La orgía nocturna de los vampiros

Cuando un amigo me recomendó esta peli, reconozco que me senté a verla con prejuicios, no es una peli especialmente buena, pero teniendo en cuenta que es de 1973 no está tan mal como me esperaba, la historia es entretenida y hay golpes un tanto cutres, pero en general, se pasa un buen rato viéndola. La banda sonora no hay por donde cogerla, y hay escenas eróticas que dan la risa, pero no sé si la salvo porque me había hecho a la idea de que era patética o porque me sorprendió para bien, disfrútenla!

Tenemos un buen punto de partida para una película de terror por su camino, un grupo de personas que viajan en un pequeño autocar rumbo a un pueblo de Rumania llamado Bojoni donde han sido contratados para trabajar al servicio de una familia de nobles decide desviarse unos kilómetros de la ruta hacia un pueblo llamado Tolnia que ven en un cartel y que está cerca, para descansar pues debido a la muerte por un ataque cardiaco del conductor en pleno viaje llevan un día muy ajetreado.
Al llegar al pueblo encuentran este vacío y se instalan por su cuenta en una casona donde encuentran un acogedor entorno (limpia, hay bebidas y las camas hechas) y con un agente comercial al que le fallaba el coche y hace dos horas que llego.
Una vez instalados todos en diferentes aposentos, Ernesto (Gaspar 'Indio' González) se queda en el salón de abajo tomando una copa y a continuación cayendo en un cierto sopor, al oír un ruido se sobresalta y sale a dar una vuelta por el pueblo a ver si descubre la causa, se pronto y surgidos de la oscuridad van apareciendo pequeños grupos de siniestros lugareños (estos si son siniestros de cojones y no los pintamonas quien vamos en las producciones de hoy en día) a su alrededor estrechando un lento e inquietante cerco hasta que con el lógico terror por parte de Ernesto al ver lo que se le viene encima, saltan encima de él al más puro estilo zombie y comienzan a morderle.
A partir de aquí, pese a lo ratonera de la música (sintetizador rayano en lo ye-ye, salvo contadas y acertadas excepciones), la ausencia de la orgia del título, ausencia total de sangre (de gore mejor ni hablamos), erotismo de saldillo y una dirección a veces un tanto errática y reiterativa, tenemos una buena y entretenida película de terror de esas que al acabar te dejan con una buena sensación, en base a la magnífica atmosfera de que está impregnado hasta el último fotograma (pueblo seguramente del norte de España con ambiente húmedo y musgo en las paredes de las viejas casas con aspecto cuasi medieval, fotografía cruda y siniestra en su perenne ausencia de sol y vestuario y aspecto de los vampiros/zombies), entiéndase por buena siempre y cuando la situemos en la época y con los medios de que está rodada y sepamos apreciar la voluntariedad y porque no decirlo resultón guion firmado por Gabriel Moreno Burgos y Antonio Fos (“Nadie oyó gritar 1973”) y dirección de ese artesano director que lo mismo valía para un roto que para un descosido, León Klimovsky, además de ser el responsable de varias de las películas protagonizadas por el gran Paul Naschy que tantos nos hicieron disfrutar a algunos.

El lamentable título de la película de Klimovsky "La orgía nocturna de los vampiros" era y sigue siendo un anzuelo muy bien colocado para que piquen ciertos espectadores con ganas de ver algo subido de tono, por no decir claramente que los más salidos leen la palabra orgía y son incapaces de pretender ver otra cosa. Y me molesta, porque la película no es una más cutre de esas que en cualquier momento y por cualquier excusa aparecen lozanas mujeres desnudas, por delante y por detrás, para calentar al personal. No, sencillamente está muy lejos de ser una película erótica y dentro de las limitaciones de su idea original se trata de una película más seria de lo que hace pensar su título.

¿Quién no conoce la historia de un grupo de personas que ven amenazada su integridad por oscuras intenciones, con sangre, desapariciones y todo tipo de sustos?; la idea, original no es, ya sea en un campamento de verano, en una casa apartada, en un barco o en una nave espacial, el recurso de ver desaparecer a un determinado grupo de personas poco a poco es algo ya muy visto. Y sin embargo, funciona. Klimovsky, un verdadero stajanovista del cine, saca jugo mezclando vampirismo, zombies, canibalismo y fantasía pura. Mucha violencia, mucho asco a veces y primeros planos que merecen más respeto que el que se le puede tener a una película con semejante título.

Así que aquí estoy, defendiendo una película del llamado fantaterror patrio porque considero que es justo decir lo que es: rotundamente es mejor película de lo que parece, pese a los clichés, pese a que es cutre por momentos, pese a todo.

Es el único gran fallo de la película; la música es horrorosa.
Unas veces unos soniquetes electrónicos bochornosos, luego música en plan Lalo Schifrin, que quizá para unas persecuciones por San Francisco quedaría bien, pero en esta película donde sólo aparecen dos vehículos y, encima estropeados, pues como que no pega.
Y por último hay momentos en que la banda sonora parece la de una película de Paco Martínez Soria, con esos "lalalas" que tampoco son adecuados ni siquiera en los momentos de "destape" que hay en el film.

Todo esto impide que te tomes la película muy en serio y es una pena, porque tiene una atmosfera muy bien conseguida y es entretenida e interesante.

Lo mejor esos pueblos, carreteras y parajes (León? Palencia? Burgos?) que aparecen en la película