La sombra del Monte Saint Michel (TV)

Lo de mejor de la película son las tomas del Monte de Saint Michel, un monumento precioso, que nos ayuda a conocer un poco más de su historia y nos cuenta alguna de sus leyenda. Con ese telón de fondo tan impresionante Klaus Biedermann sólo consigue hace una película predecible al cien por cien. demasiado correcta en sus formas y demasiado francesa. Lo que intenta ser una película de intriga, asesinatos, traumas infantiles, personajes oscuros... se convierte en un film en ocasiones sin sentido y aburrido. Una película que lo único que aportar es poder viajar aunque sea sólo con la vista a un lugar maravilloso y único. En cuanto a los actores, por decir algo, sólo destacaré a Pénélope Leveque, una adolescente conflictiva con unos ojos preciosos. Y es que esto no da para más

39/21(24/02/12) Telefilm galo que me atrajo por su título y el bellísimo lugar donde está rodado, el segundo lugar más visitado de Francia después de París. Este escenario es reflejado de modo preciosista, se hacen planos desde todos los puntos de vista, se nota que el director debe estar enamorado del lugar, de sus tomas generales o de sus entramados callejeros, de su majestuoso perfil que llega a parecer una cuña que penetra desde la tierra en el cielo, sublime. Luego está el argumento, y aquí no hay para mucho, podría haber sido en el sacro monte o en cualquier otro lugar, el entorno es una excusa para enganchar a personas fascinadas por el paraje, entre los que me cuento, se inicia con el viaje de dos hermanas, Elisa Parreaux (Claire Borotra) y Audrey (Penelope Leveque), acaba de morir la madre y se dirigen al Monte San Michel, lugar donde criaron para cumplir el último deseo de la madre, esparcir sus cenizas allí, durante una noche de tormenta mientras Audrey pasea con la hija del alcalde desaparece, encontrada más tarde muerta, Audrey sufre amnesia y no recuerda lo que pasó. La historia no da mucho de sí, es muy artificiosa, maniquea, con unas actuaciones simplonas, un desarrollo de trama pueril con subterfugios manipuladores y sensibleros, un ritmo cansino y espeso, todo esto muy propio del medio al que está destinado, a la tele. Resaltaría la bella música de Maïdi Roth de resonancias místicas, muy por encima de la calidad de la película. Recomendable a los que gusten de ver el Monte San Michel. Fuerza y honor!!!