Mr. Brooks

De tener un "alter ego", me gustaría que fuera William Hurt. No por lo que en Mr. Brooks tiene de persuasivo, no, sino para hablar con él de la mujer araña, de los hijos de un dios menor, o para hablar de aquellos de los que no hablamos.
Es bueno averiguar cosas. No sé si es bueno averiguar todo, pero sí averiguar cosas. De ese modo, uno puede llegar a saber que matar a alguien que te conoce es como pretender que te cojan. O lo común que es, al cabo, el sentimiento de querer acabar con quien te hace una pifia conduciendo.
No es sólo una pieza de entretenimiento indispensable, Mr. Brooks. También tiene, la película, una extraña poesía. Y a Costner de Jesús, solvente, como casi siempre. Y a Demi Moore, tan potente como acostumbra toda vez que dejó la cerámica.
¿Qué sería de la vida sin sorpresas? Poca cosa, probablemente. Igual que poca cosa habría sido Mr. Brooks, el personaje, sin su "alter ego", William Hurt. El mismo William Hurt a quien espero en los asientos de atrás de mi coche para hablar de los que no hablamos..., y de lo que no hablamos.

Me llamó la atención la premisa porque me recordó algo a Dexter, la serie sobre un asesino que controla sus impulsos intentando encauzarlos por un buen camino, pero con una especie de necesidad natural de matar. Aunque me parece que Dexter es mejorable, me gustó mucho, y pensaba que le faltaban algunos puntos que quizás estuvieran aquí.

Y no están, pero no es por eso que me defraudara, es que es una bazofia de estas que no puedes soportar la espera del tan ansiado "fin". Costner un padre ideal y hombre del año, que habla con su otra personalidad que le dice "mata, mata, mata", sin ahondar lo más mínimo en una situación que pueda interesar al espectador por su complejidad, también carece del dinamismo y el buen hacer de algo simple pero disfrutable. Para colmo, como historia de fondo está la parte de la superpoli millonaria Demi Moore, que está para lucirse, porque esa línea argumental no aporta absolutamente nada a la historia, con unas 2 horas de duración que se hacen pesadas. Al menos se podría quedar en la hora y media clásica ahorrándose a la Moore.

Si queréis ver una historia de un asesino que intenta llevar una vida normal, esperar a que emitan en España la serie Dexter, un asesino que no sólo intenta parecer normal, es que además trabaja para la policía y resulta que su padre le enseñó a controlar su instinto asesino matando sólo a gente que se lo merezca. Los personajes son mucho más interesantes así como las situaciones. Sin ser tampoco una obra maestra, porque da para más y algunas cosas están cogidas con pinzas (a ver si mejora en próximas temporadas), le da tropecientas mil vueltas a esto.

El gran cine de los Estados Unidos se está quedando sin ideas. Los argumentos son tan rebuscados y estrámboticos que ya no saben que presentar. Esta "Mr. Brooks" es un "pastiche" desigual de distintas películas. Lo que parecía ser una trama interesante deviene en unos personajes sin profundidad psicológica y completamente estereotipados, sin alma ni fuego. La verdad es que el pobre de Costner no da pie con bola desde su ya lejano exito de "Danzas con Lobos"; en cambio Hurt, uno de los "grandes", apenas cumple con su papelito de secundario.

A sus años Costner haciendo experimentos, su carrera no va bién y se empeña en hacer papeles tan arriesgados como este. Una película que no sabes a donde te puede llevar, no siembra comedia, ni drama, ni terror, por no decir apenas sentido. Desde el primer minuto te intentas habituar al personaje de "Pepito Grillo" de Hurt y conforme avanza la trama te das cuenta de que tal vez sea lo mejor de este refugio de estrellas en decadencia sin calidad argumental ni capacidad de agradar al espectador.

Kevin Costner realiza un doble papel, el de marido y padre ejemplar al que le van tan bien los negocios que es nombrado hombre del año y, su otra cara, la de un asesino en serie que no puede dejar de matar. A esto le sumamos a William Hurt, el diablo en persona, se encuentra dentro de la cabeza de Mr. Brooks y es el que le incita –haciendo acopio de humor negro– a matar. Tampoco podía faltar el papel del poli incansable, encarnado por Demi Moore, que no cederá hasta ver al “asesino del pulgar” entre rejas. Con este panorama tal vez se pueda pensar que tenemos ante nosotros una historia ya repetida varias veces en Hollywood pero que a priori puede parecer interesante cuyo resultado final resulta desesperante.

El director y coguionista Bruce A. Evans junto con Raynold Gideon realiza una trama desastrosa con diversas historias paralelas que bien podrían haber sido eliminadas, todavía me estoy preguntando a qué viene la historia de la hija. Si luego nos fijamos en las interpretaciones, Kevin Costner no es que ande muy sobrado pero sobre todo debo destacar a Demi Moore que permanece con la misma cara en todo el filme, tanto da que su exmarido la quiera llevar a juicio, que la disparen, que los compañeros la intenten joder, que esté interrogando a los vecinos, una de las peores interpretaciones policiacas que he tenido la oportunidad de divisar.

Retomando el guión, la historia paralela de Tracy, la mujer policía, no tiene mucho sentido y menos aún es verosímil, el asesino en serie que la persigue es otro mejunje que ha sido introducido a presión en un cocktail en ebullición que en sus dolorosas dos horas de metraje aburrirán al espectador de forma escandalosa. Tampoco se entiende muy bien el papel del fotógrafo (Dane Cook), es aparecer en escena y venirse todo abajo, lo malo es que esto ocurre en los primeros minutos.