La ladrona de libros

Muy especial para aquellos que disfrutan de las historias de la segunda guerra mundial. Una película para ver más de una vez. Bien actuada bien dirigida y con una profunda historia de lealtad y amistad. Imperdible.

Adaptación al cine de la novela de Markus Zusak, un relato que se sitúa en la línea de "Un saco de canicas", "El niño con el pijama de rayas" y el más desgarrador "El diario de Ana Frank". Esto es una historia sobre las vivencias de una niña durante la Segunda Guerra Mundial y en terreno ocupado por los nazis. En esta ocasión su protagonista Liesl (Sophie Nélisse) es una pre-adolescente alemana que se ve obligada a vivir con una familia de acogida ya que su madre ha sido acusada de "comunista" por el gobierno nazi. En su nueva casa Liesl descubrirá nuevas inquietudes como la lectura, hará nuevos amigos y probará los sinsabores de la guerra.

Debo que decir que "La ladrona de libros" no trata el drama y las penurias bélicas con la dureza y el desgarro naturales y decididos de otros film (como la misma "El diario de Ana Frank" (1959) de George Stevens o "El pianista" (2002) de Roman Polanski), y es que estamos ante otro tipo de film; una cinta más bien familiar y algo descafeinada que, aun así, sabe no infantilizar ni llevar a lo necio y sonrojante el tratamiento de su argumento. "La ladrona de libros" nos expone sus situaciones con la naturalidad, la sensatez, el juicio, la delicadeza y la sutileza justas. Todos sus diálogos son maduros y meditabundos con comodidad (destacándose los diálogos entre la protagonista y su padre de acogida), y las situaciones que se dan en la cinta se tratan con un medrado equilibrio para transmitir con bocetos los sentimientos de cada sensación (ojo a con que asombrosa credibilidad se nos describe la alienación de la sociedad durante esa fogata (no diré más para no dar spoilers) y su convencido sentimiento nacionalista apasionante en el peor de los sentidos).

Así pues el film no avergüenza ni abochorna en su tratamiento hacia un tema tan delicado. La cinta además se beneficia de los intérpretes que se pasean por ella. Los personajes secundarios meramente tienen con lo que trabajar, pero el trío protagónico se luce con esmero. El pedazo de actriz que es Emily Watson (infravaloradísima intérprete en mi opinión) se vuelve a demostrar de nuevo en este largo donde saca oro de un personaje que en el guión no pasa del trazo, y logra sacar nuevas dimensiones a un personaje con la poderosa sutileza y complicidad que solo Watson y muy pocas actrices saben mostrar. De Geoffrey Rush (otro infravalorado actor) poco se puede decir a estas alturas, su presencia en cualquier film es la solvencia, la personalidad, el talante y la cercanía; y en "La ladrona de libros" se convierte en el padre que toda persona quisiera tener a su lado... aun con un personaje que de nuevo el guión tan solo esboza. Su protagonista logra imprimir a su personaje todo lo sombrío y taciturno que tiene... y lo digo en el buen sentido, pues esta Liesl es una joven sufrida y curtida en el dolor.

Es una lastima que el desarrollo argumental no se comprometa a ofrecer mayores vicisitudes en sus personajes, ni que aporte un drama de mayor potencia y calado para con el tema que nos ocupa. Por culpa de ese retraimiento "La ladrona de libros" se queda en un drama a medio gas y con medias tintas. Pudo dar mucho más (la cinta además goza de una realización rigurosa, detallada y lucida. Brian Percival no erra en un ningún plano o corte... y en ocasiones incluso es capaz de aportar cierta oda eficaz para con el espectador (como cuando Liesl entra en esa gran biblioteca y es consciente del universo de fantasía y erudición que tiene ante ella)) de lo que nos da, aunque lo que nos dé se conforme con ser un entretenimiento a bastantes ratos interesante y curioso.

Solo recomendable para los seguidores de este tipo de cine que ambienta sus dramas particulares dentro del nazismo, el resto de cinéfilos no se van a perder algo reseñable en este film (ni siquiera las presencias de Rush y Watson compensan el visionado, aunque lo eleven con su oficio).

Lo mejor: La voz en off de la muerte (lo más reflexivo e interesante del relato en el plano existencial del ser humano). Las interpretaciones de Emily Watson y Geoffrey Rush, por este orden.
Lo peor: Un guión que no profundiza ni sondea en sus situaciones expuestas con tanta elegancia. Su desenlace algo tosco.

Me parece una película muy bonita que te hace pensar en cómo era la vida en aquella época. Los efectos de sonido y el decorado te transportan a aquella época y creo que los actores hacen muy bien sus papeles. Personalmente pienso que al ser tan larga se hace un poco pesada sobre todo al final, pero en general me parece una muy buena película.

Con estas películas de la Segunda Guerra Mundial que meten algún personaje judío en tramas secundarias me entra la sensación de hastío que derivó, hace algunos años, en un polémico tweet de Pérez Reverte sobre lo trillado del tema. Realmente, el tweet no era polémico en sí mismo y, de hecho, era difícil no estar de acuerdo: se lamentaba irónicamente de lo complicado que era ambientar una obra literaria en un Auschwitz del que ya había habían sacado personajes de todas las profesiones (y pasaba a enumerar ejemplos algunos verdaderamente rocambolescos como ‘El tatuador de Auschwitz’, el farmacéutico del mismo lugar o la extravagante ‘El mago de Auschwitz’. Yo creo que la cosa no iba tanto por la sobreexplotación del infame lugar sino por su utilización como instrumento comercial para historias que tendrían exactamente la misma significación de haber sido ambientadas en cualquier otro lugar y que tiraban del campo de concentración con fines promocionales. La cosa es que algunas organizaciones para la memoria del Holocausto no pillaron la ironía o consideraron que traspasaba sus políticas de tolerancia cero al respecto y se produjo un corto, pero desagradable, intercambio de pareceres en el que, en una de esas escasas casualidades del destino, probablemente las dos partes llevaban razón.

“La ladrona de libros” es varios años anterior a esa controversia, pero ya en su día me pareció que la película pecaba de instrumentalizar el nazismo como decorado a una historia interesante y de recargar el argumento con las tramas secundarias que un guionista sin demasiado recorrido en el tema hubiese sacado googleando «los diez imprescindibles de la WWII». De lo primero, no digo nada. Siempre se percibe más fresca una película cuando encaja en su momento, pero no tiene nada de malo ambientar tu historia donde creas que puede provocar más impacto o donde veas que el contexto histórico te puede proporcionar escenarios interesantes, en este caso las quemas de libros públicas o la Noche de los Cristales Rotos. Lo segundo es que, directamente, le sobra a una película que ha recreado más que correctamente la Alemania nazi (tanto por en la parte física como su marco mental) y que no parece ser consciente de que se puede hacer una película de esa época sin gente delatando o escondiendo a judíos, igual que se puede pasarlo bien en una visita de fin de semana a Budapest sin visitar absolutamente todas y cada una de las recomendaciones de TripAdvisor.

Se nota que “La ladrona de libros” procede de esas novelas que, de vez en cuando, dan con la tecla para contar una historia a prueba de directores que conecta con casi cualquier tipología de espectador independientemente de su edad, género o perfil académico. Puede pecar de superficial y genérica, pero tiene ese encanto que te hace sentir parte de la hsitoria y dejar buen cuerpo por mucho drama que termine habiendo. Seguro que todos los que la critican venderían un riñón o darían un par de dedos del pie por haberla firmado. Como además la película está bien hecha y muy bien interpretada, logra el par de horas de entretenimiento que se le pide. Y si le sobran cosas, pues eso que te llevas. Todo lo demás es accesorio, incluso la controversia. Sinceramente, me hizo gracia una de las respuestas que hablaba de Pérez-Reverte como ‘el banalizador de Auschwitz’ y otra que insinuaba estar pensando en explorar la idea de ‘el influencer de Auschwitz’ para su siguiente novela.

''La ladrona de libros'' es uno de los pocos casos (al menos a mi parecer), en los que la película es incluso mejor que la novela original.
La película consigue poner la piel de gallina desde el minuto uno, contando una historia apasionante, con fondo, emocionante, con corazón y sentimiento, y, lo que és más importante: con alma.
Sophie Nélisse encabeza un reparto en el que nos encontramos a actores de la talla de Geoffrey Rush o Emily Watson, ambos magníficos en sus respectivos papeles. Pero la joven protagonista consigue superar a ambos, con una sublime actuación.
En definitiva, una película que podría ser perfectamente la ganadora del Oscar a Mejor Película, incluso por delante de ''12 años de esclavitud'' y otras. Magnífica.