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La mejor oferta

Intriga. Romance. Thriller. Drama Virgil Oldman (Geoffrey Rush), un hombre solitario y excéntrico, es un experto en arte y un agente de subastas muy apreciado. Su vida transcurre al margen de cualquier sentimiento o emoción hasta que conoce a una hermosa y misteriosa joven (Sylvia Hoeks) que le encarga tasar y vender las obras de arte heredadas de sus padres. Esta joven, que sufre una extraña enfermedad psicológica que la mantiene aislada del mundo, transformará para ... [+]
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Críticas 161
Críticas ordenadas por utilidad
1 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque no me la habían recomendado, me decidí a alquilarla por la buena nota que tenía en Filmaffinity, y no me ha defraudado en absoluto. Mezcla varios géneros y temas, y es mejor verla sin ideas preconcebidas. Solo hay que saber que trata del mundo del arte y las relaciones personales, de una manera muy contenida y al mismo tiempo hace pensar, tanto sobre el argumento como sobre el sentido del arte y de la vida misma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
billythekid
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15 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hecho de ver actuar a Geoffrey Rush, justifica por sí mismo ver esta película. El original argumento te atrapa, creando un clima de incertidumbre y angustia, con un desenlace totalmente imprevisible hasta los últimos minutos del film. Las apariencias engañan, y ninguna de las relaciones entre los personajes del film resultan ser lo que en un principio esperabas.
egarno
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17 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película interesante, con personajes interesantes, maniáticos, asfixiados. La película gira en torno al mundo de las tasaciones artística, me ha parecido un acierto, quizás el fondo sea lo de menos, pero la relación entre los personajes y su psicología es el punto fuerte.
Además mantiene ese calor, esa calidez, propia de los directores italianos.
La recomiendo porque aunque quizás no atraiga tanto como a mi su historia, al finalizar será de esas películas que al menos unos minutos después seguirá en su cabeza y eso es bastante dificil dado el cine de hoy.
Vandroid
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26 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que siempre resultan agradables de ver por su buena ejecución y sus tramas resultonas. Son divertidas e ingeniosas y resultan placenteras para toda clase de públicos. La mejor oferta es de esta clase de películas, con su giro final incluido que te hace repasar mentalmente la película entera y te deja en la memoria un regusto final de cine audaz aunque no excesivamente original. Sin embargo hay un poso más evidente que te deja, un poso a quiero y no puedo, a intento fallido, a buen material que no logra coger altura artística. El mundo en el que está ambientada la película, el mercado del arte y sus subastas, no puede ser mejor escenario para una trama perturbadora como esta, que habla de la fascinación de la belleza auténtica, la amenaza del fraude, la obsesión enfermiza que produce el primer amor sobre todo si llega bien entrado en la madurez de la vida. Este mundo permite rodear de una atmosfera de decadencia y belleza al relato que le va como anillo al dedo y engancha al espectador desde el primer minuto. El protagonista es una persona compleja e infeliz y Tornatore se muestra hábil presentándonos el personaje y dejando a Geoffrey Rush crear un ser humano complejo, arísco y vulnerable con auténtica maestría. Su creciente fascinación por la muchacha que habita la mansión donde se desarrolla gran parte del film está rodada con delicadeza, su relación es convincente, comprendemos todos los sentimientos que despierta en el subastador y de manera sutil aparecen todas las pulsiones masculinas que han sido relatadas en innumerables clásicos como Pigmalión u Orfeo. Algunas secuencias son realmente bellas y conmovedoras. ¿Qué es lo que sucede para que la película no alcance su plenitud? Pues una trama complementaria, que luego resulta clave para entender todo el filme, que no está a la altura del relato. Una relación con un joven inteligente y conquistador que, aunque remite a la maravillosa la huella, no está a la altura del resto del film. La relación es poco creíble, el personaje del joven no tiene profundidad, los diálogos que mantienen se mueven entre la incoherencia y la sosería, su nexo de unión, un prematuro robot del siglo XIX no despierta ni curiosidad ni desasosiego en el espectador. Que distinto este robot del XIX de ese jocoso y perturbador marinero que reía sin cesar las humillaciones y vejaciones que se infligían Michael Caine y Laurence Oliver en la huella. No pude evitar acordarme de él durante el sorprendente desenlace. Una pena que esta parte del film estropee su conjunto porque el resto es brillante: la música de Morricone, la galería de secundarios que arropan el relato y forman parte de su atmósfera, la recreación del mundo de las subastas y el mercadeo del arte, sus reflexiones sobre las falsificaciones y como estas reflexiones se reflejan en la misma esencia de la trama y para terminar, su final abierto, desquiciadamente esperanzador, arraigado en un personaje con una fe ciega en sus conocimientos de la belleza y de las falsificaciones. La verdad, que aunque el tipo es un mentiroso, un estafador y un arrogante no puedes por menos que reconocerle que Praga es un buen sitio para esperar y desearle buena suerte
pela
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27 de abril de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una propuesta elegante, quizás con un inicio algo lento, remarcando en exceso los rasgos de los personajes principales, sin dejar nada que el espectador pueda masticar por sí mismo. Poco a poco, el guión va fluyendo y las interpretaciones, magníficas, de Rush, Sturgess y Sutherland (breve pero contundente), van dotando a la película de interés. El paso de drama o romance rarito a intriga se hace de una forma muy natural, a lo que ayuda la forma de rodar de Tornatore: elegante, pausada, con planos muy bellos. Flojea algo en los diálogos y en la interpretación de Sylvia Hoeks, un pelín blandita y poco creíble en su papel de enferma agorafóbica. El final, aunque un tanto tramposo y predecible para los espectadores más listos, sorprende y llena. En todo momento, una banda sonora marca Morricone acompaña las bellas imágenes que Tornatore nos enlaza. Una película recomendable.
melchorin
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