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Stop Making Sense

Documental Aclamadísimo documental musical sobre los Talking Heads en concierto, rodado en 3 noches y con 7 cámaras por Jonathan Demme. (FILMAFFINITY)
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
14 de noviembre de 2007
36 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienzo: David Byrne, acompañado en un vacío escenario por un radio cassette interpreta Psycho Killer.
El papel le queda como un guante, porque el amigo Byrne tiene una cara de raro y esquizofrénico que no se la salta un gitano.

Desarrollo: Se van uniendo, uno a uno, Tina Weymouth, Chris Frantz, Jerry Harrison y el resto de la banda. Tocan varios temas: "Heaven" (para los que no conozcan a los Talking, de esta canción hizo una versión Presuntos Implicados llamada "Cielo" ), "Thank you for sending me an angel", "Burning down the house" (que versionó Tom Jones hace no muchos años), "Swamp" (aquella canción que se escuchaba en la fiesta que Herbert Viola montaba con Tomasito en "Risky Business")...

Giro: se retira Talking Heads y el matrimonio Tina-Chris se queda en el escenario tocando temas de su grupo Tom Tom Club, con ritmos cálidos y melodías suaves, para descansar un poco del psicopatismo frenético del amigo Byrne.

Giro: tras el descanso, la impaciencia por volver a ver al grupo en acción se quiebra en sorpresa cuando aparece Byrne envuelto en un traje enorme para tocar "Girlfriend is better". Es una idea sencilla, simple... pero devastadora.

Fin: se acaba el primer concierto grabado por completo en digital tras tocar unos cuantos temas más. 8 cámaras han ido mostrándonos al numeroso elenco de músicos, en el momento adecuado y de la forma adecuada, mientras la gafapastoesquizofrénica música de los Cabezas Parlantes nos taladra el subconsciente y nos instala el chip del tic nervioso en el esqueleto.

Conclusión: este es el hasta ahora único concierto - película grabado en la historia. Y encima, obra maestra. ¿Se puede pedir más?.
La mejor película de Jonattan Demme, de largo.
Lo mejor: "Psycho Killer", la construcción del escenario, la lámpara de "This must be the place", el traje, la banda, los bailes del coro, los variados instrumentos, la música, la iluminación, "Once in a life time".... TODO.

Lo peor: todavía era muy jovencito para saber quiénes eran estos chiflados con lo que no los pude en ver en pantalla grande.



Alguien, no recuerdo quién, dijo una vez: "la música de los Talking Heads es la única música hecha por blancos que puede hacer bailar a los negros".
Óle.
Hay que tener en cuenta que en el 84 no habían visto aún la luz los discos más famosos del grupo: "True Stories" (que también tuvo película, extraña, y de la que aún estamos esperando que se publique el disco de la banda sonora original, cantada por los actores del filme, como prometió la banda en su día), "Little Creatures" (con canciones como "Road to nowhere"/Ponte de moda, moda Lois o "And she was", que alcanzó años después mucha fama gracias a la película "Mira quién habla") y "Naked", el genial vinilo del mono en la portada.
Sines Crúpulos
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4 de abril de 2009
25 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace 25 años se filmó uno de los mejores conciertos que he escuchado en la vida. Fue el año de mi nacimiento. Y como muchas de las cosas buenas que he descubierto, se ha hecho esperar y por fin conozco a los Talking Heads. Grandes, muy grandes.

Uno de los inconvenientes de haber disfrutado de una adolescencia en los 90 es haberme perdido los conciertos de mis grupos favoritos (Dire Straits, OMD, Queen, Led Zeppelin...), y de otros que curiosamente he conocido gracias al cine (Joy Division o Talking Heads).

Supongo que el disfrutar del documental está supeditado a que la música de estos monstruos le gusten a uno. Pues bien, para quien no los conozca o ande dubitativo, le recomiendo enfervorecidamente estos 80 minutos de cojonuda música, que personalmente me han tenido clavado a la pantalla y golpeando sin descanso la pierna del eléctrico ritmo que Byrne y los suyos provocan durante todo el concierto.

La mezcla de sonidos electrónicos y rockeros, la voz y la gesticulación enfermiza de Byrne (si Ian Curtis parece que fibrila en sus conciertos, no se pierdan a Byrne), el buen rollo entre los integrantes del grupo, la calidad individual de cada componente, los ojazos de Tina Weymouth (¡cómo me pone esta mujer!), el juego de luces...todo ello da lugar a uno de esos conciertos mágicos que ocurren una vez cada 10 o 20 años. Y Demme no sólo es testigo de excepción sino que además lo transmite con un oficio increíble.

Y como no podía ser de otra manera, fue en una pequeña sala, donde está la buena música. Para bailar un palmo por encima del suelo. Un concierto-documental que ya entra a formar parte de mi vida. Gracias.
tantra
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11 de agosto de 2006
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stop Making Sense tiene la cualidad de atraparte desde el principio gracias a una soberbia introducción/interpretación del clásico Psycho Killer y de no soltarte hasta el clímax final, ese en el que el público ya ha abandonado sus asientos y está bailando cada una de las piezas del grupo. Del concierto, sin embargo, me quedo con la alucinante energía que brota de la voz de David Byrne, un cantante al borde del colapso que en esta película alcanzó su cumbre, tanto a nivel vocal como visual (sus bailes, carreras, coreografías y miradas son tremendos ejemplos de una puesta en escena ejemplar). Con todo, la realización de Johnatan Demme es perfecta y ayuda a disfrutar aún más de este cancionero irrepetible, respetando la música del grupo como nadie lo ha hecho nunca (quizás Scorsese en The Last Waltz) y dando el protagonismo siempre al artista, no a los encuadres. Una delicia para melómanos.
Jazzinvencible
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26 de enero de 2006
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces un concierto grabado resulta tan interesante. Con un desarrollo que recuerda a una pelicula convencional, con su principio, su presentación de los personajes (en este caso los músicos), un nudo y un desenlace... y todo ello sin dejar de mostrar lo que en realidad es, un concierto en vivo. Hay muchos momentos memorables, sin duda el comienzo con la canción Psyco Killer con Byrne solo en un escenario completamente desnudo y tan solo acompañado de un radiocassette y una guitarra es uno de ellos; o el minucioso montaje del escenario por parte de los operarios mientras los Talking Heads van saliendo a escena uno por uno, canción por canción. El momento mas espectacular sin duda es cuando David Byrne interpreta la canción Girlfriend is Better embutido en un gigantesco traje.
Cuando termina el concierto uno no puede reprimir las ganas de aplaudir.
Umbopo
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27 de noviembre de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el irrepetible y carismático David Byrne al frente, los Talking Heads lograron hacerse un hueco entre las bandas imprescindibles del panorama pop rock internacional de los 80. Sobre la base de uno de sus conciertos, el realizador Johnatan Demme (“El silencio de los corderos”, “Philadelphia”) dirigió en el 84 este documental que en opinión de los expertos pasa por ser una de las cumbres del género.

No tengo datos suficientes para dictaminar si “Stop Making sense” es o no el mejor de los conciertos pop – rock jamás filmado (sin ir más lejos, creo que por ejemplo el “The last waltz” de Scorsese está unos peldañitos por encima); aún así creo que la película es una experiencia digna de vivirse y, contradiciendo un poco el título original, de sentirse.

Porque esto, como todo concierto de rock, es una experiencia, sí señor. Una descarga de adrenalina total que arranca con la austera presencia de líder de la banda interpretando su famoso “Psicokiller” sobre un escenario desnudo con el solo acompañamiento de su guitarra y un radiocasete que le proporciona el resto de la base rítmica. Van después desgranándose uno a uno los temas mientras vemos a los empleados ir montando el escenario y a los músicos ir incorporándose progresivamente. Todo hasta llegar a un final apoteósico con el publico puesto en pie sin dejar de bailar un momento.

Un espectáculo 100 por 100 disfrutable, aunque no seas muy fiel seguidor del grupo. Unos músicos de lujo, un repertorio de calidad y bailable, una puesta en escena sin grandes parafernalias. El histrionismo de Byrne hace el resto.

Como curiosidad, Demme volvió a contar con el propio Byrne para la banda sonora de su película “Algo salvaje” en la que incluso aparece cantando el tema inicial durante los títulos de crédito.

Lo peor de todo es que la experiencia te sabe a poco, en pleno subidón te quedas con ganas de más y de corear lo que se corea en esos casos en los conciertos: ooooootra, ooooootra.
Juan Solo
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