Sin rodeos

Vale, que no es un peliculón, pero se deja ver, y se pasa un buen rato. Sin el humor excesivamente soez de las últimas "Torrentes" (que según el ánimo del espectador, llega a hacerse desagradable). Y entre chiste y chiste, se va haciendo una crítica social sin que nos demos cuenta, tiene más mensaje subliminal del que parece a simple vista.

Me han gustado las interpretaciones de todos los actores, Segura ha sabido sacar lo mejor de cada uno, y especialmente Maribel Verdú está soberbia (lo cual no es raro, porque ella lo vale).

Lo malo: las semanas anteriores a su estreno vi muchas veces el anuncio que ponían en los cines, y las situaciones y los chistes me parecieron geniales. ¡Quién me iba a decir que esos eran los mejores fragmentos de la película! Aparte de las secuencias ya anticipadas en la publicidad de la película, son muy pocos los gags buenos.

Es una buena película para echar unas risas pasar el rato e irse a casa con una sonrisa.

En relación a la evolución respecto a Torrente: Santiago se muestra con un humor más sátiro y de contrastes que el típico humor zafio, negro y resultón de la serie Torrente. Además muestra una crítica hacia la sociedad idiotizada a la que vamos encaminados con diferentes situaciones, que todos reconocemos perfectamente: las nuevas tecnologías, el culto a la juventud y la belleza, el pustureo, la tomadura de pelo a contactar con las empresas de telefonía...
Los personajes son de enormes contrapuntos sin ningún tipo de matiz para producir hilaridad en el espectador y poder desarrollar escenas divertidas con comportamientos grotescos y en algunos momentos absurdos que provocan las carcajadas de los espectadores.
En cuanto a Maribel Verdú, es la piedra angular de la película, le sale un personaje bordado que da gran fuerza y expresividad a toda la película. Los demás personajes realizan a la perfección su cometido.

En resumen una película divertida, simpática, entretenida para pasar un buen rato.

La verdad es que la película me ha sorprendido muy gratamente, siempre he pensado que Segura es un excelente director, un guionista normalito y un pésimo actor y aquí se cumple de manera exhaustiva el triunvirato de Segura.

Pero vamos a lo importante, la película es una comedia y hace reír. Aparte tiene un humor con muy mala leche, más o menos lo que pensamos todos los que ya pasamos de una cierta edad con el mundo actual, un mundo donde se creen que han inventado la rueda y no son capaces de darse cuenta que ya lleva unos cuantos años en funcionamiento.

Con la excusa de la crisis de los 40 y con una trama feminista (de las de verdad no de las del #meetoo) Segura monta una comedia que sin ser excepcional es de lo mejor que he visto en bastante tiempo, no solo en cine español sino en general en el panorama actual donde la comedia ha pasado a ser de trazo grueso.

Como dije al principio, aunque el guión no es perfecto es bastante acertado. La dirección como ocurre siempre con Segura es impecable, desde aquí (y aunque no me lea) le animo a que pruebe otros géneros como el thriller donde creo que puede hacer un trabajo excepcional una persona de su talento. Verdú lleva la película de manera magistral y el resto cumplen de mejor o peor manera.

Excelente película, no dejen de verla.

A pesar del poco disimulado patrocinio de BMW (cuánto resta esto a cualquier película), este film, para mi sorpresa, me gustó. Si bien en algunos momentos la historia es algo plana, el siempre buen hacer de Maribel Verdú y unas cuantas situaciones bien planteadas te hacen reír a gusto. Algunos cameos están bien aprovechados (no como en Torrente) y el mensaje respecto el nuevo mundo tecnológico está bien construido.
La recomiendo .

No voy a extenderme demasiado en una película que no creo que tenga la más mínima ambición fílmica (además no engaña) y que busca por la vía mas simplista y menos elaborada dar un entretenimineto y sacar alguna risa con el menor esfuerzo posible.

La película no es nada, y dentro de esto Maribel Verdú lo es todo. Una inmensa actriz que es lo único que justifica verla. El resto, pues eso, una nadería, lugares comunes y el equivalente cinematográfico a lo que una pizza congelada sería en un contexto culinario. Te la comes, pero ni la saboreas, ni la aprecias. Llena el estómago como este film llena un trozo de nuestro tiempo.

Yo ya la he olvidado, y ha salido de mi cabeza como las pizzas congeladas salen del cuerpo, aunque sobre esto no me extenderé por no ser escatológico.