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Los pájaros de Baden-Baden

Drama. Romance Es verano y Madrid está casi desierta. Elisa (Catherine Spaak), una joven burguesa que está preparando la tesis doctoral, necesita los servicios de un fotógrafo para ilustrar su trabajo. Contrata a Pablo (Frédéric de Pasquale), un hombre algo bohemio, extraño y solitario que vive con su hijo (José Luis Alonso). A pesar de un malentendido inicial, ambos se sienten mutuamente atraídos; empieza así una relación que para ella no es más que ... [+]
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
3 de febrero de 2013
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Baden Baden es una ciudad alemana que estuvo de moda por la alta burguesía en el siglo XIX como ciudad de descanso por las termas, utilizadas ya por el emperador Caracalla, así que “los pájaros de Baden Baden” es una alusión que hace Ignacio Aldecoa a aquellas personas que veraneaban en el Madrid de los años 60.El film nos recuerda inevitablemente a Chabrol por la crítica a la burguesía, su tedio y su abulia, pero en este caso la vemos más de cerca por las imágenes realistas de la Gran Vía, los coches, la vestimenta y hasta la música. Lástima que la voz sea doblada, lo que a nuestro juicio pierde belleza en la historia simple, pero al mismo tiempo creíble. La hija de un abogado con dinero se enamora de un perdedor especializado en hacer cosas que no sirven para nada.
Destaco del conjunto de la película la secuencia en la que se van a bañar a la poza de un rio ( recuerdo a Miguel Ríos con su famosa canción y la novela de Ferlosio "El Jarama") y el amigo dice descubrir detrás de la belleza de Catherine Spaak el bienestar y la felicidad de los que desde el principio de los tiempos han perseguido a los poetas perdidos, momento en que a la solicitud de un poeta el amigo se pone a recitar: Yo quiero ver aquí a los hombres…Lorca, Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres…Dámaso Alonso, Como el toro, he nacido para el luto y el dolor…Hernández, Espronceda y sus cañones por barba, pero el momento cumbre es cuando le pide que recite un poema de Claudio Rodríguez y ambos intercalando los versos dicen: “Largo se hace el día a quien no ama y él lo sabe, y el oye ese tañido corto y duro del cuerpo, su cascada canción, siempre sonando en la lejanía.” Y terminan: “Día largo y aún más larga la noche. Mentirá al sacar la llave. Entrará. Y nunca habitará su casa”
félix alonso
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10 de septiembre de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de un relato corto de Ignacio Aldecoa, no era la primera vez que el cineasta Mario Camus filmaba una historia de este autor. Un cineasta afín a la generación literaria de los años cincuenta, a escritores como Luis Martin Santos, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite y el prematuramente desaparecido Ignacio Aldecoa, todos ellos muy cercanos al realismo, con inquietudes sociales y rescatando a los perdedores de la guerra civil, esos olvidados que también tenían su dignidad. Camus y su guionista Manolo Marinero, se toman sus licencias, como: el protagonista Pablo (Fréderic De Pascuale) es de mayor edad, un perdedor y fracasado cargado de frustración y amargura y tiene un hijo (José Luis Alonso) que alivia su pena y le ayuda a refugiarse en un mundo de fantasía, alejado de la realidad.

Nos hallamos en un caluroso verano madrileño y la joven Elisa (Catherine Spaak) una bella burguesa de familia acaudalada, aprovecha la marcha de la ciudad de sus padres para dedicarse a su tesis doctoral para la que necesita unas fotos que le llevarán a conocer y enamorarse del maduro Pablo, que tiene inquietudes literarias pero que se conforma con la fotografía y hacer de “negro” para otro escritor. El film profundiza en las relaciones de pareja en un mundo materialista donde prima el dinero, saliendo a relucir las abismales diferencias sociales que les separan. Un drama filmado con buen pulso, teniendo en cuenta que Camus aún no estaba en su madurez creativa, de títulos tan aclamados como “La colmena” o “Los santos inocentes”, curiosamente sus mejores trabajos siempre apoyados sobre grandes novelas de la literatura española.

Los dos protagonistas son actores de lengua francesa al ser una coproducción con Suiza, por lo que el doblaje se hace inevitable. El Madrid estival de la época está muy bien presentado y forma parte importante del drama. En mi opinión, la película merece la indulgencia necesaria para pasar por alto sus defectos, que los tiene: una música a veces invasora y persistente que subraya algunas escenas innecesariamente, un empalagoso esteticismo fotográfico, errores poco significativos. A su favor, además de lo expuesto hay que añadir, que es una película muy personal e interesante que tiene una desgarradora intensidad emocional, los personajes son ricos en matices, con claras referencias literarias que enriquecen la trama: “Los amores tardíos” de Baroja que está leyendo Pablo y llama la atención de Elisa, “El lobo de mar” de Jack London”, “El demonio del mar” de Henry Hathaway, que ven en el cine la pareja con su hijo.
En spoiler describo lo mejor del film.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Antonio Morales
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9 de septiembre de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El amor es una aventura arriesgada y sorprendente. En un instante puede llevarte de la cima a la sima, desde la cumbre de la exaltación y la alegría de vivir hasta las profundidades en las que se sitúa la antesala del Infierno. Hay quienes viven varias experiencias amorosas en sus vidas, pero los fracasos previos apenas les sirven para evitar errores futuros. Dicen que hay quienes solo conocen un único amor en sus existencias que sea pleno y satisfactorio. La mayoría, sin embargo, no conoce el vértigo de la pasión y pasarán por la vida sin esta imprescindible experiencia, conformándose con sucedáneos.

De este asunto tan trillado trata esta maravillosa película. Sus protagonistas se entregan al amor de forma distinta. Ella, parece que vive un fugaz pasatiempo veraniego, no llega a sumergirse del todo en el torbellino de la pasión, aunque en algún momento de la trama parece dudarlo. Él, por el contrario, se entrega al amor con el ansia de un náufrago que trata de asirse a un clavo ardiendo.

Desde luego se trata de un amor difícil, pero habría que haberlo intentado con la misma ilusión que la del niño que completa el trío. La apuesta es desigual: ella apenas arriesga nada, quizá en el futuro incluso llegue a olvidarse de la experiencia; él, por su parte, lo apuesta todo. La suerte está echada.

Esta trama amorosa está tratada con mucho esmero y sutileza por el gran director Mario Camus, autor de excelente trayectoria que aquí logró su obra cumbre. El guion es de gran perfección, muy superior a la liviana trama del cuento de Aldecoa en que se basa la historia; pero es en la realización donde alcanza el virtuosismo con planos de gran intensidad como los que se desarrollan en el bar de copas, en los que utiliza un arma que pocos directores saben manejar como él: el juego de las miradas, la más delicada esencia de la gramática cinematográfica. Otros momentos de gran emoción son el plano sobre la nuca de Elisa en el restaurante, un instante de gran tensión; la escena a tres en el cine con el tierno intercambio de asientos; la visita al amigo poeta, con el brillante recital de poemas y los fogonazos que iluminan los recuerdos de la protagonista; aparte, claro está, del memorable final que no comento.

Lástima que no hubiera tenido la paciencia o el dinero preciso para pulir algunos aspectos: los planos iniciales son impropios de una obra de tanta profundidad, la secuencia de la fiesta es algo chirriante y mejorable; por último, la música del siempre excelente García Abril es poco variada.

Pese a estos defectos, la considero la mejor película de Camus y una de las diez mejores de nuestro cine. Es tan buena que hasta los programadores de TVE se olvidaron de interrumpir los títulos de crédito finales.
drelles
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25 de abril de 2010
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es, a mi juicio, la mejor de las películas basadas en relatos de Ignacio Aldecoa y llevadas al cine por Mario Camus. Tanto "Young Sánchez" como "Con el viento solano" me dejaron frío, ya que denotaban la todavía inexperiencia del director y una considerable falta de garra en la narración.
Sin embargo, "Los pájaros de Baden Baden" tiene ese "nosequé" que engancha de principio a fin. Se nota a un Camus más diestro y, esta vez sí, tiene un argumento con la suficiente fuerza e interés como para atraparnos.
Se trata de una historia de amor entre otras tantas, pero todo contado con un innegable encanto que cautiva y, por momentos, incluso emociona.
Cancio
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22 de agosto de 2015
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo cierta prevención a ver películas basadas en obras literarias, especialmente si éstas me han gustado mucho. Me enfrento a esta película, que me sonaba con ecos casi míticos de un pasado adolescente, precisamente cuando estoy leyendo los cuentos completos de Aldecoa. Lo hago sin haber leído aún el que da lugar al guión. La película me gusta mucho, bastante más de lo que esperaba de una obra de los comienzos de Camus. Encuentro muy bien representado el mundo de Aldecoa, ese romanticismo fatalista de seres embrutecidos por el trabajo, o bien adormecidos por una vida fácil y ramplona. El tema es eterno: el amor entre dos seres separados por la clase social y los valores adquiridos en la infancia. Sin embargo tiene un aire delicado, se me antoja que muy francés, a pesar de ser Madrid en verano un protagonista más de la historia. Catherine Spaak resplandece de belleza y las escenas eróticas -atrevidas para la época- están resueltas con naturalidad y sin ese exhibicionismo banal que triunfó con el "destape" un poco después. Está latente el abismo entre dos mundos: el de los triunfadores, los que todo lo hacen bien, los que llevan ganando desde hace muchas generaciones, y el de los desgraciados, los que se dejan llevar por los instintos y son orgullosos y se refugian en poesías estúpidas. No sé si es que me ha pillado en buen momento, pero la película me emociona. En cuanto acaba cojo el libro y leo el relato. Como ya imaginaba éste es un mero esquema, unas cuantas pinceladas que el lector debe rellenar con su complicidad. La película, más que una adaptación es una creación de nueva planta, con unos personajes cogidos prestados y otros de nuevo cuño, pero donde queda patente que los guionistas conocen muy bien toda la obra de Aldecoa. Eso es precisamente para mí una buena adaptación. No me extraña nada que, andando los años, consiguiera Camus una película tan redonda como "Los santos inocentes". Hay otras dos adaptaciones de Aldecoa hechas por Camus: "Young Sánchez" y "Con el viento solano". Me las apunto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fuman2
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