Después de muchos intentos fallidos, desastrozos resultados y con la salvación única de lo económico, por fin aparece un producto de ciencia-ficción que supera todas las pruebas, y en este caso con el añadido de estar mirado con lupa por su enorme propaganda, mantiene cierta esencia de su original como para que pueda ser etiquetada sin temblar de precuela del clásico de Schaffner, y le suma unos efectos de última tecnología memorables, indiscutibles y muy potentes.

Puro entretenimiento, yo voto porque hubiera sido más larga con tal de que se desarrollara con mayor paciencia y calidad la ideología de las industrias farmacéuticas, pero eso ya se saldría de lo comercial, y también eché en falta más violencia, que los simios de ojos claros hicieran correr la sangre, pero esto es un producto comercial para mayores de 7 años y no podía ser.

El protagonista, el simio, Caesar, está bien dibujado, su adaptación al humano, su aprendizaje y su frustración, la llamada de la revolución... siempre hay que aplaudir personajes dinámicos dentro del film y en este caso más puesto que es un animal que evoluciona hacia la inteligencia humana.

Seguro que será la mejor del verano, de lo mejor del año, no dejen de verla en el cine o no la cambien por visitar otras de superhéroes que valen la mitad, la toma de poder es un espectáculo de lujo porque ha sabido generar el deseo en cada espectador de la fuga, de la salida de esa oscura cárcel y de ese iluminado laboratorio, todo estaba muy bien preparado para triunfar y lo ha hecho, además lo seguirá haciendo porque la deja abierta para más recaudaciones, el dinero de mi entrada lo tendrá.