Lesbian Vampire Killers

'Lesbian Vampire Killers' no es una mala película, o al menos, no mala del todo.
Hubiese sido peor si el proyecto hubiese caido en las manos de la Troma o si Jess Franco hubiera querido volver a contar una historia sobre vampiresas lesbianas.

Por suerte, aunque es sin duda una suerte incierta, la película es de producción británica y por obligación, al ser una historia de vampiros, le deben mucho a la Hammer y eso se nota, lo cual es de agradecer pues los homenajes a la mítica productora son de lo más llamativo de la película.

A grandes rasgos al principio puede recordar mucho a ' Zombies Party' pero unos minutos avanzada la narración las similitudes con la película de Edgad Wright se quedan en algo superficial.
En resumen,a un chico le deja su novia, su amigo le propone ir a Ibiza a olvidar sus penas, él le dice que prefiere ir a algún pueblo perdido de la campiña inglesa, y acaban en el primer pueblo que ven en un mapa. Sobre el pueblo pesa una maldición, como se ve en el prólogo. Y los dos amigos y un grupo de estudiantes expertas en folclore se las tendrán que ver con las vampiresas lesbianas y evitar que Carmilla, la Reina Vampira, vuelva a la vida.

A grandes rasgos' Lesbian Vampire Killers' es una mezcla de comedia, acción, terror, aventuras y erotismo. Aunque al final se queda en un gran nada, los chistes son buenos pero escasos, como la última imagen que se ve antes de los títulos de crédito del final. La acción es sutil y torpe, e interrumpe a la narración más que ayudar.
Y respecto al terror y al erotismo, resulta muy evidente las pretensiones de la productora de exportar la película a EEUU, la autocensura es tan exagerada que hasta da lastima.
Y el guión, en lineas generales es muy pobre, dandole vueltas una y otra vez a los acontecimientos que el espectador ya conoce y que frenan en seco lo que podría ser una entretenda y dinámica comedia de terror.

Pero como he dicho antes, la película no es mala del todo y lo únco que la salva del abismo es la comedia. Pero de todos modos, 'Lesbian Vampire Killers' puede ser una película entretenida para ver en compañía, sin pretensiones de presenciar una pelíicula que aprote algo al género y conservando las espectatívas bajo mínimos.

Lo más destacable sus gags cómicos, que no siempre resultan graciosos pero se agradece el esfuerzo.
Lo peor, o lo menos bueno, es la simpleza del guión, empieza con más fuerzas de las que termina y las interpretaciones de los actores principales un tanto faltas del carisma necesario para una película de este estilo.

Puede que a causa de las nulas expectativas que tenia ante el titulo y el absoluto desconocimiento de su existencia y que a pesar de tenerla en lista de espera ni siquiera me digne echarla un vistazo (cosa que acostumbro a hacer para ver que tal pinta con todo lo que se cruza por mi camino), me haya llevado una gratísima sorpresa con esta divertida parodia (al contrario que la mayoría de payasadas de similar factura, en esta el calificativo “homenaje al buen e instantáneamente reconocible cine de terror” es más que acertado).
Sensuales y despampanantes vampiras lesbianas para dar y tomar, un cuidado y brillante diseño de producción, personajes y situaciones que inmediatamente te traen a la cabeza míticas escenas (destacaría la entrada en la taberna del pueblo al más puro estilo “Un hombre lobo americano en Londres 1981”, que por cierto, casi me hace aullar de placer), una dirección por su camino (este tal Phil Claydon, aparte de ser evidente que se ha tragado innumerables películas de terror de todo tipo y condición, tiene talento e ingenio) y un desarrollo de la trama que salvando las enormes distancias y aunque a mí mismo me suene a desmesurado sacrilegio, tiene más puntos en común con “El baile de los vampiros” de Polansky mezclado con un toque Corman (el vicario) que con la que imagino será criterio mayoritario, “Zombies Party”.
En resumen y por si alguien ha confundido mi encendido entusiasmo ante esta película con un desvarió fruto de mi escasa capacidad de discernimiento (aunque debo de reconocer que tampoco es para tirar cohetes) y que estoy poniendo a esta modesta y divertida película a la altura de cualquier obra de referencia, quisiera aclarar que dicho entusiasmo esta provocado por mi teoría: “De cada 10 películas de serie B en las que no conoces a nadie del cuerpo técnico, que no sabes de donde han salido y que ostentan un titulo y aroma a profundo castañazo, 9 son una bazofia y 1 todo un descubrimiento” y que precisamente esta que nos ocupa sea esa 1.

El título hacía presagiar algo más salvaje, cuanto menos: Cazadores de Vampiras Lesbianas. Tiene cierto gancho, la verdad. Por desgracia es casi lo más destacable de esta producción, que peca de ser demasiado tímida en sus propuestas, seguramente para llegar a más público y tener mayor distribución. Total, ya ves para qué, por cuatro freaks que la hemos visto. Es más, quizá un poco de más mala leche y no ser tan políticamente correctos les hubiera venido mejor.
Especialmente sangrante es el tema del lesbianismo. Es decir, las vampiras o son lesbianas o no lo son, lo que no puede ser es que se las pinte como unas salidas de cuidado y después las veas a todas dando vueltas entre sí, sin tocarse, poniendo poses de lo más antinaturales y artificiosas, como si estuvieran grabando un spot publicitario, en definitiva, bastante lamentable en ese aspecto.
Por lo demás, no hay nada especialmente dañino, todo fluye en una mediocridad homogenia con algún chispazo aislado, que lo tiene, es cierto, pero ya digo, se puede ver sin que te produzca arcadas, sin ser ninguna maravilla, obviamente.

Lo mejor: el momento en el que llegan al pueblo los protagonistas y ven salir a las cuatro chicas sonando el Woman de Wolfmother

Lo peor: lo dicho, lo inverosimil que resultan las terribles vampiras lesbianas, que no son ni tan terribles ni tan lesbianas (hasta podrían aparecer en una de Disney sin problemas)

A este guiso le hace falta sal caballeros, pero que mucha sal ....

El film huele desde sus primeros minutos a copia y refrito. Y es que el film no nos presenta nada novedoso,por una parte la caracterización de los personajes ya esta más que vista en muchos otros films como "zombies party", por una parte tenemos al prota, típico buenazo y algo pringado, y como no podía faltar el amigo del alma que es un fiestero y un cachondo ( o lo intenta).

El tipo de argumento y sentido del humor es un intento que falla estrepitosamente,el resultado es unir ese horrible fin del mundo con una comedia juvenil totalmente insulsa.

Sobretodo el film falla por sus personajes, por una acción que no termina de ser dinámica, unos diálogos simples y un argumento demasiado previsible que convierte los gags, los cambios en la trama y el arco de transformación del personaje en algo tedioso para el espectador.

Leche a falta de sangre
3 Estrellas

Cuando alguien encargó a dos guionistas de la MTV que idearan una película destinada al mercado domestico con el título comercial más alocado posible, Paul Hupfield y Stewart Williams concluyeron que este divertimento definitivo debía contener tres elementos: Vampiros, asesinos y lesbianas. Ni más ni menos. Tras eso, su proyecto pasó varios años en la guantera a la espera de ser resucitado y finalmente lo ha hecho de la mano del director Phil Claydon, en un momento especialmente propicio para los chupasangres. Después del atracón de vampiros que estamos sufriendo ya iba siendo hora de que alguien se atreviera a meterse con los señores de la noche.

Liderando el reparto aparecen James Corden y Mathew Horne, pareja de cómicos famosa por sus apariciones en sitcoms de la BBC como Gavin & Stacey en cuyo lucimiento personal encontramos el letmotif de la película. No les falta química pero seguramente el espectador nacional no terminará de apreciar su conexión. Les acompaña el también británico y televisivo Paul McGann (Doctor Who) y la sueca MyAnna Buring, a la que pudimos ver en The descent. Cumpliendo a la perfección con su papel está el resto de vampiresas y chicas de la furgoneta Scooby-Doo, exhibiendo su cuerpo y su falta de cerebro.

Es el dúo protagonista el que consigue arrancar la carcajada al espectador a través de algún que otro gag visual pero sobre todo con unos diálogos repletos de chistes soeces, machismo y muchas palabrotas que funcionan a la fuerza. Algo así como una mezcla de Zombies Party con American Pie. Nada de humor británico, o por lo menos lo que antes de Benny Hill se entendía por humor británico. De fondo nos encontramos con una realización nada desdeñable que tira de los decorados de cartón piedra y la estética del comic al más puro estilo Sin City. Un elemento sorprendente dentro de la falsa caspa es la inspiradísima banda sonora, piezas clásicas para momentos cómicos y temas originales de Debbie Wisemen interpretados por la Royal Philarmonic Orchestra.

En definitiva, Lesbian Vampire Killers es una comedia inofensiva que no quedará en el recuerdo pero que puede presumir de haber contentado al exigente -aunque en esta ocasión algo aburguesado- público de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián. Una mamarrachada divertida e intrascendente a la que se le puede objetar un gore más blanco y menos sexploitation del deseado. Pero lo más risible del asunto es que las lesbianas de esta película, aún con su sangre lechosa, son bastante más auténticas que todos esos afeminados y castos chupasangres de moda.
Keichi