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La lista de Schindler

Drama Oskar Schindler (Liam Neeson), un empresario alemán de gran talento para las relaciones públicas, busca ganarse la simpatía de los nazis de cara a su beneficio personal. Después de la invasión de Polonia por los alemanes en 1939, Schindler consigue, gracias a sus relaciones con los altos jerarcas nazis, la propiedad de una fábrica de Cracovia. Allí emplea a cientos de operarios judíos, cuya explotación le hace prosperar rápidamente, ... [+]
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Críticas 426
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
5 de abril de 2023
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La lista de Schindler, dirigida por Steven Spielberg en 1993. Se trata de una obra maestra que narra la historia real de Oskar Schindler, un empresario alemán que salvó a más de mil judíos del Holocausto nazi durante la Segunda Guerra Mundial. La película está basada en la novela El arca de Schindler, de Thomas Keneally, y cuenta con un reparto de lujo encabezado por Liam Neeson, Ben Kingsley y Ralph Fiennes.

La lista de Schindler es una película que combina el horror de la barbarie nazi con el humanismo y la sensibilidad de Spielberg, que logra crear un drama conmovedor y épico. La película está rodada en blanco y negro, lo que le da un tono documental y atemporal, y solo usa el color en algunos momentos simbólicos, como el del vestido rojo de la niña que camina entre el caos del gueto de Cracovia. La fotografía es magistral, obra de Janusz Kaminski, y la música es sublime, compuesta por John Williams e interpretada por el violinista Itzhak Perlman.

La película no escatima en mostrar la crueldad y la violencia de los nazis, especialmente del sádico comandante Amon Goeth, interpretado por un genial Ralph Fiennes. Pero también muestra la esperanza y la bondad que surge en medio del horror, gracias al personaje de Oskar Schindler, al que Liam Neeson da vida con una gran complejidad y carisma. Schindler es un hombre ambicioso y oportunista, que se aprovecha de la situación para hacer negocios con los nazis y emplear a judíos como mano de obra barata. Pero poco a poco va tomando conciencia del sufrimiento de los judíos y decide arriesgar su vida y su fortuna para salvarlos. Su lista se convierte así en un símbolo de la resistencia al mal y de la redención moral.

La lista de Schindler es una película imprescindible, que merece ser vista por todos. Es una obra maestra del cine, que ha recibido numerosos premios y reconocimientos, entre ellos siete Oscars, tres Globos de Oro y siete BAFTA. Además, ha sido seleccionada para su preservación por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y ha sido incluida en el puesto número ocho de la lista de las cien mejores películas estadounidenses del American Film Institute.

En definitiva, La lista de Schindler es una película que te hará llorar, reflexionar y admirar el talento de Spielberg y sus actores. Es una película que no te dejará indiferente ni te olvidarás fácilmente. Es una película que te cambiará para siempre.

Mi nota es un 9.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
albertopernas_
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5 de abril de 2023
7 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La lista de Schlinder es un fracaso. No solo a nivel cinematográfico, sino a nivel moral. En mi vida me había sentido tan defraudado por una película. Porque sí, yo en general critico y fulmino filmes malos apreciados por el público, pero con La lista de Schlinder es distinto. Eso se debe a que Roger Ebert, el mejor crítico de cine del mundo, dijo que La lista de Schlinder era una excelente película. En conclusión, criticar la Lista de Schlinder se vuelve un acto de rebeldía y sublevación, pero estoy dispuesto a correr ese riesgo y poner en peligro mi vida y reputación por defender el arte, el motivo de mi existencia.

A nivel moral, La lista de Schlinder es un fracaso principalmente por dos puntos. El primero, por su nacionalidad, el segundo, por sus intenciones.
En cuanto a la nacionalidad (estadounidense, como no) La lista de Schlinder es un escándalo por los siguientes motivos: para empezar, porque un judío americano (como Spielberg) poco tiene que quejarse del holocausto. Mientras que los judío de Polonia, Alemania, Francia, la URSS y muchos otros países eran exterminados, los judíos estadounidenses no movían ni un dedo por sus hermanos (de hecho, mucho más percentaje de la población católica y protestante estadounidense se alistó al frente que la judía). Además, Estados Unidos estaba (y está) plagado de nazis. Henry Ford y Charles Lindberg, por ejemplo, declararon su apoyo a Hitler, y actualmente neonazis como George Bush o Donald Trump salen elegidos democráticamente en las elecciones. Para rematarlo, tras finalizar la segunda guerra mundial el único castigo que se impuso a Alemania (aparte de reparar los daños económicos causados) fue dividirla en dos, y desde el primer instante los americanos querían abolir esa pena (de hecho al final lo consiguieron, y casualmente el sector de Alemania Occidental tiene muchos más neonazis que el de Alemania Oriental). Por si no fuera suficiente, todos los nazis que fueron ajusticiados por la justicia nortemericana no cumplieron su condena y fueron puestos en libertad por órden del Estado (obviamente con los que fueron ajusticiados en la URSS eso no ocurrió).
Dicho esto sobre la nacionalidad, toca hablar de las intenciones. El objetivo de La lista de Schlinder es que la gente piense que los judío son un especie de víctima histórica, pero no es así. Por más que fueron oprimidos por los nazis, ellos hacen lo mismo con los palestinos (imágenes de torturas a musulmanes en Israel son escalofriantes) pero de eso no se habla, puesto que cuentan con el apoyo (como no) de Estados Unidos (también es cierto que los musulmanes perpetran atentados yhadistas en sus sinagogas, una cosa no justifica la otra).

A nivel cinematográfico, que es lo que realmente importa, La lista de Schlinder es una mezcla de sensacionalismo, sentimentalismo, un blanco y negro perturbado por un abrigo rojo (idea copiada al gran Serguéi M. Eisenstein en la obra maestra El acorazado Potemkin), más de una hora de metraje deshechable que debería haber sido eliminada en el montaje final y una historia que pretende ser lacrimógena pero que a mi me parece soporífera y poco enriquecedora. Al menos tenemos algunas buenas interpretaciones y algunas escenas bien construidas, admito que la nota que merece es más un 3 o un 4 pero que le pongo un 1 de la indignación que me produce lo sobrevalorada que está.

Gracias
ELCINEFILO
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14 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres horas de continua atención. Un relato histórico genial contado que escenifican lo peor del ser humano.
Oskar Schindler es el prototipo de empresario con labia y modales que sabe moverse a las 1000 maravillas, a través de su personaje se desarrolla una historia de auténtico pavor pero de altísimo valor audiovisual e histórico.
Un must para cualquiera que vaya a visitar algún campo de concentración de la época, en especial, Auschwitz.
Alex
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8 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sea uno cinéfilo o no, simplemente por ser un ser humano, debe vivir la experiencia de ver la LISTA DE SCHINDLER del gran director Steven Spielberg.

Soy consciente de que a pesar de ser una gran película, no es para verla de cualquier manera, quiero decir que uno debe estar mentalizado para ello y debe de estar programado de alguna manera para enfrentarse a esta experiencia que vas más allá del propio cine.

Digo todo esto porque esta película es una obra tremendamente sensual, y sobre todo el mayor retrato del mal, de la crueldad, y del odio que he visto jamás (aparte de documentales, por supuesto). No deja sin lugar a dudas lo que significó el nazismo no solo para el país de Polonia, donde ocurre prácticamente toda la película, sino que implica a toda la humanidad, y para ello la película nos cuenta una emocionante historia real que nos sirve de vehículo para adentrarnos dentro del tercer Reich.

Ahora bien, LA LISTA DE SCHINDLER consiste en joven empresario alemán que en un principio es retratado como un nazi más, que busca ganar dinero y mujeres a través de la propia situación contra los judíos en Polonia, y busca aprovechar la guerra para sobre todo y ante todo, hacer negocio por encima de cualquier otra cosa. Hasta ahí, todo bien, es un hombre casi ludópata, mujeriego, infiel e incluso egoísta, porque busca enriquecerse de una manera que la película se encarga de mostrar que no es correcta evidentemente.

Pero al vivir y observar la barbarie nazi, logra empatizar con los judíos, muy especialmente a través de su contable judío. Y aquí entran en escena dos actores cruciales, ya que están los geniales Liam Nesson y Ben Kingsley, que tienen una relación complicada, pero que sirve para enseñarnos que a pesar de las diferencias, puede haber respeto ante todo, y eso me parece maravilloso.

Pero claro, ahí vemos la parte bonita, pero la parte negativa está reflejada tanto en las barbaries y asesinatos que presenciamos siempre con esa fotografía en blanco y negro y muy cruda y realista para meternos dentro de este triste acontecimiento histórico. La persona que refleja toda la podredumbre nazi se centra en un militar poderoso y cruel al que da vida el siempre genial Ralph Fiennes, y que vemos que todo el sistema nacional socialista de Alemania, de manera sistémica y muy burocratizada, tiene casi una economía paralela en la que la principal moneda es el odio hacia el judío y la violencia gratuita y repugnante en un genocidio terrible, que no tenemos que olvidar.

Gracias a esta película podemos recordar para siempre en lo que está basado, que es en la realidad de la segunda guerra mundial y los responsables de uno de los episodios más tristes y terroríficos de nuestra humanidad.

Pero ante tanta maldad, por lo menos la película logra convertirse en una obra maestra, porque aparte de mostrarnos tanto de los nazis, vemos algo de luz, algo de esperanza para la propia humanidad, y como a pesar de todo, siempre puede haber espacio para el respeto, la comprensión y la bondad a través de Oskar Schindler, ya que la historia real dice que salvó a unos 1200 judíos, que ya veréis como, pero me parece una historia alucinante, como Spielberg logra combinar lo más terrorífico, con lo más bonito, y todo ello con una fotografía de Lubezki maravillosa, una banda sonora muy emocionante de John Williams, y con un trabajo de dirección y de actuación no solo de los propios actores, sino incluso de los extras que están todos maravillosos.

Y para finalizar, solo apunto a que todo el mundo la vea y que se empape para siempre de la verdad para que nunca se olvide y aprendamos de ese pasado que tiene que marcarnos de por vida para que nunca vuelva a ocurrir.
Luis Rodríguez
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20 de enero de 2023
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En 1993, el director Steven Spielberg estrenó dos películas que marcarían un antes y un después en la década y en su carrera. El éxito de Jurassic Park, un film revolucionario por la posibilidad de ver dinosaurios en la pantalla grande por primera vez, fue un éxito rotundo en taquilla, lo que permitió financiar y aprobar por parte de Universal una cinta mucho más profunda, inquietante y emotiva, La Lista de Schindler.

Esta película ya es considerada como un clásico indiscutible. Rodada en blanco y negro, se narra la historia de un empresario alemán en la época del holocausto, donde durante todo el traslado de los judíos al gueto de Cracovia y luego a los campos de trabajo y concentración, les da trabajo en una fábrica, para de esta manera salvarles la vida y el adquirir, además de alto capital y prestigio entre la industria, también importancia entre la alta sociedad nazi.

Durante el transcurso de la película, se nos muestran personajes que son fundamentales para el transcurso de la historia, tales como el contador judío Itzak Stern, el cual trabaja para Schindler, en principio facilitandole los contactos de judíos con empresas en la quiebra por la guerra; y por otro lado el comandante alemán Amon Goeth, interpretado por Ralph Fiennes, un personaje frío, crudo, estúpido y malévolo, encardado de la liquidación de los guetos y de los campos de concentración.

A medida que la historia avanza, las imágenes se recrudecen, pasa de ser un mero lucro a través de la guerra, a convertirse en la representación más cruda y realista de Hollywood acerca del holocausto.
Sin embargo, Steven Spielberg tuvo mucho respeto al querer mostrar la deshumanización de este genocidio sistemático, puesto que si bien es una película con altos grados de violencia, no resulta excesiva ni grotesca. La fotografía en blanco y negro ayuda bastante con esto, debido a que logra establecer una limpieza en las imágenes quitando el color rojo de la sangre y dándole un tono documental al filme, tales como los que el mismo director tenía la posibilidad de ver antiguamente.

Spielberg sabe jugar muy bien con las emociones y el montaje, en varias ocasiones vemos secuencias que nos engañan y otras que poseen un significado muy fuerte utilizando el simbolismo. Una de las portadas de la Lista de Schindler muestra a la niña con el vestido color rojo caminando por las calles durante la liquidación del gueto. Este color entre toda la escala de grises de la película, representa no solo la sangre sino que la secuencia nos expresa cómo lo más sagrado, delicado e inocente pudo ser destruído por el ser humano, en este caso por el régimen Nazi.

De la misma manera, el nombre de la película no solo se ve referenciado por la lista de judíos a los que Schindler compra para salvarles la vida, sino a que esta cinta se encuentra repleta de otras listas, tales como las del comienzo, la de la distribución de personas aptas para trabajar y la de los campos de concentración. Esto claramente constituye otro elemento de simbolismo que dota la película.

La Lista de Schindler es una película que impacta varias veces pero no es hasta pasar el minuto cuarenta que la primera persona es asesinada. Esto para algunos puede resultar, además de su duración de 3 horas 15 minutos, una película lenta, pero es precisamente todo lo contrario. Spielberg gracias al montaje y al guión, hace una película realmente dinámica para su duración, donde hay tiempo para las interpretaciones y el melodrama. Es por esto que aquel que reproduce esta película y juzga su dinamismo probablemente crea que la cuestión solo se trata de violencia y muerte, algo grotesco e inaceptable.

El director alemán Michael Haneke cuestiona la narrativa de La Lista de Schindler, tratándola de una especie de mecanismo de manipulación hacia el espectador. ¿Tiene que existir de manera obligada una narración que insite al espectador a formar su idea propia o existe la libertad artística de retratar una historia de la manera más real posible? Aquí yo pienso que la respuesta es lo más concisa posible, no existe una doble interpretación sobre temas tan importantes. Esto daría pie a desinformar y constituye en algo muy peligroso en las sociedades de hoy en día.

La Lista de Schindler es un documento histórico muy importante trasladado a la ficción. Es la obra maestra de su director, Steven Spielberg y probablemente una de las mejores películas de la historia del cine. Por lo que nada mejor que haber sido consolidada como tal, llevando la historia de un héroe de un régimen despiadado y cruel.
Juliochd
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