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Apocalypse Now

Bélico. Drama Durante la guerra de Vietnam, al joven Capitán Willard, un oficial de los servicios de inteligencia del ejército estadounidense, se le ha encomendado entrar en Camboya con la peligrosa misión de eliminar a Kurtz, un coronel renegado que se ha vuelto loco. El capitán deberá ir navegar por el río hasta el corazón de la selva, donde parece ser que Kurtz reina como un buda despótico sobre los miembros de la tribu Montagnard, que le adoran como a un dios. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 343
Críticas ordenadas por utilidad
21 de junio de 2012
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Sumergirse en el visionado de Apocalipsis Now es una experiencia indescriptible por la cantidad de sensaciones que me ha transmitido el film. Inmediatamente nos vemos inmersos en la trama, atrapados en la historia de locura que vive el capitán Willard. Ya desde el comienzo somos partícipes de la enajenación que produce la guerra en el protagonista, actuando como la heroína, con un poder de adicción mortal.

Willard ansía una misión que pronto llega, que le rescata de su locura para sumergirle en otro estado de enajenación perenne, promovido por el entorno que le rodea. A lo largo del recorrido fluvial de Villard en la lancha que remonta el rio, asistimos ante un descenso a un infierno no dantesco pero si más horrible y deleznable, un infierno donde el ser humano es el protagonista, donde la barbarie y el sin sentido se dan la mano, acogidos por una selva silenciosa con un elevado poder de enajenación. Al igual que en “Aguirre, la cólera de Dios” asistimos al deterioro mental del ser humano con dos protagonistas comunes: el rio y la selva.

Coppola nos muestra el lado más esperpéntico de la guerra, donde la cordura se confunde con la enajenación mental, donde lo absurdo y los intereses de los señores de la guerra priman sobre el común de las voluntades que dominan. La memorable escena del noveno batallón de la Primera División de Caballería Aerotransportada nos transmite el elogio de la locura en su estado más puro, de una forma natural.

Todo es natural en Apocalipsis Now. Todo transcurre con un fluir natural, igual que el rio transporta al capitán Willard hacia el interior de la mente humana. Willard se cuestiona su misión pero se siente atrapado por ella, asistiendo al deterioro mental que la guerra, la selva y el entorno produce en sus compañeros.

Apocalipsis Now es una gran obra, compleja, personal y difícil, al igual que un texto filosófico, difícil de leer si no estamos acostumbrados. Coppola ayuda con unas imágenes de un impacto visual difícil de olvidar. El tema de la dualidad de la condición humana y sus dos lados, bueno y oscuro, se representa a la perfección en el juego de sombras con que Coppola nos muestra a Kurtz, ocultando y mostrándonos su rostro.

La película transmite el deterioro de la mentalidad humana y el desarrollo de un proceso mental y moral dañino que se produce en individuos que son sometidos a condiciones adversas, y como estas afectan de diversas formas pero siempre negativamente a distintos personajes.

(Continuo en spoiler sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
juanjo_torpdo
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3 de diciembre de 2012
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Una película de clima tropical. El propio desarrollo de guión, acontecimientos y personajes me resulta como la atmósfera manida de bajas latitudes. Denso, casi tangible; tórrido.

Está claro que el film de Coppola presenta una fotografía inmensa como ella sola. Parajes que quitan el aliento, sabiendo aprovechar los encantos de la orografía y vegetación de la Indochina más salvaje. Escenas que se graban a fuego en la memoria; esas palmeras cuya retaguardia es un cielo incendiado por el napalm, o el reducto camboyano del coronel Kurtz, rezumando arquitectura y misticismo Khmer, un pedacito de onirismo y exotismo orientales colocado como una joya delicada entre tanta suciedad moral.

Y la moral es, tal vez, el eje del mensaje que desea transmitir la cinta. El título de la crítica bebe de esa visión de las dos caras de la moneda que ambos protagonistas -nuestro soldado y el coronel que ha perdido el juicio- bien conocen. Uno de los mayores logros de esta obra es transmitirnos la empatía hacia las mentes dubitativas, de neuronas deshilachadas por el esfuerzo de tratar de comprender al ser humano arrojando luz sobre sus mentiras. Y también de inocularnos cierto asco hacia la mentalidad hedonista del grueso del ejército yankee.

La última media hora de metraje me resulta exquisita. No solo la ya citada fotografía alcanza su punto álgido -dentro de una grandiosidad como norma- sino que la filosofía se adueña de la pantalla y de la narración con un genial Marlon Brando. Lo reconozco, no soy alguien ducho en cine, y menos en subgénero bélico, por lo que ha sido esta parte final la que me ha cautivado. No obstante, el resto de la película se me hace muy farragosa y pasa demasiado tiempo contando demasiado poco -a mi parecer-. Eso me provoca algo de pena puesto que, de haberse mantenido en la frecuencia final, para mí habría sido redonda.

Me quedo con los paisajes, con el aura vietnamita que tanto se permite, con el componente autocrítico americano, con la carga del diálogo -arma de doble filo durante toda la película- y con Kurtz y su visión tan compleja de la realidad, ya enferma de no poder cotejar tantos datos para traducirlos de manera razonable. Y es que si bien no noto -salvo en el protagonista, y es indiscutible- demasiada evolución en los personajes, si que me ha llegado la forma en la que han cambiado. No el proceso, sí el resultado. Y es bastante inquietante e invita a la reflexión.
Manu Gutiérrez
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30 de noviembre de 2013
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Acabo de terminar de ver esta película y me ha dejado decepcionado, pero no por la película en sí, sino por mis expectativas, había leído tantas maravillas de toda esta cinta que pensaba que era el no va más, pero después de terminar de verla, no me pareció algo increíble.

Se me hizo exageradamente lenta, la versión que vi duró tres horas y veinte tantos minutos pero me pareció como el triple de larga por sus infinitas escenas lentas y aburridas, muchos diálogos eran aburridos, sobre todo el del final con Marlon Brando.

Admito que tiene muchas grandes cosas pero ni así logró impresionarme.
Daniel Quintero
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7 de diciembre de 2013
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¡Qué grande es el señor Coppola! Uno llega a sudar viendo esta película, te sientes como si estuvieras en plena selva rodeado de mosquitos. La aparición de Marlon Brando entre las sombras me parece una de las escenas mas grandes del cine de finales del siglo XX.
bluemurder
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28 de enero de 2014
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Basta con ver el principio de Apocalyse Now para sentir que Coppola va a embarcarnos en una aventura fascinante. Suena The End, la famosa canción de los Doors, sobre la imagen de la selva, la línea de palmeras, pacífica y verde. De pronto, esa placidez majestuosa estalla envuelta en llamas naranjas: se ha cumplido la amenaza del napalm, el sonido inquietante de los helicópteros que se cernía sobre ella. Hemos entrado en un universo de violencia y poesía, en el que se contraponen el bien y el mal, lo racional y lo irracional, aunque las fronteras a veces no estén demasiado claras. Es difícil condensar en unas imágenes tanta fuerza y simbolismo, tanta capacidad de sugerencia, Más difícil aún es no defraudar después de un principio tan prometedor. Coppola no nos defraudará. El título se le ocurrió a John Millius, el guionista, a partir de una chapa que llevaban los hippies en los años 60 que decía: Nirvana Now. En los años 40, Orson Welles trató de llevar a la pantalla, sin éxito, la obra de Conrad en la que se basa el filme. Millius retomó la idea en los años 60, escribiendo un guión que situaba la acción en Vietnam, y que iba a dirigir, inicialmente, George Lucas. Jack Nicholson, Robert Redford y James Caan no quisieron trabajar en el filme. Steve McQueen y Al Pacino rechazaron el papel protagonista porque no les apetecía pasar 17 meses rodando en el extranjero, con la posibilidad de caer enfermos. Coppola convenció a Harvey Keitel, pero a las dos semanas de iniciada la filmación no le gustó y lo sustituyó por Martin Sheen. Los nombres de los personajes aluden a amigos de Coppola. El del protagonista, Benjamin Willard, combina los de los dos hijos de mayores de Harrison Ford, y este actor encarna, a su vez, al coronel G.Lucas. Hay también un general R.Corman. El rodaje estuvo lleno de demoras e incidentes, incluidos los rigores climatológicos, ya que padecieron hasta un tifón. Sheen sufrió un ataque cardíaco el 5 de Marzo de 1977, y milagrosamente, estaba de vuelta en el plató el 19 de Abril. Tuvo un presupuesto de 30,5 millones de dólares, de los que Brando cobró 3,5 millones de dólares por un mes de trabajo. Fue la mujer de Coppola la testigo más fiel del insufrible rodaje que supuso el filme. Ella inmortalizó todo el periplo filipino en "El corazón de las tinieblas" un documental intenso sobre la tramoya de una de las películas más importantes de las últimas décadas.
SergioRoiz
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