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Bodas de sangre

Musical. Romance En un pueblo andaluz se celebra una boda. La novia sigue enamorada de su antiguo novio Leonardo. Una vez celebrada la ceremonia, se entrega pasionalmente a él y esa misma noche huyen juntos, pero el esposo abandonado los persigue... (FILMAFFINITY)
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
12 de marzo de 2007
18 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un clásico drama poético, trágico, de Federico García Lorca (1898-1936), contado sin pronunciar palabra, por la magia de la danza, la música y el canto de Andalucía, el flamenco, (influencias de los árabes, bereberes, judíos sefardíes y gitanos, códigos conservados por la tradición), liderado por Antonio Gades y Cristina Hoyos. Una experiencia de lo sublime. Si alguna vez se siente desanimado o triste vuelva a verla. (Si sólo le gustan las películas de acción no se preocupe, no la vea, aunque tal vez podría descubrir un nuevo mundo). Perfección del encuadre, el movimiento (tema privilegiado del cine), el color, la luz y el movimiento de cámara. Un enorme espejo a la Diego Velázquez permite pasar de un lado a otro, como Alicia en el país de las maravillas.
Las canciones retoman las poesías de Bodas de sangre: "Despierte la novia despierte, la mañana de la boda; ruede la ronda y en cada balcón una corona.".
Leonel
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8 de junio de 2011
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La recreación flamenca del teatro de Lorca no deja indiferente a nadie; o amas el arte del grupo de Gades, o te aburres profundamente.
Comprendo aquellas personas a las cuales se les hizo este film, una insufrible perdida de tiempo: la falta de recursos, la omisión de dialogo, escenarios inexistentes....
No obstante, estos contratiempos son los que provocan mí, mi mas profunda admiración y reconcome mi aliento hasta tal punto de quedar helado ante semejante fusión de mis tres grandes musas; el flamenco, el cine y el teatro.
No suena en ningún momento el dialogo del dramaturgo, pero este siempre esta presente. Lorca, fue sin duda uno de los grandes amantes del folclore andaluz, y esto es la película: puro folclore.
La fuerza, la garra, el arte, el sentimiento,,, no es la historia, es el alma de la historia. Es el cante. Es esa cosa inexplicable para la gran mayoría que algunos pocos privilegiados respiran, manifiestan y sienten,mientras que el resto de la humanidad se conformó con simplificar tales rasgos en la palabra ''arte''.

Para simplificar; me encanta la película, pero jamás la recomendaría.
francesc
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8 de junio de 2006
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Despliegue sereno y desnudo, de la inmortal obra de García Lorca a cargo de lo mas granado del flamenco español: Gades Y Cristina Hoyos, en el baile, José Mercé al cante y Paco de Lucia a la guitarra.

Una coreografía apasionada, y con momentos geniales, donde cada gesto, cada matiz, es parte de un todo que a la postre no es sino arte en estado puro.

La primera y a mi gusto la mas autentica de las películas que Saura hizo sobre los ballets flamencos de Gades, y que años después continuaría ya sin el maestro con películas como: Sevillanas, Flamenco, Iberia o la magnifica Salomé basada en la obra de Wilde, y con ballet a cargo de Aida Gomez.

Lo dicho un placer de disfrute sereno para todos los amantes del arte del baile y el cante, único requisito, casi indispensable eso si, conocer la obra de Lorca.
Wilard
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25 de junio de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pequeña obra de cámara la que nos brinda el cineasta aragonés, con una estilización elegante y a la vez minimalista. Producida por Emiliano Piedra, y recomendada por su esposa, Emma Penella, tras caer seducida por la magia que desprende el musical basado en la obra de García Lorca, en una representación teatral a la que asistió. Supone un triple encuentro con la fascinación. Fascinación de Antonio Gades por la obra del granadino; fascinación de Carlos Saura por la obra de Antonio Gades; fascinación, en fin, del espectador por esta obra maravillosa de Lorca, Gades y Saura. La versión del gran bailarín es una depurada síntesis del drama lorquiano, del que se elimina la palabra y se queda con la esencia del arte: con el gesto, es la música de las guitarras, el baile y la expresión corporal, la que nos va describiendo el drama.

Por medio de la danza Gades subraya, fiel a Lorca, el carácter eminentemente telúrico de una obra centrada en tres palabras: tierra, sangre y muerte. Elimina y subraya, pero también añade y explica. Como la obra en la que se inspira, la versión cinematográfica de “Bodas de sangre” está estructurada en tres actos precedidos de un extenso prólogo, tres partes que dan cuerpo narrativo a las tres ideas madre antes señaladas: una primera en torno a la madre y el novio, a la tierra y su fruto; una segunda centrada en la boda y la fiesta, en la cual se despliegan los elementos corales y se destilan las únicas gotas de alegría, y la tercera la ocupa el duelo, un apasionado cruce de navajas.

Decía Carlos Saura que quería hacer un documento sobre la creación, para transmitir al espectador esa fascinación que sólo se siente cuando se asiste a las ensayos, y no desde la lejanía del patio de butacas, y así es efectivamente, el extenso prólogo inicial describe, en un tono cordialmente documental, a los actores, músicos, cantaores y bailarines que van a interpretar ese ensayo de la futura representación ante el público. Nosotros como espectadores nos convertimos en testigos privilegiados al revivir, con la cámara de Teo Escamilla, no sólo el ensayo sino todos los preparativos del mismo, los pequeños rituales a la hora de prepararse, maquillarse o vestirse.

El milagro de la obra de arte, se producirá cuando, sumidos todavía en esa familiaridad de lo cotidiano, en ese trabajo repetido y fatigoso de los ensayos, de los movimientos más difíciles de la obra, surja ese ensayo general que se convierte en representación definitiva. Sobre esas paredes desnudas, bajo la expresión de la danza, la cámara se convierte en espectador y actor del drama, puro hechizo y encantamiento, grandes planos generales con movimientos corales. Destaca por encimo de todos, un Antonio Gades pletórico con su magnetismo y su magia para atraer a la cámara y seducirla, sin olvidarnos de una excelente Cristina Hoyos por su naturalidad y carisma. Momento especial es la nana que interpreta Pepa Flores (Marisol) y Pepe Blanco cantando el pasodoble “Ay mi sombrero”. Pocas veces se describió mejor el arte flamenco.
Antonio Morales
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7 de mayo de 2011
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mini película, ya que dura muy poco y narra como un grupo de ballet flamenco ensayan la obra "Bodas de sangre". No tiene nada de particupar, ya que ver un ensayo... es un poco raro, aunque luego el ensayo llega a ser la película en sí, que es la historia de esta novela de Lorca.

Los bailes flamencos, yo que no entiendo, me parecieron estupendos, al menos es lo que pude disfrutar más. La canción que canta Marisol, espléndida, donde se demuestra que aún tiene voz para ello.

El resto, pues... ni fu ni fa...
edugrn
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