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El fin de Sheila

Intriga. Thriller Un productor de cine viudo organiza en su yate una fiesta a la que invita a seis personas. Una de ellas es culpable del asesinato de su esposa, y lo que se propone el anfitrión es desenmascararla. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
16 de agosto de 2009
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica muestra de cine de crimen y misterio, muy en la línea de las novelas de Agatha Christie y digna de la escritora británica. Con un guión magistral (del que fue co-autor Anthony Perkins) que está repleto de giros y vueltas de tuerca, y que va sembrando la película de pistas por todas partes. No solamente el argumento es brillante, también el reparto es uno de los mayores atractivos del film, ya que resulta de auténtico lujo. Destacan sobremanera el siempre genial James Manson, y la maravillosa Joan Hackett. Pero también brillan a gran altura James Coburn y Dyan Cannon, y en general todos los intérpretes están a un buen nivel. La dirección de Herbert Ross es acertada y siempre eficaz. Tambien merecen destacarse la buena fotografía, y la ambientación en unos escenarios que resultan ideales para el desarrollo de la historia.
La primera parte de la película puede resultar algo premiosa, pero resulta fundamental para conocer a los personajes y para encontrar las múltiples pistas que se nos van dando. La segunda mitad del film es apasionante y te mantiene en vilo tratando de averiguar el misterio.
Esta cinta es muy recomendable para cualquier aficionado a la intriga, el misterio o el crimen.
hackett
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7 de julio de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que me interesó esta película por tres de sus actores: James Coburn y James Mason (dos de mis favoritos) y por Raquel Welch, la tía más buena del planeta. Sin embargo al final el interés vino por otro lado debido a lo que cuento en el spoiler

“El fin de Sheila” es un homenaje a las novelas de Agatha Christie y a ese cine que se empezó a poner de moda en la década de los setenta. La idea y posterior guión es de Anthony Perkins –sí, el de “Psicosis”- que ganó algunos premios por ello, y que a mí juicio su historia está muy descompensada como todo el film.

El problema es aguantar la primera hora, que es bastante insufrible, los personajes van y vuelven en situaciones extrañas sin aparente estructura, y todo tiene un aire además muy televisivo. Si lo consigues soportar, enhorabuena, yo estuve a punto de desistir en varias ocasiones pero también lo aguanté –no sin varias interrupciones- la siguiente hora te lo pasarás bien, es cuando comienza verdaderamente la trama detectivesca y el meollo de la película.

El director es Herbert Ross que venía de hacer “Sueños de un seductor” y contaba con el beneplácito de la industria, con esta y otras posteriores lo irá perdiendo hasta terminar haciendo chorradas con Goldie Hawn.

El resultado final está muy lejos de apasionar, aunque es cierto que esta es una de esas películas que si la ves dos veces mejora seguro. Yo desde luego no lo haré.

La puntuación es complicada, la primera parte es para un tres, la segunda es de siete, le daremos un 5,3 y quedamos bien.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
vircenguetorix
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4 de diciembre de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realmente no me convenció esta presunta película de suspenso que, en principio, alentado por el buen reparto decidí ver. Pero tiene una primera parte bastante pesada y mejorando algo en la segunda pero no alcanza. La trama es como un millonario invita a un yate a 6 amigos para realizar en la travesía una serie de juegos que estarán destinados a descubrir al asesino de su esposa. Los juegos son confusos lo que generan poco interés sumado a una serie de conclusiones algo ilógicas que desbarrancan aún más el film. Dentro de las actuaciones se destaca el gran James Mason, en cambio James Coburn esta demasiado sobreactuado y Dyan Cannon insufrible.
gustavof42
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19 de abril de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
102/15(15/04/23) Entretenido thriller de misterio, con una estructura clásica ‘whodunit’ que popularizó la gran escritora Agatha Christie, donde la premisa es ‘encerrar’ a varios personajes (en este caso gente del Hollywood cinematográfico) en un lugar del que no pueden salir (ene ste caso un yate en la Riviera Francesa), allí se produce un crimen, y todos son sospechosos, toca descubrir al asesino, epítomes de esto son las obras de la escritora “Diez Negritos”, “Asesinato en el Orient Express” o “Muerte en el Nilo”. Este juego lo dirige Herbert Ross, adaptando el único guion rodado de Anthony Perkins (el mítico Norman Bates) y Stephen Sondheim (creador de musicales tan Icónicos como “West Side Story”, “Sweeney Todd: El barbero diabólico de Fleet Street” o “Into the Woods”), ambos escribieron dos guiones más que nunca llegaron a filmarse. La película se inspiró en una serie irregular de elaboradas búsquedas del tesoro de la vida real que Sondheim y Perkins organizaron para sus amigos del mundo del espectáculo (como Lee Remick y George Segal) en Manhattan a fines de la década de 1960 y principios de la de 1970. Herb Ross también participó en la búsqueda del tesoro con su esposa, Nora Kaye. Ross dijo que una de las pistas se deletreó con el glaseado de un pastel que había sido cortado en diferentes pedazos.

Comienza con la muerte atropellada de una columnista de chismes (Yvonne Romain), casada con un poderoso productor de Hollywood (James Coburn). Un año después, el productor invita a media docena de sus amigos, todos sospechosos, a pasar una semana en su yate jugando un elaborado juego que envía a todos los participantes en busca de pistas. Pero una vez que comienzan las festividades, los invitados: un director (James Mason), una estrella de cine (Raquel Welch) y su manager-esposo (Ian McShane), un guionista (Richard Benjamin) y su esposa (Joan Hackett), y un agente (Dyan Cannon): comienza a sospechar que algo anda mal, lo que lleva a un par de muertes más y a desentrañar el verdadero misterio.

Como en las novelas de Agatha, aquí hay numerosos giros que van dando tumbos sobre diferentes sospechosos, con secretos que se van destapando y luego van a otro lado, hasta desembocar en un final que pretende sorprender con el supuestamente más imprevisto de los asesinos. Quizás con demasiado tiempo para lo poco que se cuenta, con un primer tramo que se estira demasiado con la presentación de personajes, hasta la catarsis, y entonces el film toma impulso, y comienza un atractivo juego detectivesco amateur, donde funciona el elemento de fondo del mundillo del cine como creadores y escudriñadores de historias, con enfrentamientos entre unos y otros, el típico juego del gato y el ratón con muchas miguitas de pan, con varios twist ingeniosos, con elementos a los que se saca partido de modo mordaz, como las tarjetas con ‘pecados’, un cigarrillo apagado, o una foto de grupo, pistas que distraídamente van apareciendo y que al final cobran sentido, aunque, como suele ser en estos casos 8y aquí no es excepción), cogidas por los pelos, con mucho de suerte y azarística, y llega a su fin con una resolución tan satisfactoria como poco incisiva, quedándote la impresión (a mí) de ser un producto tan ameno como ligero.

Como es típico en las representaciones con efluvios a Agatha Christie, habiendo elenco coral, se suele tirar de un nutrido de intérpretes reconocidos, que supongo cobran tarifa plana para pasar unos días juntos con amigos. Aquí protagonizada por Joan Hackett, Ian McShane o Raquel Welch (Welch como una estrella de cine e Ian McShane a su manager-marido. Welch afirmó que los dos se basaron en Ann-Margret y su esposo, Roger Smith. Sondheim dijo más tarde que el papel en realidad estaba basado en la propia Welch y su ex esposo Patrick Curtis). Aunque los que más destacan son un James Coburn que se nota disfrutar como maestro de ceremonias titiritero que pretende manipular a sus invitados, incluso travistiéndose; Un James Mason como siempre con carácter, como un director de cine decadente, capaz de dar fondo encarnando a una almeja, siempre transmitiendo mundo interior, incluso con un rol tan plano como este; Richard Benjamin dotando de perspicacia a su insípido papel; Y Dyan Cannon como una pizpireta agente de actores con frases como, ‘Mi boca está tan seca que podrían filmar 'Lawrence de Arabia' en ella’; Aunque tampoco es que ninguno despunte. Y es que el guion está más preocupado de querer ser ingenioso en su trama criminal que en dar dimensión humana a las figuras. Tampoco el director da algo más que una labor funcional en la realización.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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20 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que promete mucho, pero que decepciona totalmente, pues es larga, aburrida, y confusa. Por si fuera poco Rachel Welch aparece sentada y en un plano cortado cuando va en bikini encima de un yate, y eso sí que no se puede perdonar. Un thriller en plan Agatha Christie, pero muy poco conseguido, cualquier episodio de Colombo de 1973 le da mil vueltas. Lo único bueno es la fotografía, que no está mal, y las soleadas localizaciones costeras y mediterráneas.
alex
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