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The Taste of Tea (El sabor del té)

Comedia. Drama. Fantástico El sabor del té es un homenaje al cine costumbrista clásico japonés, donde la familia es la base de creación de historias mínimas. Aquí tenemos a los Haruno, conformada por un abuelo ex dibujante y con mente de niño, un hijo que es odontólogo pero practica la hipnosis con sus pacientes y su familia, su esposa, una ex artista de animación que quiere retomar su carrera, el cuñado, que es un ingeniero de sonido y sus hijos, un joven ... [+]
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
11 de mayo de 2007
29 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que a veces criticar una película y transmitir el porqué te gusta, es un tema complicado. Según lo veo yo, cuando conectas con una película no necesariamente esta ha de ser una obra maestra. Hay veces que la situación, la compañía y el estado mental en el que te encuentras provocan que una misma cinta se vea con distintos ojos.
En este caso creo que todos los hados y circunstancias se conchabaron conmigo y viendo esta película llegué a uno de esos momentos de no mirar el reloj ni un solo momento, y creedme los 140 minutos dan para hacerlo. Durante la proyección de esta película no puede apartar la vista ni perder detalle. Quedé hipnotizado por las historias que me contaba el Sr. Ishii, solo podía reírme, el resto era atención imperturbable frente a la pantalla.
¿Por qué? Por las historias (la múltiple trama de historias) que no paraban de enseñarme, las pequeñas fabulas que representaban algunas, lo trágico-cómico de otras, la hilaridad que me despertaban la mayoría. Realmente no podría definirla como una comedia... (de hecho no sabría definirla), si acaso, me atrevería a aplicarle el término friki (pero en su acepción de simpático, raro, diferente y por todo esto, interesante). Los personajes son una "típica" familia japonesa (ja ja ja), y como es normal a las familias "estándar" les ocurren cosas estándar. (Como habréis notado, espero…, pretendía ser patéticamente irónico).
Esta familia es muy FRIKI !! y como tal, lo que les ocurre es muy FREAK !! Encima si esto lo riegas con las anécdotas explicadas a un ritmo correcto (sin abusar), dosificas los gags de forma adecuada y de vez en cuando dejas caer pequeñas perlas de ternura y de situaciones entrañables, al final consigues un plato exquisito. Dado lo surrealista de muchas situaciones haría un símil con un pastel exquisitamente sabroso al cual se le ha aderezado con una buena dosis de una planta de consumo ilegal, (ya sabéis cual), de ahí el título de mi crítica. :-D
Es una película que recomiendo a todos aquellos que dispongan de un ánimo propicio y de 2 horas y 20 minutos que ganar. Porqué todo el tiempo que inviertas en ver esta película nunca será tiempo perdido.
anardes
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16 de marzo de 2011
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acertado homenaje al máximo exponente de la nueva ola japonesa: Shohei Imamura.

Conglomerado de historias y personajes que componen un rompecabezas alrededor de una mesa de comer. Familia heterodoxa, trazada descriptivamente mediante el empleo casi exclusivo del lenguaje visual, sin el uso recurrente del diálogo excesivo, ni recursos explicativos como el uso de la voz en off. Tarea complicada cuando se intenta ensamblar distintas historias de diferentes personajes. Un ejemplo de definición de personajes fabuloso lo encontramos en el personaje de Hakime (Takahiro Sato). Hakime, adolescente y enamoradizo, regresa a casa exaltado y exhausto de pedalear tras conocer que comparte con la chica de sus sueños, el gusto por el juego del Igo. Balbucea incomprensiblemente las palabras, su nerviosismo es contagioso.

Katsuhito Ishii combina con acierto la fantasía con un cine de costumbrismo familiar con aroma de otro de los grandes directores nipones: Yazujiro Ozu (y parece que la semejanza no es baladí, pues Ishii recurre con frecuencia a tomas ferroviarias que mucho nos recuerdan al maestro Ozu). Historias de hilarante humor absurdo y ciertos momentos escatológicos marca Imamura.

Queda un resultado que por momentos peca de disperso (ante la magnitud del elenco de personajes) y adolece de nervio debido a un excesivo metraje (sobre todo en su parte central) pero que la fabulosa construcción de sus personajes, que como el té, tienes que saborearlos poco a poco hasta que descubras sus matices; y la extravagante combinación de anécdotas, acaban por conferir un filme de indudable calidad.
Chagolate con churros
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23 de abril de 2007
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra inclasificable en si misma pero sin embargo se pueden encontrar algunas pilares históricos dentro del argumento de la películala como la cotidianidad de La Familia.

La Familia es la protagonista de la película y sus miembros y sus vínculos solamente el vehículo a ese concepto mayor. Se podría decir que es una familia disfuncional pero eso ya a perdido peso en la actualidad, pues la funcionalidad es una ilustración meramente relativa y figurativa. Tiene quizás algún paralelismo con otra obra con eje fundamental igual como es la familia que es la película "Yi Yi"de Edward Yang.

En un peculiar estilo el cineasta Katsuhito Ishii parece evocar la tradición costumbrista en su retrato de esta familia que vive en el campo cerca de Tokio. En Occidente este artista se lo puede conocer como autor de la animación que formara parte de la genial "Kill Bill" obra de Tarantino. Es evidente la relación de Katsuhito Ishii con el animé y en esta obra se vislumbra en muchas secuencias.

El film elabora ese retrato familiar de manera fragmentaria, casi por episodios, vemos las aventuras de vida de cada uno de los miembros de la familia, a través estas historias mínimas Ishii logra demostrar la presencia de la poesía en la vida cotidiana.

El personaje más inquietante tal vez sea la hija pequeña, perseguida obsesivamente por su doble de dimensiones considerables, al cual intenta exorcizar incansablemente mediante una vuelta en una barra de ejercicio.

Al director no le interesa el realismo, es así que las situaciones se codean con el surrealismo o cerca del delirio sin temor al ridículo. Es ahí donde surgen muchos de los detalles más deliciosos y más entrañables de la película. Posee una buena fotografía, el paisaje del campo japonés aporta lo demás.

Una obra recomendable por ser quizás distinta, tanto así para oriente como occidente que deja un buen sabor luego de verla...
Maldita Fiera
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14 de septiembre de 2008
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un niño corre por el campo, intenta llegar a tiempo al tren, pero no llega y observa desde la distancia como el tren se marcha. Allí se va la chica que le gusta a la que al parecer nunca le ha dicho nada. El niño se frustra y mientras medita como ha llegado hasta allí le sale, literalmente, un tren de la cabeza.

Una niña está preocupada porque se siente observada. Una copia de sí misma en tamaño gigante la observa detenidamente vaya donde vaya, en la escuela, en casa, en el campo..., la copia de sí misma está acechando y para deshacerse de ella, y siguiendo el ejemplo de una historia que contó su tío sobre un hombre sangrando que también se le aparecía en todos los sitios, la niña intenta darle la vuelta a una barra de gimnasia para que la copia de sí misma desaparezca.

El tío cuenta una historia sobre su infancia. Mientras recogía huevos en el campo se encuentra con un huevo medio enterado, el huevo es extremadamente grande. El niño decide hacer algo con el huevo...

Hay que ver "El sabor del té" porque contarlo no es lo mismo que verlo. Porque esta familia tan particular se merece no una, sino tres películas. Extravagante, entrañable, memorable y deliciosa película que recomendaría a todo el mundo.
Sersolo
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2 de junio de 2007
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si una película se pudiera convertir en un “flash” esa seria "El sabor del té", Katsuhito Ishii, me da a mi que consume sustancias que, en algunos países, se encuentran prohibidas, uno se da cuenta viendo las excentricidades de los personajes y del propio director (que bastante tiene de poeta), a los que cuesta un poquito acostumbrarse al principio, pero al momento ya estás inmerso en ese mundo, y cuando termina no te das cuenta de que pasaste casi dos horas veinte minutos viviendo en una zona rural de Japón con una familia bastante particular.
La película cuenta un momento de esa familia, a través de las historias individuales de cada miembro. Humor, surrealismo: un fantasma de un yakuza, la madre es animadora, el abuelo ilustrador, el padre médico que aplica hipnosis, uno de los tíos un dibujante de manga y la hija menor ve a su doble, que posee un tamaño gigantesco, además, aparecen dos personajes secundarios con disfraces de alguna serie friki. Todo representado con maravillosa sensibilidad oriental (imágenes de la naturaleza, danzas, amor). Es admirable cómo saben incluirla hasta en las películas violentas o de terror.
"El sabor del té" es cine con todas las letras, que utiliza recursos que generalmente no se utilizan, supongo que por miedo, para no arriesgar, o por falta de imaginación.
Para pasar un buen rato en un mundo que deja una agradable sensación de bienestar.
Arakiri
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