Fucking Amal

Bonita historia de amor adolescente cuya particularidad más relevante radica en que ésta se desarrolla entre dos monadas de catorce años en una pequeña población sueca. He de confesar que, tras la experiencia previa de “Lilja-4 ever”, esperaba encontrarme con una obra algo más bizarra y transgresora, pero aún así, “Fucking Ämäl” no decepciona en absoluto, puesto que trata con suma franqueza y sentido ético un tema tan morboso como inmemorial.

Supongo que a día de hoy dicha coyuntura no escandaliza tanto como antaño pero, en cualquier caso, estimo digno de mención su tratamiento realista. Un tratamiento que, afortunadamente, esquiva tanto el dramatismo exacerbado como el enfoque moralista y que refleja con naturalidad y verosimilitud el acontecer de esa problemática educacional que supone la elección y la aceptación de una orientación sexual distinta a la de la mayoría.

El inefable estilo docudramático de Moodyson consigue que el espectador empatice y se implique con mayor rapidez e intensidad en esta historia de conflicto interno y externo (no olvidemos que la etapa adolescente conlleva una doble carrera de obstáculos para cualquier homosexual: la personal y la social) y ése es, a mi juicio, su mejor logro. Tal vez por ello “Fucking Ämäl” manifieste, instintivamente, un talante pedagógico encomiable.

Personalmente creo que la peli de Moodyson podría haber dado algo más de sí haciendo mayor hincapié en el ámbito familiar o en el debate interno de Agnes, pero tratándose de una ‘opera prima’ el sueco no se hace el ‘sueco’ y ofrece suficientes destellos de calidad como para no reprocharle mayor atrevimiento.

Encontré esta película por casualidad al cambiar de canal (la estaban dando por La 2, claro) y me fui a la cama emocionado.

Aunque su sinopsis parece de comedia adolescente, desde el primer momento se ve que el estilo es diferente y muy europeo, y la intrepretación y el dramatismo contenido te atrapan hasta un punto en el que es imposible permanecer indiferente ante las emociones de las protagonistas.

Simplemente preciosa.

Es extrañamente lenta y posee un ritmo más extraño aún, con bruscas elipsis y discursos paralizados, pero absolutamente todo rezuma verdad en esta estupendísima película. Todo ese lenguaje cinematográfico no sólo no es gratuito sino que se ajusta a los tiempos en cómo transcurren de verdad las conversaciones y las relaciones. FA parece suceder a tiempo real, en un lugar real y a adolescentes reales.

Más allá del guión, de una breve historia sencilla y cercana, la película se beneficia de un casting y unas localizaciones estupendas. Amal es cada pueblo, de Suecia o de España, donde te aburres cuando tienes 14 años, llegan chicas nuevas al instituto y siempre hay una guapa oficial. En ese sentido, el personaje de Elin es delicioso. Está tan harta y tan perdida que busca soluciones en cualquier sitio: en una fiesta-botellón a la que no le apetece mucho ir (pero es sábado por la tarde, después de todo), en la cama de un chico guapo y majo enamorado de ella o en los labios de una chica rara y lesbiana. Y, de esos tres lugares, se encuentra en el lugar que menos sospechaba.

A partir de ahí, lo del romance gay te lleva en volandas y te estampa una sonrisa en la boca hasta el final. La habilidad del guión, la dirección de actores y la eficacia de las protagonistas hacen que lo comprendas todo: la sorpresa, la alegría, el miedo, la indiferencia, las burlas, los desprecios y las decisiones finales. Una de ellas debería haber sido no permitir el doblaje al castellano, que es infernal.

Sí, sí, señor Moodysson. Ya no importa si se sirve demasiado chocolate, o si el vaso es muy chico, o muy grande. O sí te busca fulano, o fulana; si te vestís distinto, o igual a todos. Si no tenés amigos o, al contrario, no sabés que hacer con tantos.
Si tomás Coca Cola por el pico de la botella; si tu madre, padre, hermano o perro se te quedan con ojos de huevo duro porque se te ocurrió ser vos y decirlo. Si te gusta Nirvana, la peli Scream, Romeo y Julieta con Di Caprio en primer plano: ¿Es lindo, feo? Que importa. Sé vos.
Esto ocurre en Suecia, en Amal pero...Fucking Amal, fucking Suecia, fucking lo que se te imponga como moda, convención, norma de urbanidad; que hasta el caramelo duro sabor frambuesa está tan globalizado que ya no importa el dónde: todo responde a la misma causa, a los mismos intereses. No es cárguense; no es cojan, es FUCKING, shit, only fucking.

Adolescencia atormentada pero creadora de seres originales, errantes, espontáneos, caóticos. Ellos transpiran la voz aún no domesticada (y ojalá nunca lo sea). Ellos son la carne a condenar.

Por eso mismo, porque ellos quizás se van conscientizando, y si no son ellos Lukas les dá una mano, por eso mismo antes de que te caiga el sistema encima, antes de que pierdas el libre fluir de tus pensamientos o, lo que es peor, de tus viejos sueños...
Antes de eso, no te olvides, SÉ VOS.

"I want to Know what Love is,
I want you to Show me,
I want to feel what love is,
I know you can Show me..."

Así es, con los versos de esa hermosa canción de Foreigner, como comienza revelándose el amor entre Elin y Agnes en el asiento trasero del coche de un desconocido, a oscuras y con unas frases de las mejores que haya podido oir en mi vida reivindicando la fugacidad de la juventud: ("¿Que coño estamos haciendo?, Estamos totalmente locas. Pero estamos de Puta Madre"). Es sin duda uno de los mejores momentos que el cine europeo nos haya podido dejar en los últimos tiempos. Momento fugaz y mágico en el que Moodysson consigue plasmar con acierto lo que pocos directores son capaces de hacer. Porque aunque la ópera prima del reconocido director sueco pueda parecer una sencilla película de adolescentes enamoradas, el film va mucho más allá. Poniendo en entredicho cuestiones tales cómo la homosexualidad en un país supuestamente abierto, la importancia que muchos dan a la imagen que de ellos tengan los demás, la necesidad del ser humano de sentirse querido, la pureza de una amistad plena de confianza, la doble moral y la hipocresía de muchos padres y muchas personas al hablar abiertamente de que poco les importan esas cuestiones cuando cambián radicalmente de posición en cuanto alguién cercano a ellos resulta rebelarse cómo tal, y todas las inseguridades que pueden surgirle a un joven completamente inseguro de sí mismo, llegando al punto de querer quitarse la vida haciendo algo que muchos hemos hecho: dramatizar las situaciones que sufrimos en nuestra pubertad cómo si fueran lo más doloroso que hayamos sufrido, aunque a veces si pueden serlo (la crueldad de los jóvenes es cada vez mayor). Por tanto "Fucking Amal" no es meramente una película de paso, de sobremesa y olvido, es un testamento sobre la adolescencia y la intolerancia que muchos deberían ver y aprender de ella. Cómo ya se ha dicho, Fucking Amal puede ser incluso una actitud de vida. Cabe resaltar que en lo que a un servidor aquí presente se refiere pocas películas hay que me hayan enseñado tanto y tan bien cómo esta primera película de Lukas Moodysson.
Un director que por cierto reafirmaría de manera definitiva su talento con una de esas películas que marcan el corazón y el alma por su dureza tan real, "Lilja 4-Ever". Uno de esos films que se quedan siempre contigo para no irse jamás. Sin duda otra obra de obligatorio visionado.

(Sobrepaso los 3000 caracteres... Al Spoiler)