El Gran Hotel Budapest

Antes de nada hay que decir que, de verdad, me ha encantado desde una perspectiva puramente estética. Los planos simétricos, otros que no lo son pero siguen siendo fantásticos, los colores, los paisajes, el vestuario... todo me parece sublime. También es verdad que tiene un humor... curioso, incluso interesante (¿pero gracioso? solo me reí con el gato...).

¿La historia? Bueno, podría considerarse interesante también, pero... como dice el título de mi crítica: ¿ein? Hay claras alusiones al nazismo y a los conflictos europeos del siglo veinte pero (otro pero) me parece absurdo que hayan hecho uso de toda esa intertextualidad, de esa parodia, para contar una "historia cualquiera" que podía haber prescindido de todo ello. Lo cual, claro, me hace pensar "oye, ¿y si resulta que la parodia es, digamos, intencionada? ¿qué pasa si en realidad tiene un objetivo? ¿y si hubiera un mensaje oculto, una crítica?" Pues que no la entiendo, que si, la intolerancia y el racismo se critican de una forma leve y "casi sutil" pero... ¿eso y ya? Qué flojo, qué escaso, qué absolutamente infantil y superficial.

No me disgustó, prueba de ello es que la vi entera, tal vez esperando ese toque de gracia final que me resolviera todas las dudas argumentales, que le diera sentido al preciosismo visual. También me gustaron las interpretaciones de Fiennes y de Norton, y seguramente Jude Law con más minutos también hubiera destacado... Pero me quedo con una sensación de no haber entendido nada muy poco satisfactoria.

Toda la critica se babea con esta pelicula, pero mas alla de su cuidada estetica y del dream team de actores que estan presente en ella, me pareció una pelicula aburrida. Es más, no he encontrado en mi entorno a nadie que me haya hablado las maravillas que leo en los comentarios de los especialistas. Creo que éstos ven sutilezas que el grueso del publico no detecta. Creo que la pelicula es apenas interesante por lo original, pero no despierta emociones.

El sueño de muchos directores de cine probablemente sea lograr un estilo personal que sea fácilmente identificable por el público, les reditué éxito y los convierta en realizadores de culto. El texano Wes Anderson ha tenido suerte en ese sentido, ya que desde que se dio a conocer con Academia Rushmore en 1998 ha demostrado que sus películas siempre cuentan historias surrealistas, suceden en lugares que parecen salidos de una juguetería y sus personajes son, cuanto menos, estrambóticos.
El Gran Hotel Budapest es una comedia de aventuras en el contexto de los convulsionados años 30 en Europa pero bajo la marca Anderson, es decir, con personajes curiosos, decorados de juguetes y la acción se desarrolla en un lugar ficticio, en este caso el país imaginario de Zubrowka. El guion, escrito por el propio director texano, cuenta la historia del conserje del Gran Hotel Budapest, Monseiur Gustave y de su botones Zero, quienes se embarcan en una peligrosa aventura a causa de la muerte de la millonaria amante de Gustave. A partir de ese momento se suceden las persecuciones, las sorpresas y los cameos de los intérpretes fetiches del director.
El filme salta de escenario en escenario como si fuera un juego de videos, pero de tanto ir y venir en una trama que, sinceramente, no termina de estar muy clara y a un ritmo frenético, puede agotar al espectador. Por eso, con tanto mareo se agradece aun más la presencia casi continua de los personajes de Gustave (Ralph Fiennes) y Zero (Tony Revolori) en la historia, ya que aportan coherencia y sentido a esta locura con una guerra mundial de fondo. Por si eso fuera poco, tanto uno como el otro se lucen en sus respectivos papeles y se les termina por tomar un gran cariño.
Sobre el numeroso grupo de secundarios que da forma a un envidiable reparto, destacar que Harvey Keitel está irreconocible, a Adrien Brody le sientan de maravilla los personajes caricaturescos, William Dafoe aterroriza solo con su mirada, Saoirse Ronan aporta una dulzura justa para la historia, Edward Norton se destaca como casi siempre y Bill Murray siempre sorprende con un personaje clave que este a la altura de su grandeza como actor.

"El gran hotel Budapest" es la primera película de Wes Anderson que veo y tengo que decir que me ha parecido un cuento único por todo. En esta podemos ver la aventura que corren un perfecto conserje de hotel y su pupilo, el botones, para conservar un cuadro muy valioso. El protagonista lo heredó de una de las clientas del hotel y su familia está dispuesta a hacer lo imposible para recuperarlo.

Desde el comienzo tuve la sensación de estar delante de algo especial. Conforme va avanzando la historia vas teniendo la impresión de que estás dentro de un cuento. Puede que sea la original estética del film, puede que sean los protagonistas (los cuales nunca abandonan su papel de "el empleado perfecto"), los planos que usa para mostrar ciertas cosas o puede que sean los detalles (hasta la forma que tienen de subir las escaleras está pensada por el director). Lo que queda claro es que la ambientación te hace estar dentro de algo único.

Cuenta con un gran reparto ya que en el cartel podemos ver nombres como Edward Norton, Jude Law, Adrien Brody, Bill Murray, Willem Dafoe, Hervey Keitel, Owen Wilson... Aunque hay que decir que muchos de estos actores aparecen muy poco tiempo en pantalla, algunos de ellos pareciendo un simple cameo.

Resumiendo: me ha encantado "El gran hotel Budapest" por la atmósfera que es capaz de transmitir. Como todas sus películas sean como esta me va a encantar el cine de Wes Anderson, ya veremos.

Wes Anderson otro genio del cine, narra una historia humana de modo genial, privilegiando la estética, lo surrealista, sobre una historia muy humana de solidaridad. La manera tragicómica de contarla a lo mejor no agradará a muchos, pero a los que admiramos a este genio lo entendemos. Excelente fotografía y narración.