El gran dictador

Me ha encantado. El comienzo recuerda a las películas mudas de Chaplin, con los tortazos y los gags alocados, pero a medida que transcurren los minutos la historia se vuelve compleja, y se transforma en la comedia-drama-film político mas divertido que he visto (también asi lo debía de ver Chaplin, aunque después del Holocausto Nazi se arrepintió publicamente de haber hecho una comedia de algo que se tornaría tan terrible...). Él está fantástico en su doble papel de torpe dictador y barbero inocente, y el actor que caricaturiza a Mussolinni lo hace muy bien.
Momentos fantásticos como cuando Hynkel juega con el mundo hasta que, física y metafóricamente, este explota, la tronchante relación entre los dos dictadores, la pelea con la comida, la escena de las monedas en el interior de los puddings, y el impresionante discurso final que (aunque quizá demasiado idealista)siempre emociona profundamente.

Película sobre valorada definitivamente. No hay duda.
Acerquémonos a este clásico:
Charlot cambia, y eso resta meritos.
Fallida muestra de moralidad. Discurso prescindible y aburrido. Sermón de iglesia.
Estúpidos humanos.

El gran dictador” pero... vista de una manera objetiva, comparándola con el resto de la filmografía de su autor y dejando que las huellas del tiempo pasen sobre ella, es evidente que está lejos de ser una pieza redonda y que contiene defectos que, a pesar de su importancia, no logran ahogar sus numerosas virtudes.
Si se compara este film con "El chico", "La quimera del oro", "Luces de la ciudad" o "Tiempos modernos", por citar sólo los mejores trabajos de su realizador con la figura de Charlot, resiste mal esa comparación. Mientras aquellos siguen siendo aún hoy un torrente de cine, capaz de agarrar al espectador desde sus primeros fotogramas para no soltarte hasta el final, en el caso de "El gran dictador" el enamoramiento público / película va sucediéndose de manera intermitente y sólo se desarrolla plenamente una vez alcanzado su tramo final.

Cada espectador sigue en su “nube rosa”... soñando con ser el amo del mundo.

Admito es esta es una buena película, pero no de las que nos tiene acostumbrados Chaplin. Y siempre sucede esto, lamentablemente. Por ejemplo darle una nominación al Oscar es exagerado y ¿porqué ocurrió entonces?. La academia es un grupo de cinéfilos políticos que se preocupan entre otras cosas de opinar sobre el acontecer mundial, sobre los conflictos sociales y siempre marcan a las películas nominadas bajo ese concepto e incluso establecen ganadores.
Ejemplos hay muchos:

1932 Gran Hotel: cinta que sin duda quiere apaciguar una situación y se usó casi como morfina para las catastróficas consecuencias del crack en la bolsa de 1929. Dentro del "Gran Hotel" no habían problemas como en "la vida real" que estaba fuera de él.

1941 Que verde era mi valle, 1942 La señora Miniver, 1943 Casablanca: Todas estas cintas responden a la época en que fueron estrenadas, bajo el contexto de la segunda guerra mundial. Casablanca ofrecía a las personas que estaban atrapadas por la guerra que volaran hacia Estados Unidos, "la tierra de las libertad y las oportunidades"...(uff que propaganda mas gringa por Dios).

1967 En el calor de la noche: crítica despiadada a la sociedad norteamericana de los años sesenta en que la discriminación racial era pan de cada día. ¡Que mejor momento que darle el oscar a la mejor película de aquel año a una cinta que creara conciencia y denunciara!.

1987 El último emperador: crítica al momento en que el comunismo estaba a punto de caer y la guerra fría casi llegaba a su fin. Buen momento para que la academia alzara la voz e hiciera ganar esta cinta.

Estos son algunos ejemplo de que la academia siempre premia según el momento, casi como diciendo "aquí estamos" y siempre esas películas premiadas son sobrevaloradas e inmortalizadas por muchos años. "El gran dictador" es una de esas, que aunque no ganó a la mejor, su nominación, la interpretación de Chaplin y por supuesto el contexto político mundial, hacen que hoy en día aún se hable de ella y se recuerda como obra maestra.
Pero digamos las cosas como son, los gags no resultan lo divertidos como en otra de Chaplin, además que nuestro protagonista hable le resta gracia. Digamos que en nuestro tiempo esas situaciones "chistosas" ya no hacen reír, y por último la escena final nos muestra una vez más una propaganda idealista lejos de crear una conciencia en el convulsionado mundo de aquellos años.
De todas formas es una buena película, insisto una obra menor en la obra de Chaplin, pero no puedes dejar de verla.

Despues de alguna recomendación sobre está película me decidí a verla y quiza por esto, por ir a verla esperando algo bastante bueno al final me decepcionó.
El caso es que tiene algunas escenas muy buenas y divertidas pero en su totalidad llega a ser pesada en algunos momentos.
Una buena película a la que le sobran algunos minutos y le falta un poco más de chispa. Sencillamente me la esperaba un poco mejor.

Audaz, irreverente, transgresor, cómico, arriesgado y magistralmente lúcido se muestra Chaplin en esta película.

De todos sus compañeros del cine silente es él, en mi opinión, el único que supo adaptarse con maestría al sonoro, utilizando sus recursos circenses de siempre (muecas, piruetas, caídas varias) y renovandose con los nuevos recursos a su alcance. Aquí, los diálogos son brillantes. Se nos presenta un Hitler (perdón Hynkel) hablando ese supuesto y absurdo alemán, y ese barbero deslengüado, más chulo que un ocho.

Para ser una película de 1940, que se ha tenido de conservar desde entonces, diré que la calidad de la fotografía es ENORME, precioso blanco y negro de esos que muestran las figuras como en realce.

Magistral parodia de uno de los seres más detestables de la historia reciente. Y lo que más me llama la atención del retrato..., es curioso que en escenas como las del pique de Hynkel con Mussolini (perdón, Napolini) termines empatizando con el primero... y no es casual. Chaplin proyecta la imagen de este tipo como un pobre chiflado megalómano digno de lástima, un bufón... Creo que lo más lamentable que se puede decir de alguien es: ''pobre hombre''

Y si he aprendido algo del visionado de esta película es lo siguiente: la única forma de darte cuenta de que vas volando boca abajo en una avioneta es intentar beber agua de una cantimplora.