Utama

*El planeta deja de respirar

Las consecuencias del cambio climático y el cataclismo que se avecina son cada vez más evidentes y, como ocurre habitualmente, son los grupos más obviados los que sufren los daños en mayor medida. El altiplano boliviano, donde viven ganaderos tradicionales aislados del progreso tecnológico, padece la desertificación propia de la escasez prolongada de lluvias.

Este problema se evidencia en Utama con una serie de planos generales que huyen de la idea de embellecer, que a veces se asemeja más a una postal turística. Aquí los paisajes aparecen desnudos de ornamentos, solo la piel agrietada y la ausencia de vegetación toman protagonismo.

No solo la fotografía resulta imprescindible para entender la problemática, el sonido continuado de la respiración entrecortada de Virginio nos vaticina un final que no se augura positivo. Los suspiros y el ahogamiento son cada vez más continuados, al igual que las muestras de desastre medioambiental.

*El retroceso del progreso

Pese al evidente deterioro, Virginio no se rinde. Sus últimos suspiros serán en el lugar en el que ha vivido siempre, roza la irresponsabilidad pero no renuncia al modo de vida que siempre le ha acompañado. La única solución que se les plantea es marchar a la ciudad. Curiosa paradoja. Ciudad, cuyo avance surge en detrimento del mundo rural, se alza como salvadora de los exiliados de la vida tradicional.

Clever, el nieto de Virginio y Sisa, ya no demuestra arraigo. Su forma de vida gira en torno a la ciudad y las tecnologías. En este analogía con sus abuelos, el lenguaje desempeña un papel fundamental. Todos los diálogos entre el matrimonio de ancianos, en pro de la naturalidad, se entablan en quechua. Sin embargo, Clever solo es capaz de comunicarse en castellano. Ha renunciado a parte de su idiosincrasia para homogeizarse con el resto de la sociedad.

*Resignación

El personaje de Sisa, mujer de Virginio, representa la resignación. Ella no dispone de la vehemencia y la entererza de su marido, acepta la situación y no le importa ceder parte de sus raíces, de sí misma, para continuar una vida, que dejara de ser suya, en otro lugar. Sisa es el reflejo del éxodo de todas las poblaciones agricultoras y ganaderas de Latinoamérica.

*Conclusiones

Alejandro Loayza Grisi deja, en su ópera prima, el listón en un punto muy difícil de superar o igualar. La precisión de cada plano y de cada sonido que dota de sentido a la narración son suficientes para que -sin apenas palabras- se entienda la trascendencia del problema. Una historia que busca la concienciación por la crisis climática y, a un modo que se asemeja al género documental, lo consigue. La representante de Bolivia a los Óscar se postula como uno de los grandes descubrimientos cinematográficos del año.

Escrito por Esperanza Hernández Martínez

Una de las películas más conmovedoras del pasado Festival de Málaga, donde consiguió tres premios, mejor película Iberoamericana, dirección y Música, es una historia pequeña con un realismo mágico que consigue atraparte desde el primer momento.

Virginio y Sisa son un matrimonio de edad avanzada, se enfrentan con una sequía severa en su área rural, los problemas de salud del esposo tampoco ayudan, pronto reciben la visita de su nieto que vive en la ciudad, el cual intentara convencerlos de que se muden con él.

Escrita y dirigida por Alejandro Loayza Grisi, el cual, con un ritmo lento y semi documental, sabe mostrarnos muy bien las dificultades de vivir en aquellas tierras desérticas Bolivianas, así como presentarnos a unos personajes entrañables que luchan desesperadamente por sobrevivir pastoreando sus llamas y viviendo tranquilos lejos de las grandes ciudades.

La perspectiva de estas familias que se enfrentan al dilema de tener que elegir seguir con sus viejas costumbres ancestrales o adoptar nuevas formas de vida es lo que nos plantea Utama. Un film sincero y sencillo que nos tocara el corazón.
Destino Arrakis.com

Supongo que, como yo, habréis hecho el ejercicio de buscar el significado de Utama, término quechua que viene a traducirse como "nuestro hogar". En este caso el lugar en el que Virginio y Sisa han vivido y en el que desean morir. Pero cuando se alteran los ritmos de la Naturaleza y la mano del hombre, calificado dudosamente como inteligente, provoca cambios indeseados que actúan directamente, y con una rapidez inusitada sobre aspectos fundamentales como el clima; el desequilibrio hace que deje de llover donde antes lo hacía, que se inunden zonas antes habitadas, que el sol queme donde antes acariciaba y que desaparezca la vida de culturas que aguantaron placenteramente el paso de los siglos.

Estos dos viejitos solo quieren cerrar el ciclo normal de su existencia, sin más alteraciones que las propias del cambio de estado que tiene lugar cuando llega el momento de partir: pasar de carne a polvo, seguir unidos a la tierra. Ellos no se creen más importantes que los cóndores o las llamas que pastorean. Ellos necesitan muy poco para vivir, pero es imposible hacerlo sin agua en el altiplano andino. ¿Alguien de nuestro "civilizado" mundo piensa en ellos cuando derrocha energías fósiles, envenena los océanos o se dedica a agujerear la capa de ozono?

Necesitan, y es de justicia, que hablen por ellos, que son gentes de mucho mirar y poca queja. Por eso Alejandro Loayza Grisi ha filmado este documento que nos ha tocado profundamente; también escueto en las palabras, pero aportando unas imágenes más que esclarecedoras, que paran el tiempo y nos dejan ver aquellas cosas que la estupidez, las tecnológicas prisas y el alarmante eclipse que envuelve el sentido común, nos habían hurtado.

Bonita y emotiva.

A veces, CINE con mayúsculas, es la mano de una anciana que se posa sobre la de su marido enfermo mientras comen y solo se oye la respiración agónica del hombre. A veces, el cine es solo eso. Y a veces se nos olvida entre tantos efectos digitales, tanta épica, tanto grito y tanto giro de guion. No, todo en el debut de Alejandro Loayza Grisi es previsible, y todo es magnífico. Bellísimo. Que nunca se nos olvide. El cine desde que se inventó es solo eso. Poesía. Sentimiento.

Con escasos medios y casi una producción alternativa "Utama" se vuelve un milagro.
Una película casi desprovista de lo mínimo e indispensable pero con unos valores que escasean en el mundo moderno, y a los cuales defiende a capa y espada,
El incalculable tesoro de la humildad.-