El zorro de los océanos

Película dirigida con maestría por el siempre correcto John Farrow, padre de Mia Farrow. Las dificultades de la narración de una persecución en el mar de un maltrecho barco mercante alemán por parte de un acorazado rápido de la marina británica son superadas con éxito por un director hábil que cuenta con la ayuda de un guión bien construído, que utiliza recursos numerosos y diversos; con el apoyo de una fotografía correctísima, realzada por una cámara que sabe combinar encuadres estáticos (frecuentes en la película) con movimientos suaves, lentos y bien milimetrados; y con el valor añadido de la vistosidad de unos colores vivos e intensos. La interpretación de los dos protagonistas destaca por su calidad dramática: John Wayne interpreta el papel de capitán Ehrlich con mesura, versatilidad y acierto, mientras Lana Turner sabe aportar al personaje de Elsa las dosis de sensualidad, coraje e independencia que dan origen a un romance difícil, pero resuelto con verosimilitud. La película aporta una combinación de aventura, tensión, intriga y romance que la convierte en una obra interesante, que se ve con agrado.

No es un capitán del ejercito nazi, más bien está en contra de los nazis, pero es un patriótico alemán que ama su patria e intenta llegar a su país desde Sidney con su tripulación, pese a todas las dificultades que irán surgiendo en su propio buque mercante. A este viaje se les une una mujer que es una espía y en un principio contraria a las ideas del capitán. Este barco es perseguido por un amigo y contrincante británico al estallar en ese momento la II guerra mundial. Más aventuras que belicismo. Gran Wayne.

A medias entre el cine bélico y de aventuras, conjuga buenas maneras de ambos géneros. Aunque no consiga acercarse a films del calibre de "El mundo en sus manos", una vez más Wayne defiende su papel, lo hace creíble. También debe tenerse en cuenta la dificultad de ambientar una película de estas características, de hecho son pocas las películas clásicas que consiguen recrear la vida a bordo.

En definitiva, cine con mayúsculas, sin pretensiones, entretenido y con una Lana Turner formidable.

Es una película de ficción, aunque pudiera estar basada en hechos reales, pues muchos mercantes alemanes, antes de la invasión nazi de Polonia que dio inicio a la Segunda Guerra Mundial mercadeaban por todos los océanos y mares del mundo. El guión está basado en la novela de Andrew Geer.

Con gran pulso narrativo, John Farrow basándose en una gran fotografía, un excelente montaje y una banda sonora suficiente, nos cuenta esta historia donde un oficial inglés torna su amistad en odio contra su amigo, un capitán alemán, que además, le birla la novia cuando sus dos naciones entran en guerra, y le persigue hasta la extenuación a pesar de la ínfima posibilidad de que un mercante le plante cara a un buque de guerra.

Un siempre correcto John Wayne da vida al capitán alemán que se enamora de la espía alemana, todo un sex simbol de las décadas de los 40 y 50, Lana Turner, que coleccionaba esposos en la vida real gracias a ese cabello rubio oxigenado y su indudable atractivo y sensualidad, aunque a mí no me ha dado ninguna sensación de química sexual entre ambos actores.

Más que bélica, es una película de aventuras en el mar de la que surge una rebuscada historia romántica.

Sólo aprobado, 5.

John Farrow, autor de una amplia, aunque poco conocida filmografía, trabajó con muchos grandes del cine, donde demostró su versatilidad para amoldarse a diversos géneros. Western, Cine negro, Bélico o Aventuras, conocía su oficio y lo ejecutaba con corrección y precisión.
En esta película, dirige nada más y nada menos que a John Wayne y Lana Turner en un drama bélico bien ejecutado pero cuyo guion, resulta un poco endeble, bien defendido por todo el reparto pero que no puedes evitar la sensación de que de esta historia, se podía haber sacado más partido.
John Wayne encarna a un capitán de un barco mercante alemán, que cuando estalla la segunda Guerra Mundial se encuentra anclado en Sidney.
Aunque no simpatiza con la causa nazi, es un buen patriota y sobre todo, un gran capitán con todo lo que eso conlleva...No abandonará ni entregará su barco y hará todo lo posible para llevarlo de regreso a Alemania, aunque la larga travesía hasta su país de origen, esté plagada de barcos británicos tratando de interceptarlo.
Se iniciará pues, una persecución marina, donde hará lo posible para burlar y esconderse de sus perseguidores, teniendo además como invitada no deseada, a una pasajera que es una espía de regreso a su país.
Se diría que esta cinta promete muchos momentos de suspense y tensión con esta premisa. Pero nada de eso.
La película hace más hincapié en el drama, narrándonos la un poco insulsa historia de amor de nuestros protagonistas. A Lana Turner, aunque trabaja bien, le corresponde un papel de florero, siendo casi irrelevante su rol de agente secreto. Tampoco termina siendo muy importante el papel de amistad rota que nos apuntan entre perseguidor y perseguido. Es como si al principio, el guion nos preparase para un montón de conflictos, que luego resultaran anodinos.
Al final el film resulta ser la travesía de un hombre, que utilizando su ingenio recorre muchas millas en el mar, con escasos peligros, algo de drama y un final que se resuelve aceptablemente, dejando al espectador con las ganas de esa acción y tensión, que el film prometía.