Obsesionada

Este título de telefilm no engaña, "Obsesionada" es un digno producto de cualquier sobremesa televisiva, compitiendo por hacerse con algo de share contra niñeras psicópatas o adolescentes anoréxicas, todas ellas producciones que juegan en su misma liga.

La reina del R&B tuvo poco olfato a la hora de producir este proyecto que se le queda pequeño. Beyoncé sabe actuar pero no hay nada que hacer ante una trama tan descafeinada, con una historia que no para de girar sobre la misma premisa y unos personajes escaparate.

Su alter ego no es otra que la atractiva Ali Larter, la "femme fatale" que pasa por todos los episodios típicos de la villana casposa (acoso sexual, mails amenazantes, intentos de secuestro, colarse en casa ajena...), no obstante el impresionante lenguaje corporal de la rubia peligrosa hace que la acompañes en sus fechorías.

En definitiva, "Obsesionada" fracasa en su repetitivo y tópico desarrollo. Esta descarada falta de ideas nos deja ante una película mediocre y para público no exigente, que sólo arranca cuando las féminas se desmelenan en sus minutos finales, una mezcla entre Gladiator y Kill Bill que consigue arrancar la carcajada. Por lo demás, ni estas dos bombas sexuales logran levantar algo en la película, y es que, si a esto lo han clasificado como thriller erótico, que cataloguen "Física o Química" como cine de autor.

Lo mejor: Ali vs. Beyoncé.
Lo peor: El resultado es muy pobre.

Cutre y salchichera, con todos mis respetos a los demás usuarios que tendrán diferentes opiniones a la mía.

El protagonista, no tiene ni pizca de sentido común, la mujer (beyonce) es la desconfiada por excelencia, la mala demasiado obsesa, el amigo del protagonista muy tonto, y no digamos el amigo de la mala…una mala maruja.

Con esto que acabo de comentar queda dicho que los papeles que les dieron a los “actores”… eran malos. El argumento más simple que el mecanismo de un chupete.

Y yo desesperado y apretando los dientes deseando que se termine la película porque me sangran las encías de tanto apretarrrr

La cantante Beyoncé y el fornido Idris Elba protagonizan este “estrenos TV” de presupuesto respetable que al final se queda en nada. Ambos forman una pareja afroamericana ideal, los dos guapos, casados, con un niño al que por lo que se ve no llora de noche ni hay que darle de comer, con éxito en lo profesional, una casa de la leche, dos Mercedes… pero un día él empieza a ser acosado por una rubia blanca, toda buenorra ella, que empieza poniendo en peligro sus votos maritales, luego su matrimonio propiamente dicho y ya finalmente su vida. Ya veis, aunque no lo parezca, eso de que te lo puedas montar por la mañana con Beyoncé y por la tarde con la rubiaca acosadora Ali Larter trae más problemas de los que os imagináis.

Hasta aquí, cambiando el atrezzo, nada que no se haya visto antes en miles de películas de acosos y obsesiones, a no ser que alguien considere el hecho racial como elemento diferenciador válido respecto a otras obras comparables. Pido perdón por adelantado si alguien se siente ofendido, pero pero “Obsesionada” es una película producida por gente de color (Beyoncé y Magic Johnson), protagonizada por gente de color y dirigida a la gente de color… No hay que ser muy retorcido para darse cuenta de que los protagonistas son afroamericanos de éxito y que los blancos son los que cargan los muebles en las mudanzas, los que cogen las llamadas, los que acosan y los que en todo momento ponen miradas aviesas como si estuviesen tramando algo.

Dejando a un lado esta anécdota racial, lo que único que distingue “Obsesionada” (para mal) de otras películas similares es un desarrollo delirante. De entrada, Beyoncé hace de maruja desesperada que por la mañana no dice que no a un polvete rápido, por la tarde estudia y por la noche le monta pollos al marido por llegar tarde (con ese típico bamboleo de cabeza con un brazo en jarra mientras el otro señala acusadoramente tan afroamericano). Luego está el tema del acoso, que como queda fatal en pantalla que un hombre se defienda de una acosadora, el guión tiene que dar treinta inverosímiles vueltas para que sea una mujer la que le ponga las peras a cuarto a otra. De la parte de fractura familiar, metida con calzador para sacar el lado más trágico de Beyoncé, mejor no hablar… tengo fundadas sospechas de que se eliminó media hora de metraje, la parte cómica que falta en todo este batiburrillo de lugares comunes llamado “Obsesionada”, en la que salían Bill Cosby, Steve Urkel y el tío Philip Banks.

Dudo mucho que haya pasado por las pantallas de cine, pero si lo ha hecho seguro que ha sido un batacazo porque cuesta encontrar referencias a esta película (me he enterado de su existencia por pura casualidad). “Obsesionada” es más bien carne de televisión, para cualquier tarde de verano en Antena 3 para competir con “Sálvame”, nada más que eso. Me juego cualquier cosa a que Beyoncé cambia de tema y canta “halo, halo, halo” cuando le comentan su participación en esta película.

Por supuesto que esta película no es Atracción fatal.

Por supuesto que la obsesionada no es Glenn Close.

Por supuesto que el guión no es perfecto.

Por supuesto que mucho de lo que ahí se cuenta es perfectamente predecible.

Por supuesto que el acosado es el mero tercero en discordia en un asunto cuyo protagonismo se deja a las mujeres.

Pero también....

Por supuesto que la película no está tan mal como algunos la pintan, pasarás un rato muy entretenido y la peli se te pasará volando.

“Dramón de sobremesa” define a la perfección a éste intento de thriller psicológico, que nunca arranca y que apenas se sostiene en su trama. La historia que plantea brilla por tópica y por predecible, su ritmo si bien entretiene, nunca llega a intrigar a poner en suspenso al espectador. Sus débiles bases argumentales van cediendo a medida que el guión plantea situaciones cada vez más rebuscadas para hacer funcionar la historia. Los personajes apenas están definidos, no se si los han hecho estúpidos a propósito para darle más juego a la historia, pero en todo caso los actores no ayudan mucho (por no decir nada). Idris Elba soso como pocos y al final hasta prescindible de la historia, mero florero; Beyonce… un cambio de registro penoso, sus aires de protagonismo no se ven saciados hasta el final; Ali Larter sale mejor parada aunque uno no se quita la idea de que la han puesto más para despelotarse que para interpretar como se debe a su personaje.

Para pasar el rato puede ser (si realmente no hay nada mejor). En general fallida, olvidable al terminar de verla y recomendable (supongo) a los fans de la cantante.