Disparen a matar

Crudo film que retrata una época vergonzosa de Venezuela, donde la impunidad y la corrupción generalizada pisoteaban los derechos de los ciudadanos que exigían justicia ante crímenes amparados por el aparato represivo de turno. El personaje central de "Mercedes", bordado de manera magistral por la gran actriz, ya fallecida, Amalia Pérez Díaz, simboliza esa lucha incansable para que el crimen de su hijo no se quedara en una simple estadística y que se tomara conciencia de la falta de justicia y la complicidad de diversas cadenas de mando, no solo a nivel policial, sino también en medios de comunicación y sectores políticos.

En cuanto a las actuaciones, además de Pérez Díaz, destacan los trabajos de Jean Carlo Simancas como el reportero aliado de "Mercedes", en una cruzada harto complicada por desenmascarar el estado de cosas; Daniel Alvarado como el policía corrupto, repitiendo un papel similar al realizado en "Macu, la mujer del policía" (1987); Dora Mazzone como la colega de "Santiago" (Simancas); el gran Miguel Ángel Landa como "comandante Villasmil".

A pesar de haber sido filmada en 1990, la trama social reflejada en "Disparen a matar", los abusos policiales, la impunidad y la falta de justicia siguen vigentes, 27 años más tarde, demostración que nada se ha hecho para remediar las cosas, lamentablemente.

En respuesta a la única critica que existe... Como se puede decir que en ese momento la película se filmo porque en esa época existía democracia? El concepto de democracia esta tan desvirtuado que caemos en este tipo de aseveraciones solo por el hecho de poder filmar una película... En ese año el modelo político Adeco - Copeyano estaba en decadencia y la popularidad del mismo era casi nula, no podían ocultar mas sus represiones ni permitirse seguir coartando la libertad de expresión como observamos en la misma trama, donde el presidente del periódico le echa para atrás un articulo al periodista que ataca el modelo policial sangriento al matar a sangre fría ciudadanos inocentes, democracia es permitirle a la gente vivir, mas allá de expresarse claro esta. Y es que si no vivimos como nos expresamos?.. Yo creo que antes de opinar sobre otro país, se debe haber vivido en el mismo o en su defecto una situación similar

Yo la titularía, “La vida sigue igual…ó peor”. En la Venezuela de los años 90, año en el que fue filmada esta película, Venezuela se suponía que era un país democrático.

Pues nada más lejos de la realidad por lo que nos cuentan con tanta claridad y tanta crudeza. Verdaderamente hoy tampoco hay una democracia clara y las cosas, al parecer, todavía están peor.

En esta cinta nos cuentan sobre un flagrante asesinato de un policía a un civil porque sí, sin más, simplemente por repetirle varias veces “abusadores”, y, por un lado la madre, que ya perdió a su marido así, y un periodista honrado por otro, tratando de hacer justicia.

Ni que decir tiene que los poderes fácticos se pusieron de acuerdo para solventar el caso sin hacer justicia.

Políticos, militares, polícías e incluso la dirección del periódico en cuestión dijeron, “vale”.

Es una buena película, contada sin tapujos y con una actuación correcta de los actores principales. Le doy un 7.

Es una película dura, porque en ella ves que la vida real en Venezuela está instalada en una espiral de violencia de la que no te puedes librar hagas lo que hagas.

La película está bien realizada. El guión apenas tiene fisuras y el director filma lo que ve sin recrearse en las escenas violentas, pero tampoco sin escamotearlas. Todos los actores cumplen perfectamente su papel.

Al final te asombras de que las autoridades de Venezuela hayan permitido realizar esta película en las calles de Caracas. Pero es que está realizada en 1990, cuando todavía había democracia en este país.