Extraterrestre

Qué listo es el señor Vigalondo. Me gustaría saber lo que hizo para colar su cortometraje "7:35 de la mañana" en los Oscar pero al menos en lo que respecta a sus películas, el tío sabe promocionarse y venderse, crear expectación. "Los cronocrímenes" tuvo un estreno entre dudas y funcionó, sobre todo fuera de España, donde es una obra de culto en numerosos círculos. Con "Extraterrestre" las reacciones fueron mixtas en su estreno en Toronto hace unos días y los que habían aclamado la anterior, ahora le daban la espalda. Curioso cuando el propio director explicó que ésta iba a ser diferente y principalmente, "una comedia". Y así es, ni más ni menos que una comedia donde el tema fantástico está ahí simplemente para reforzar la sensación de lo que pasa en la realidad y para potenciar las relaciones humanas que se dan entre los diferentes personajes.

Tampoco es que haya un gran dibujo de los protagonistas (cuatro más un secundario) pero lo que hay funciona, especialmente como comedia. Aunque lo tenía fácil teniendo a Carlos Areces, que funciona exactamente igual que la risa de un bebé: te contagia, aunque le mantengas un plano 30 minutos. Vas a acabar por los suelos. Afortunadamente el reparto al completo funciona y la historia está bien hilada aunque todo aquí sea más sencillo (que no simple, como se verá en su tercer acto) que en "Los cronocrímenes", que jugaba al despiste a pesar de ser perfectamente coherente si se le prestaba atención. "Extraterrestre" es así una comedia romántica que ni empalaga ni embriaga; "sólo" divierte, si es que eso es poco; aunque tal como está la cosa, en realidad, es mucho. Ingeniosa y divertida, aunque no redonda. Habrá que seguir tras la pista de aquel cántabro que nos dió una 'lección de cine' con una vaca y una batbola.

Tanto teaser, tanto festival de Toronto, tanto póster, tanto bombo. Ya se sabía que la película no era ciencia ficción per se, que ésta sólo era un marco para una comedia romántica. Vale, pero ¿tanto?.

Porque éste es el tipo de producto que, sabiendo ahora de qué se trata, no puede generar ningún tipo de interés pre-estreno, ninguna expectación. Ahí estuvo el "engaño". Tras la frikada (ante todo honesta frikada) de los Cronocrímenes, Vigalondo da unos cuantos pasos atrás y se esconde en un lugar más seguro. Esto quiere decir, que tras todo el Toronto, todo el Sitges y todo el Twitter estamos ante... la película española de siempre.

Esto quiere decir: comedia de infidelidades con actores que lo hacen mal y "actores" famosetes y graciosos que nos brindan la guinda. Porque ahí tenemos a Carlos Areces interpretando a... Carlos Areces. No es algo malo, pero reconozcamos que por gracioso que sea (y aquí lo es) Areces aún no está para el formato cine. La pareja protagonista, la guapa Michelle Jenner y Julián Villagrán no dan la talla en absoluto. Con Raúl Cimas sucede lo mismo que con Areces. El cameo de Miguel Noguera nos recuerda en qué tipo de película estamos: una comedia en la que escribimos un papel para que un famoso más o menos gracioso tenga cabida y la gente se susurre en la oscuridad de la sala "¿Quién es ese?" "Miguel Noguera, el de los Ultrashows".

El arranque de la película es decente, las risas se suceden de manera continuada. Pero llegados un momento, comprendemos que no vamos a salir de ahí. Que simplemente estamos viendo otra comedia española de infidelidades de guión deslavazado, el tipo de película que (muchos) precisamente no iríamos a ver a una sala de cine. Eso sí, con las competentes dotes de Vigalondo como realizador, se siente una película visualmente mucho más cuidada que la media. No se puede decir lo mismo de un guión esclavo de sus supuestamente ingeniosísimos gags.

Aunque la gente rió, quizá con una intensidad que descendía de manera progresiva, en mi caso el sentimiento fue claro: decepción. Sentimiento de estafa. Su (por supuesto) hora y media de duración se hizo bastante cuesta arriba.

Vigalondo declaró que le veía poca salida internacional a Extraterrestre, en contraposición al éxito fuera de nuestras fronteras de Los cronocrímenes. No estoy tan seguro, creo que fuera de España, donde no están tan acostumbrados a "esto" y podrán obviar con menos dificultad las interpretaciones, hay un hueco para Extraterrestre.

Le preveo un exitoso estreno en TV (a día de hoy esto puede ser considerado un insulto gordo) y siento pasarme con Vigalondo, que ojalá guarde para su próxima película algo de esa actitud ácida y polemista que le ha ganado tantos enemigos. Porque en la gran pantalla y en nuestro cine hay falta de eso mismo. En Twitter, sobra.

En su cortometraje “Domingo” Nacho Vigalondo ofrecía un borrado de recuerdos de una pareja como el coste y alto precio de presenciar y grabar, con una cámara de vídeo, el avistamiento de un ovni. El director de “Los Cronocrímenes” pasaba del estático objeto volador no identificado a un contraplano de la crisis de esa pareja, dejando en fuera de campo el instante más ‘mágico-jamás-visto’. Más allá de la economía narrativa, de un presupuesto low-cost o de mera impostada originalidad está claro que Vigalondo lanzó una sonda para recoger, años después, sus señales en su segundo largometraje: “Extraterretre”.

Una invasión alienígena tal vez a punto de estallar le sirve al director de Macguffin como fondo y trasfondo de una comedia romántica a cuatro bandas, dejando claro el material dramático en paralelo de la psicosis, paranoia social y cultura actual de la desinformación. Podría situarse en un cruce imposible de “The Signal” de David Bruckner, Dan Bush y Jacob Gentry con “El hombre perseguido por un O.V.N.I.” de Juan Carlos Olaria, pero las intenciones del cineasta aquí son levantar la alfombra de la ciencia ficción para descubrirnos un inaudito telón sobre otro tipo de extraterrestre en el género romático. Tendría cabida como esos cortometrajes con buenas premisas que acaban exprimidos en largometrajes. Incluso sería un ejemplo perfecto de sitcom abducida por kilómetros de celuloide. Realmente “Extraterretre”, como su director, es un ‘extraterrestre’ dentro del cine patrio (e internacional). Tan inclasificable como desmarcada de modas y tendencias.

Vigalondo, al igual que Tarantino en “Malditos bastardos”, nos descubre que es capaz de leerse a sí mismo al finalizar su obra… ‘maestra’ para uno, ‘de pena’ para otro. Ese reconocimiento existencial provoca una meritoria simpatía para gran parte de la audiencia, que perdonará no explotar el potencial dramático del culo de Carlos Areces. Aunque, pese a ser irregular (que no fallida), es capaz de sacarse de la chistera nuevas técnicas anti-piratería: un insinuante trasero de Michelle Jenner filmado en plano general para que solamente pueda ser apreciado a pantalla grande. “Extraterreste” es una película inaudita y sobrenatural que no necesita de efectos especiales sino espaciales, que se mantiene al margen de lo independiente y lo mainstream, distanciada de lo popular a ciertas marcas de identidad... En definitiva, de lo tróspido a lo extra-tróspido.

Imagino que cuando te pasas una peli entera diciendo, ¿qué cojones es esto? en cada escena, y en cada diálogo, es que la cosa no está funcionando, y eso es lo que me ha pasado durante el visionado de esta peli, dirigida por uno de los gurús tuiteros del cine español Nacho Vigalondo, un tipo bastante cachondo por la red, pero que de talento cinematográfico anda bastante justo.

La cinta no deja de ser un corto alargado sin la más mínima gracia, un largo en que sus amiguetes de 'La hora Chanante' se pasean por ella intentando ser creíbles en sus papeles, y hacer gracia, pero no lo consiguen, quizá porque no son actores al uso. También se pasea por la misma la bellísima Michelle Jenner, que no deja de ser la mujer florero de la cinta (se le ve su magnífico culo en una escena). Pero lo peor es que ni hay guión, ni hay historia, ni hay nada, todo es un cúmulo de absurdeces que provocan verguenza ajena y que aburren de lo lindo. De la resolución final no quiero hablar por no decir una barbaridad.

Imagino que Vigalondo seguirá haciendo largos amparado por sus amiguetes de la red, da igual que sus cintas no las vaya a ver nadie, bueno sí, esos que tanto le idolatran se la descargaran en cuanto puedan. Lo dicho, no perdáis el tiempo con esto, es una basura.

Lo mejor: El culo de Michelle Jenner.
Lo peor: Todo lo demás.

@Chackson5

Señores, ya está bien:

Soy un firme defensor de la carrera de Vigalondo. Mención aparte merece casi la totalidad de su producción en cortometrajes, excepcionales o muy interesantes -a la par que divertidos- todos ellos (de los que, sorprendentemente, sólo margino, sentencio y aparto de la lista a su archiconocido y mencionado "7:35 de la mañana", el cual me parece un pufo sobrevaloradísimo). Nacho Vigalondo me gusta: su humor absurdo me divierte, su temática es fresca, original y aprovecha al límite unos medios siempre escasos (por no decir ínfimos, infrahumanos, como sucede en su excepcional trilogía "Código 7"). El cutrerío que luce la mayor parte de sus creaciones le otorga cierto halo de mito a sus sorprendentes salidas de tono, aventuras particulares enfrascadas -encapsuladas, por su dimensionada brevedad- en recurrentes temás de ciencia ficción -simples, concisos, dotados de lenguaje comprimido y dirección que abraza la sinergia de la chapuza y lo genuino- donde el verdadero protagonista es el absurdo humano, las relaciones interpersonales en situaciones límite.

Y he aquí que pago 7 euros por visionar "Extraterrestre", merced a un largo y sostenido debate con un buen amigo -el acompañante y selector de películas más extraño y particular que os podáis imaginar-, quien tuvo que sacar a la luz anteriores fallos de elección por mi parte -dos semanas atrás le había arrastrado a ver "Caballo de Turín" a un tugurio céntrico de mala muerte y seis filas de butacas- por lo que no pude rebatir su deseo y nos postramos frente a lo nuevo de Vigalondo.

Reconozco que, en mi interior, se manifestaban sentimientos opuestos, contrarios, divergentes, batallando entre sí: por una parte, crecía en mí la ilusión (casi excitación) ante la nueva ocurrencia de este gran tipo; por otro lado, leía el nombre de los protagonistas y caía en los males del presumible tópico del buen previsor (sobre todo cuando te juegas los cuartos, por pocos que sean). De modo que meditaba, en silencio, a través de la bruma de unos portentosos accesos de tos que molestaban a las seis o siete personas que ocupábamos la sala: Michelle Jenner, los de Chanante... no me jodas. Nada bueno puede salir. Sucedió esa (por desgracia) usual conexión entre los malos presentimientos y la confirmación del desastre. Siguiendo el discurso de nuestros abuelos, se cumplió el dicho: "Cuando el río suena...".

Partiremos de la base de que, a excepción de Julián Vilagrán (que no se ha visto en otra; esto es, no se ha comido otra igual... el pobre), "Extraterrestre" funciona sin actores. Cierto es que Cimas está brillante en su particular exploración de esa extraña labor conocida como "actuar". Con él te ríes sí o sí: es un tipo gracioso, de naturaleza humorística; dicho elixir -nada común ni extendido- fluye por su cuerpo abombado, atravesando sus gestos y su poderosa voz un talento extraño, sosegado y neurótico que nos conquista.

(Sigo en SPOILER por falta de espacio).