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Hojas de otoño

Comedia. Drama. Romance Ansa es soltera y vive en Helsinki. Trabaja con un contrato de cero horas en un supermercado, abasteciendo los estantes; luego clasifica el plástico reciclable. Una noche se encuentra accidentalmente con el igualmente solitario trabajador Holappa, un alcohólico. Contra todo pronóstico y malentendidos, intentan construir una relación. Como resultado, Holappa logra controlar su adicción al alcohol.
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Críticas 86
Críticas ordenadas por utilidad
30 de marzo de 2024
37 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Actor 1.- Hola.
Actor 2.- Hola.
Actor 1.- Pues aquí.
Actor 2.- Sí.
Actor 1.- Actuando.
Actor 2.- Ya ves.
Actor 1.- Esta es una película de Kaurismaki.
Actor 2.- Lleva diéresis.
Actor 1.- Es de autor.
Actor 2.- Sí, es de autor.
Actor 1.- Con simbolismo.
Actor 2.- Es finlandesa.
Actor 1.- Sí.
Actor 2.- Es lenta.
Actor 1.- Qué horrible la guerra en Ucrania.
Actor 2.- Es rara.
Actor 1.- Hasta mañana.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Saffron
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23 de marzo de 2024
26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kaurismaki tiene su parroquia. En los años 90, con la chica del matarratas y aquellos rockeros nórdicos de tupés hiperexagerados, empezó a hacerse un huequito en las salas de arte y ensayo. Y sigue como siempre. Gente infeliz, siesa, con problemas de comunicación, aburrida, hierática, sosa, deprimente. Dos tazas de Kaurismaki.

Si en los filmes franceses cansa ver que viven en pisazos de esos del centro de París, aquí los protagonistas viven de manera muy humilde en barrios muy pobres de Helsinki. No pido glamour, pero si más figurantes por las calles y que de noche no desvalijen a borrachos, cual "Naranja mecánica".

Ver su cine es viajar en el tiempo hacia los años 90. Se ve obsoleto, viejuno, como otra realidad. El bar musical al que van es lo más patético que he visto en años. En este filme apenas vemos móviles, televisiones, laptops o cualquier tecnología que huela a 2024, que se supone que es cuando se ambienta. Una radio que parece de lámparas, que sintoniza una emisión de posguerra, aunque hablan una y otra vez de la Guerra de Ucrania. Un hospital que no lo parece. Una gente que se comporta como androides sin sentimientos. ¿Son así los finlandeses?

¿Y la historia? Es rara y romántica. Pero a lo Kaurismaki. Con un sentido de humor finés, o sea, durillo. Y si no me entienden, vean los filmes de "Iron Sky".

Parece ser que este director le gusta a Boyero porque sabe exactamente lo que va a ver, ya que se repite más que el ajo. Bueno, hay quién le gusta el all i oli. Este es su público. Estarán contentos . Es como ver a un viejo amigo. Pero a mí ...plim. Que cosa más sosa.
Quinto Sertorio
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21 de diciembre de 2023
30 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial película dirigida y escrita por el celebérrimo Aki Kaurismäki, una película que habría podido ser muda, de no ser que tal vez nos habría privado de sus canciones (tangos, mambo, pop finlandés), y de su otra banda sonora que nos llega a través de la radio.

Hace hincapié en una representación normalizada y sin drama del sufrimiento, casos de alcoholismo, de escasez, de tragedia y de pobreza. Todos, clase trabajadora muy mal tratada y en condiciones que bordean lo intolerable.

Los personajes de Kaurismaki pasean por la pantalla casi a rastras, como un perro dócil y cariñoso, también desvalido. No hay queja, no se dejan atribular por las circunstancias, tampoco hay arrogancia ni afectación. Personajes tan conscientes de su dolor, que llegan a emocionar.

Ansa (Pöysti) (Ansa significa “trampa” en finlandés), encarnada por Alma Pöysti, es una mujer soltera y vive en Helsinki trabajando, con un contrato abusivo, en un supermercado, reponiendo mercancía de los estantes, con un trabajo precario que roza lo vergonzoso. Una noche, se encuentra con el también solitario trabajador Holappa (Vetanen), un hombre adicto al alcohol, que vive también en el límite de lo decoroso y en la mera supervivencia..

Dos personajes que llevan a cuestas toda su verdad, su aislamiento y su soledad, con sus conflictos laborales, con empleos duros y mal pagados, en empresas abusivas con patronos rigurosos y tiranos. Cuando los vemos en la pantalla con su rutinario y alienante día a día, parecen seres de ficción, aunque una ficción muy real que sobrellevan con paciencia cenobítica.

A modo de lenitivo para estos trabajadores, aparece el amor, cupido que ayuda a que no caigan los brazos, incluso cuando el destino juega muy en desfavor. El filme es en cierto modo una parábola sobre el amor como salvación, como colchón que amortigua la brutalidad de jefes sin escrúpulos. El amor que da fuerza y sana, caminos hacia el consuelo, la esperanza y la luz de la mano de Kaurismäki.

El día que se conocen, ambos, el uno al lado del otro pero sin mínimo roce ni insinuación, van a ver una película de zombis (que por cierto la hizo Jarmusch) y entonces imaginan la idea de seguir igual, o sea, mal, pero con un perro y juntos. Contra todo pronóstico y tras muchos malentendidos, consiguen construir una relación y como resultado, Holappa logrará controlar su alcoholismo.

Esta obra es el vigésimo largometraje de Kaurismäki. Constituye el cierre de su llamada «serie proletaria» (enfocada en la cotidianidad de la clase obrera), que comenzó con “Sombras del paraíso” (1986); “Ariel” (1988) y “La chica de la fábrica de cerillas” (1990). Esta serie fue diseñada originalmente como una trilogía y el título de esta entrega (nueva y deliciosa comedia bañada en vodka), es la cuarta pata del banco.

Fallen leaves («Hojas caídas»), hace referencia a la canción francesa Les feuilles mortes, homenaje a la Nouvelle Vague: https://www.youtube.com/watch?v=zGoWW2GkW78

La película es casi silente, de puro gesto, mínima en su conjunto, poética al máximo y social, muy social. Según el director finés, el amor verdadero asoma tras las acciones y los gestos minimalistas. Miradas como notas de música, el andar pausado y casi etéreo de la pareja protagonista, sus anhelos apuntados en algún mohín imperceptible, una historia de amor que asoma apenas cuando van al cine, cuando visionan una película de zombis (ojo al detalle).

Además, sorprende ver a unos personajes y a unos paisajes urbanos pauperizados, justo en uno de los países con más calidad de vida del mundo. Parece que Kaurismäki prefiere fijarse y detenerse de nuevo en los desclasados, en las «hojas caídas» del título, en las almas solitarias, hombres y mujeres que viven en los márgenes.

Un alcohólico en paro casi permanentemente, una empleada de supermercado acusada cruelmente de haberse llevado un alimento caducado que iba a descartar la tienda, mujer que acaba trabajando en una fábrica. De cómo ambos personajes se enamoran en un modesto karaoke con algunas bellas canciones que sintonizan plenamente con el hilo de la trama.

La poética de Kaurismäki continúa fiel al laconismo, a la concisión verbal, a la expresividad cromática, a los encuadres fijos, a veces primeros planos sugerentes, a un sobrio sentido del humor, y a una construcción de personajes sintética a la vez que plena de emotividad.

Historia de amor constantemente atravesada por noticias de la guerra de Ucrania, emitidos lo noticiarios por aparatos de radio muy antiguos y mobiliario vetusto (parece que Kaurismäki quiere dejar testimonio de que las tropas de Putin están muy cerca de su país). Y a pesar de este panorama de objetos viejos, noticias horribles y parquedad, está la impresión de que esa repetición que vemos en la pantalla es hermosa.

El reparto es muy al estilo kaurismaquiano. Alma Pöysti encarna más que mejor a Alma, muchacha contenida que busca el amor, manteniendo abierto el corazón, pero no a cualquier precio; Jussi Vetanen es Holappa, y parece que lo fuera de verdad, en forma auténtica, de tan creíble como nuestro actor sabe encarnar a un personaje beodo y simple, que camina con un aire de desgastado desapego.

Sensacional el habitual director de fotografía, Timo Salminen y el diseñador de producción Ville Grönroos, con quienes Kaurismäki nos brinda una puesta en escena deslumbrante. Como el cuarto donde se cambian de ropa las chicas del supermercado, en el cual vemos el contraste entre el verde y el rojo de las taquillas y los abrigos de las trabajadoras.

Hermosa película, entretenida a pesar de su tempo tranquilo, divertida más allá de penalidades y con una duración óptima en estos tiempos de excesos: 80 minutos, duración que acierta a concentrar emoción, risa, miradas tiernas, sutiles, tragos de vodka y una singular fiesta del karaoke.

Publicada en revista de cine ENCADENADOS: https://encadenados.org/criticas/fallen-leaves-3/
Kikivall
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3 de diciembre de 2023
26 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se adentra en el corazón de la condición humana a través de un relato íntimo y conmovedor. La trama sigue a Ansa y Holappa, dos almas solitarias que encuentran consuelo y comprensión mutua en medio de sus vidas difíciles. La película aborda temas como la soledad, la lucha contra la adversidad y la búsqueda de la conexión humana en un tono que es a la vez sobrio y esperanzador.

Las actuaciones son genuinas y emocionantes. Ansa y Holappa, interpretados con gran sensibilidad por Alma Pöysti y Jussi Vatanen, son personajes complejos que capturan la vulnerabilidad y la resistencia humana. Su interacción es auténtica y emotiva, lo que permite al espectador conectarse con ellos en un nivel profundamente humano.

Kaurismäki dirige con una mano segura y una visión clara. Su enfoque apacible pero incisivo permite que la historia se desarrolle de manera orgánica, capturando la complejidad emocional de la trama y los personajes.

El diseño de producción es eficaz y realista, lo que refuerza la autenticidad de la trama y permite a los personajes y su historia brillar. La película no hace uso de efectos especiales notables, lo que subraya su enfoque en las emociones y las relaciones de los personajes. La edición es precisa y permite que la trama se desarrolle a un ritmo adecuado.

La partitura musical es sutil e introspectiva, complementando el tono sombrío y contemplativo de la película. La cinematografía es impresionante, con tomas de la vida cotidiana en Helsinki que añaden una capa de realismo a la narración.

El ritmo es constante pero tranquilo, reflejando la vida cotidiana de los personajes. Los diálogos son significativos y a menudo cargados de emociones subyacentes, proporcionando una visión detallada de los personajes y sus luchas internas.

La historia de Ansa y Holappa resonó en mí, evocando una mezcla de empatía, tristeza y esperanza. Me sentí conmovido por su lucha y su crecimiento, y reflexioné sobre la soledad, la adversidad y la importancia de las conexiones humanas.
Pablo Veiga
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4 de enero de 2024
20 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si fuera norteamericana sería un pestiño, pero como es finlandesa, el pais de la felicidad, pues dicen que es romántica y pacifista.
Kaurismäki, dicen, que es un clásico del cine finlandés, pues será; pero este film es triste, la fotografía clásica pero, claro, con menos luz que una cueva del paleolítico, y la historia, en el fondo, demasiado simple.
Las interpretaciones supongo que correctas, pero inexpresivas. Dos únicas sonrisas en toda la película.
En estos tiempos, se agradece un metraje ajustado a la historia. Y aún así, se hace pesada en algunos momentos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
MARDOMINGO
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