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El Gran Hotel Budapest

Comedia. Aventuras Gustave H. (Ralph Fiennes), un legendario conserje de un famoso hotel europeo de entreguerras, entabla amistad con Zero Moustafa (Tony Revolori), un joven empleado al que convierte en su protegido. La historia trata sobre el robo y la recuperación de una pintura renacentista de valor incalculable y sobre la batalla que enfrenta a los miembros de una familia por una inmensa fortuna. Como telón de fondo, los levantamientos que ... [+]
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Críticas 283
Críticas ordenadas por utilidad
15 de julio de 2014
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Les confieso mi entusiasmo y fascinación por EL GRAN HOTEL BUDAPEST, desde hace bastante rato no apreciaba una película tan redonda y sublime, de poderoso contenido visual y con una estética fuera de lo común. La pléyade de buenos actores que la soportan la hacen coral y auto suficiente, y su guión, bien hilvanado, se pasea por todas las situaciones clásicas del teatro humano desde la sensibilidad y el buen gusto. La película es un homenaje a Stefan Zweig y a toda una época de esplendor derribada por el totalitarismo militarista en la Europa del centro a mediados del siglo XX pasado. No hay desperdicio en ésta película cuyo autor se convierte en un nuevo descubrimiento para nosotros. Que viva el buen cine por muchos largos años más!
bucefalo
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16 de julio de 2014
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Excepcional brillantez plasmada por Wes Anderson quién hizo, por su conocido estilo de amplia sapiencia o sabiduría, concluyó una historia dramático se fuese haciendo duradera gracias a sus amplios elementos de rarezas, sus vínculos con los hechos y su espléndida maestría. Bien es cierto a mi parecer que dicha historia se vea afectada por constantes cambios y amplios vocablos que sólo un puñado de sabios receptores pueden seguir con precisión milimétrica.
Desde un comienzo el filme apuntaba a un mundo que para nosotros, hoy en día, nos resulta muy desconocido. El principal elemento que no para de predominar es realmente una palabra, impecable.
La forma de hablar de los principales protagonistas entre aprendiz y maestro, las formas de tratar ciertas situaciones donde es muy fácil perder los estribos (aunque en ciertos puntos acaba por perder la paciencia) etc.
Por otro lado también se da lo organizado en esta fantástica cinta. Los malvados tienden a hacer un trabajo sucio, pero como dije anteriormente, ordenado. La maestría al efectuar tales acciones, la confianza, la certeza ante la razón y los medios para conseguirla.
A lo largo de la historia, nada parece lioso, sino mas bien, impecable, sublime, realmente admirable dada la dificultad que presenta en la grabación.
Multitud de puntos debemos sacar en claro: la dureza con la que se era tratada a personas de diferente origen étnica, el tipo de requisitos que se daban en transportes públicos, la verdadera autarquía vivida desde entonces etc.
En torno vamos entrando en un tema mas específico me gustaría ofrecer una rápida pero precisa visión que nos puede aportar información de los protagonistas.

Ralph Fiennes interpreta con una maestría exquisita a una persona de elevado nivel refinado, culto y sobre todo, pecaminoso. Sabía que la confianza debía ser de elevada discreción, a la vez que de determinada selección. Absurdos los intentos de intentar dejar mal a dicho personaje por su elevado nivel de sensatez, liderazgo y maestría.
Goza siempre de un importante prestigio que se fue ganando con sus años de joven, sin rendirse y aumentando, de peldaño a peldaño, su nivel social consolidándose finalmente, el principal dirigente.
No dejaba de proporcionar placer, confianza y bienestar a una serie de ancianas ricas, necesitadas de amor y sobre todo rubias.

Por otra parte Tony Revolori, nos sorprende en gran medida con una interpretación de fría personalidad en el exterior, por lo sufrido en su etapa de niñez, pero con un gran corazón y admiración por el principal dirigente del gran hotel de Budapest.

En dicha aventura es realmente agradable todos y cada uno de los aspectos que nos presenta dicho argumento, y ciertas tomas realmente desde un punto de vista receptor, inéditos y aún desconocido para nuestro entendimiento.

Gran obra.
Cinéfilo verdadero
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3 de septiembre de 2014
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La madurez autoral de Anderson llega con esta chispeante comedia coral, dominado por un excelente ritmo narrativo, humor inclasificable con mucha mordiente, soberbios encuadres respetando una escrupulosa simetría a lo Kubrick y un memorable desfile de actores marca de la casa con la afortunada incorporación de Ralph Fiennes, que no estaba tan bien desde...
Sirope
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13 de octubre de 2014
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"El gran hotel Budapest" tiene unos problemas narrativos enormes, pero Anderson los compensa con una parte visual personalísima y genial, y con toneladas y toneladas de encanto e imaginación. Habiendo visto las últimas tres películas de Anderson, yo diría que esas son las constantes del cine de Anderson. Si sus guiones estuvieran un poco mejor estructurados, manteniendo la forma tan personal con que cuenta las historias, sus películas serían obras maestras.

Lo peor de "El gran hotel Budapest" es su comienzo, ya que tarda una barbaridad en arrancar. Por algún motivo que se me escapa, Anderson utiliza la narración enmarcada: te mete una historia dentro de otra historia. En esta película primero te muestra la escultura de un escritor en la actualidad, luego ese escritor en los 80, interpretado por Tom Wilkinson, que va a recordar un viaje en los 60 al hotel del título; entonces Jude Law hace del autor en esa época, y después de demasiado tiempo, se pone a hablar con el dueño del hotel, que le va a contar la historia.

Lo único que mantiene la atención del espectador es lo curiosa que es visualmente la película, pero ni está justificado tanta historia, ni mucho menos lo muchísimo que se detiene con Law (un estorbo especialmente grande es la intervención de Jason Schwartzman, porque todavía no se sabe de qué va la película).

Cuando Anderson pasa a la historia central, que es la que se desarrolla en los años 30 y que en mi opinión debería haber sido la única, todavía tarda unos minutos en presentarte qué es lo realmente importante. Y eso no pasa hasta que no llega la lectura del testamento. Ahí ya tienes lo que guiará la película, y entonces "El gran hotel Budapest" es maravillosa. Es como si Anderson hubiera dejado completa libertad al niño que lleva dentro para idear la historia, y el Anderson adulto más o menos le hubiera dado coherencia, pero reteniendo las ideas locas y la emoción del niño. Y aquí tiene mucha gracia la presentación de la familia de Madame D. y el plan de fuga de Gustave y Zero.

www.elrincondecarlosdelrio.com
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Carlos del Río
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14 de octubre de 2014
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Desde que vi los cortes publicitarios y los anuncios en las marquesinas de los autobuses, me llamó la atención, y aunque al inicio de la historia dudé, no defrauda. Se trata de un producto totalmente distinto al que estamos acostumbrados a ver, quizás la película peque un poco de presuntuosa, o es el barniz cómico o de parodia que se le da, el que le otorgue esa apariencia.
Las imágenes están llenas de colores vivaces, parece que el director de fortografía pretende hacernos visualizar un gran cuadro en movimiento, donde destacan el naranja, rojo o violeta. La decoración y los trajes son perfectos. Sin duda la puesta en escena es excelente.
La historia podría haber caído en la tentación de ser burlesca, una charlotada sin sentido, pero simplemente deambula por el sendero de la comedia sin despeñarse, aderezada con unos tintes interesantes de suspense, con el tema que rodea al cuadro del niño con la manzana.
Una fábula coral, entretenida, donde el director hace una demostración técnica, haciendo uso prácticamente todos los planos cinematográficos posibles: travellings, actores hablando en primerísimos planos, cenitales, etc.
Ralph Fiennes notable. El único pero, está en la elección de los dos actores que interpretan a Zero Moustafa, pues el joven y el adulto, físicamente no se parecen en nada, solamente hay que fijarse en el apéndice nasal que luce el mayor. Por lo demás, interesante y diferente. Me gustó.
Marcela de Vasconcelos
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