de manera elegante y no llega a ofender a nadie. Sólo habría que recordar que no todos los andaluces son como los sevillanos, de hecho cada provincia tiene su ideosincracia pero esto quizás es algo que poco importa al resto del país.
Muchas situaciones cómicas y como dije muy buenas interpretaciones que hace que nada se salga de tono y por suerte no se cae en el chiste fácil ni en la vulgaridad ni en la payasada. Y eso es algo que hay que admitir y sobre todo valorar.
Lo mejor y peor en Spoiler

Impresionante obra de un Emilio Martínez-Lázaro en lo más alto de su carrera: guión trepidante, espectacular fotografía, un montaje perfecto y actuaciones de peso.

La historia del enamorado que tiene que pasar por mil peripecias para intentar conquistar a su amada funciona una vez más. Él, un camarero de Sevilla, ella, una taxista de Argoitia, el resultado: una película inolvidable para todos los públicos.

Creo que esta película sirve sobre todo para unirnos, para hermanarnos; para que veamos lo hermosa y "divertida" que puede ser la diversidad.

Pese a la mejora cualitativa que el cine español ha mostrado últimamente en el género de la comedia, reconozco que me mostré ciertamente reticente al visionado de ‘Ocho apellidos vascos’. Debo de admitir que dado el inmenso número de espectadores que hicieron cola en los cines por ver esta propuesta del realizador Emilio Martínez-Lázaro, me picó la curiosidad y accedí a darle una oportunidad. Eso sí, lo hice llegando a su visionado totalmente virgen y más limpio que una patena en lo que a información se refiere.

Y llegados a este punto también debo de admitir que me topé con una de las grandes sorpresas del 2014, algo que ni imaginaba. Porque la película protagonizada por unos sensacionales Clara Lago, Dani Rovira, Carmen Machi y Karra Elejalde es, ni más ni menos, aquello que ansiaba encontrar en una comedia nacional desde hace tiempo: una cinta inteligente, desternillante, divertida y, lo más importante, arriesgada y atrevida a tenor de los conceptos y temas que tanto el realizador, Martínez Lázaro, como el guionista Borja Cobeaga tratan en la película, sin pelos en la lengua ni medias tintas. Porque no es especialmente usual satirizar determinadas temáticas con el valor y la desfachatez con la que Lázaro se ha atrevido a hacerlo. Y es que la comedia española siempre ha tendido a maximizar y exagerar las tendencias sociopolíticas del momento, en algunas ocasiones con mejor suerte que en otras, y en la presente ‘Ocho apellidos vascos’ dichas tendencias se encuentran llevadas al extremo de un modo exageradamente satírico y paródico. Algo que en un principio cuesta asimilar dado el descaro con el que Lázaro trata temas muy peliagudos en la pantalla...

Y cuando señalo que en un principio cuesta asimilar la película me estoy refiriendo a que el realizador estereotipa intencionadamente diferentes culturas de un modo tan directo, desvergonzado y burlón que, seamos realistas, resulta imposible no dejarse hipnotizar por ello a la vez que es inevitable pensar si la película podría agredir u ofender la sensibilidad de determinados sectores provinciales. Porque en pocas ocasiones se ha satirizado en pantalla un problema tan radical y grave como el que tiene lugar en España desde hace décadas, del mismo modo que rara vez se ha parodiado la supuesta animadversión entre la cultura vasca y la andaluza de un modo tan festivo y directo.

En definitiva: Si hay algo que podemos sacar en claro de todo este asunto es que Martínez-Lázaro nos induce a tomarnos con un poco más de humor los problemas de la nación, ofreciéndonos una comedia que, sin tapujos ni rodeos, se ríe de sí misma, se ríe de los vascos y de los andaluces, se ríe del Euskera y del acento sevillano y, en definitiva, se ríe de todo aquello que ha sido y es objeto de debate permanente, logrando desatar en el espectador sin muchos problemas una carcajada tras otra. Siempre de un modo elocuente e inteligente al mismo tiempo que imprudente y osado. Esto último sin duda el mayor logro de la película y su mayor reclamo.

-Lo mejor: El increíble y atrevido humor con el que Martínez-Lázaro trata en pantalla las costumbres, los ideales y los problemas de algunas de las sociedades de la España actual. Y por supuesto, las interpretaciones de Clara Lago y Dani Rovira.

-Lo peor: Que debido a su carácter, la película sea tomada precisamente como lo que no pretende ser: un llamamiento gratuito a la polémica.

-Más en: www.cineycine.com

No entiendo muy bien del todo porque gusta tanto, chistes fáciles, predecible, y absurda.
Tiene algún punto de humor, solo algún recalco, pero eso te lo puedes encontrar hasta en cine de serie b.
Juegan con las conexiones/diferencias de la cultura andaluza y vasca, y creo que ahí radica el exito tan rotundo que no comparto en absoluto, me quedé dormido en los últimos compases de la peli y no e vuelto a verla.
Cine medio para un público medio, que parece ser la mayoría de españa, una pena.