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Una buena persona

Drama Allison (Florence Pugh), una joven con un futuro brillante, y Daniel (Morgan Freeman), el padre de su prometido, sufren la misma pérdida trágica. En un momento de crisis, los dos protagonistas forjan una amistad que suscita la compasión y el perdón necesario para superar su culpa y encontrar la libertad.
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
27 de diciembre de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No conocía a este director. Vi que estaba disponible en la plataforma de casa, leí la sinopsis y el reparto, y la vimos en familia, una decisión que se reveló acertada, pues más alla de la calidad interpretativa de Morgan Freeman y Florence Pugh, que se daba por descontada, la historia es interesante y está bien contada.

Los personajes secundarios también están bien diseñados, y permiten al director hacer al espectador reflexionar sobre temas que nos resultan cercanos, como el perdón, la culpa, la redención... sin caer en lugares comunes.

Un guion bien elaborado, apoyado en una producción modesta pero solvente, es la pieza que acaba de redondear el valor de esta película, cuyos especialmente acertados últimos minutos dejan en conjunto un buen sabor de boca. Recomendable.
Antonio
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13 de septiembre de 2023
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la primera vez que he dudado tanto en ver una película de Florence Pugh. Esta vez el dilema era grande: ¿veo una película en la que sale la gran Florence Pugh, la que a día de hoy me parece una de las mejores actrices y de la cual no he visto aún una peli mala ( me gustó hasta 'Viuda negra') o paso de ver una película en la que sale Morgan Freeman, el hombre que más veces se ha interpretado a sí mismo el cual solo oír su nombre ya me produce desazón y que solo interpreta personajes tan sabios como aburridos?

Además, cuando vi el segundo cartel que aparece en las imágenes de FilmAffinity, no sabía si buscar esta peli en las plataformas digitales o esperarme a que la echaran un sábado por la tarde en antena tres.

Esa fue mi duda inicial. No me pude resistir. Al final Florence Pugh es Florence Pugh, y Florence Pugh gana a Morgan Freeman y a cualquier cartel cutrón de telefilm.

Cuando inicia la película y vi a una Florence Pugh ultra sobreactuada y una exaltación de la felicidad exagerada con un montón de escenas familiares, me tuvieron que sujetar entre cuatro para que no llegase a alcanzar el mando y apagarla. No solo eso, sino que empiezas a ver algunas carencias del director a la hora de rodar ciertos planos. Al final te quedas porque todo esto no son más de 10 minutos hasta que empieza la peli y al fin y al cabo me sentía en deuda con Florence, así que la di una oportunidad. Y no me arrepiento.

No voy a seguir narrando tramo a tramo porque si no no acabo nunca. Según avanza la peli el festival de clichés no hace que la cosa mejore mucho. En resumen, no me gusta Zach Braff como director, no me gusta el estilo de melodrama super emotivo y no me gusta Morgan Freeman, el cual ¡oh, sorpresa! vuelve a hacer de viejo sabio, papel que lleva interpretando desde los 15 años.

¿Entonces por qué le doy un 6? Porque trata uno de los temas más alarmantes en occidente de este siglo: el consumo excesivo de drogas legales y la facilidad con la que se recetan estas como si fueran caramelos. Y por su puesto por Florence Pugh. Además aquí se arranca a cantar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Mankuku
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17 de abril de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un drama profundo que, como si fuera una sesión de terapia, nos muestra cómo superar el dolor, la redención, la caída en las adicciones, empezar de nuevo y mantener el control. 

Allison es una mujer con una carrera prometedora, se va a casar pronto con su encantador novio, la vida le sonríe hasta que se cruza en su vida un terrible accidente de automóvil del que solo sobrevive ella. El dolor y la culpa la consumen cayendo en una adicción tremenda a las pastillas. Una terapia de grupo donde casualmente acude el que iba a ser su suegro le dará algo de luz...  

A Zach Braff se le dio a conocer como director con la estupenda "Algo en comun" en 2004, desde entonces su carrera como actor, escritor y director en series y películas ha quedado consolidada. En esta ocasión ha contado con la presencia de Florence Pugh (su novia en aquel momento y que ha ejercido también de productora) para interpretar a Allison, la cual acapara prácticamente todo el peso del film, acompañada en segundo plano por el gran Morgan Freeman.

La película nos muestra bien la lucha de alguien que sufre un profundo autodesprecio y odio a sí misma, cayendo fácilmente en el consumo de los opiáceos. Por otro lado, tenemos a un ex alcohólico maltratador redimido en el que encuentra su apoyo, ya que realmente los que la quieren en su entorno no consiguen conectar con ella.  

Un buen drama, que puede que no te alegre el día, pero que plantea cosas muy interesantes en la historia que nos cuenta.
Destino Arrakis.com
videorecord
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23 de mayo de 2023
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una buena persona nos cuenta la historia de Allie, una chica que que se estrella en un accidente y su vida da un vuelco total. La película nos sumerge en emociones intensas y en las peripecias de Allie como superviviente.

La protagonista se luce en su actuación, al igual que los actores secundarios, sobre todo la hija pequeña. El conflicto emocional del protagonista te atrapa desde el principio, y a pesar de ser un drama, el ritmo te mantiene entretenido para que no te aburras. ¡Pero Morgan Freeman sobra completamente!

Resumiendo: una película emocionante y cautivadora sobre segundas oportunidades (un poco intensa por momentos) Tiene sus fallos, pero logra transmitir emociones y mantener el interés del público. Para ver si no tienes mucho más que hacer…
CriticoNumero8
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18 de mayo de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El melodrama también existe

A día de hoy, la palabra melodrama se ha convertido en poco más que una coletilla negativa para cierto tipo de película. Es habitual, por tanto, que lo críticos cinematográficos utilicen el término para designar a una película como excesivamente emotiva e incluso tramposa. En esta crítica, sin embargo, me gustaría utilizar el subgénero sin una pizca de maldad, con la definición clásica de lo que puede ser un melodrama moderno.

Una buena persona está dirigida por Zach Braff, director que a más de uno le sonará por haber protagonizado la serie cómica Scrubs, y está empeñada en que el espectador llore. Esto no es particularmente negativo si uno tiene en cuenta que la comedia es un género hecho para que el espectador ría o el terror para que se asuste. Si este tipo de películas son efectivas por la reacción emocional que consiguen producir, entonces Una buena persona es una película efectiva, pues logra emocionar al espectador por medio de la evolución de la trama, sus personajes y las geniales interpretaciones de sus actores.

*Un accidente como motor narrativo

Una buena persona trata sobre la pérdida, el dolor y la culpa. Allison (Florence Pugh) conduce por la autopista mientras conversa con su futura cuñada y el marido de esta. Los tres se dirigen a seleccionar un vestido para la boda en la que Allison será protagonista. Un despiste y un accidente fatal dejan al personaje de Florence Pugh como única superviviente. A partir de aquí se forjará esta historia de madres e hijas, de abuelos, de amistades inconcebibles, de relaciones perdidas y de adicción.

Los primeros quince minutos, hay que reconocerlo, son un poco insoportables. Y es que, de vuelta al subgénero, un buen melodrama requiere precisión. Así como una comedia o una película de terror pueden ser más dispersas, el melodrama tiene que ser respetuoso y preciso para que el público pueda sentir lo que ve como real. Y en este comienzo en el que se quiere mostrar la felicidad previa al desastre, Braff se pasa de amigable hasta el punto de que genera un poquito de vergüenza ajena.

*Pugh y Freeman

Durante este comienzo, y a lo largo de Una buena persona, el nivel técnico del filme quedará retratado como impecable. Una muy buena fotografía y dirección de arte recrean una realidad bastante atractiva para el ojo sin resultar falsa o recargada. El montaje hacen la película ágil y no permite que se estanque en la evolución de la trama, aunque sí habría que echarle en cara un uso de la música excesivamente cursi y llano: ¿escena triste? ¡Qué entre el piano trágico!

Sobre la música, son destacables algunos temas compuestos para Una buena persona y que interpreta Florence Pugh con su propia voz y talento. La actriz británica lo da todo en una interpretación soberbia que algunos tomarán como exagerada por las exigencias de un guion melodramático; solo que, recordemos, aquí no lo juzgamos como negativo.

Hacía tiempo que Morgan Freeman no estaba tan bien. Su personaje, de naturaleza imperfecta y dolida, se aleja de esos ancianitos idílicos que suele interpretar el actor. Chinaza Uche queda un poco más relegado ya que su papel es más simple que el de sus compañeros de reparto, pero resuelve bien su cometido como ese prometido de Allison antes de que acontezca el accidente. La veterana Molly Shannon y la joven Celeste O'Connor terminan por cerrar este casting de estrellas donde todos están estupendos.

*El delicado puzle de las lágrimas

El guion peca un poco de falta de naturalidad en algunos momentos. El personaje de Celeste O'Connor, huérfana tras el citado accidente de coche, toma en ocasiones decisiones que resultan inverosímiles para el personaje que hemos estado viendo en pantalla. Algún diálogo suelto también necesitaría revisión, y no es que esto sea una constante, pero sí es un problema del melodrama. Una sola palabra mal colocada puede hacer que esa trágica realidad se tambalee y se convierta en un juego de lágrimas y patetismo poco creíble. Si estos momentos hunden la credibilidad de Una buena persona, otros consiguen hacer que ascienda.

Pese a tratar la pérdida y la adicción, la película no se recrea en lo desagradable. Se muestra el sufrimiento, pero Zach Braff no se revuelca en él ni muestra más de lo necesario. Una buena persona es triste porque la historia es trágica, pero no por ello menos real. Casi es de agradecer no ver agujas, vómitos ni excesivos gritos en una película de esta temática. Ahora bien, lágrimas las hay a mares. La historia busca el perdón y la superación, esas inevitables caídas antes de volver a levantarse y esas manos que a veces tiende la persona más insospechada. Sí, es una película de lágrimas, pero más aún de abrazos y de esperanza.

*Conclusión

En conclusión, Una buena persona es un buen melodrama. Es una película que buscará que te emociones mediante su sincerad y, alguna que otra vez, su intensidad forzada. No es una película excelente porque resulta un pelín anodina en su puesta en escena y en el montaje musical; pero tiene unas interpretaciones maravillosas, personajes interesantes y un ágil devenir de la historia. Si aguantas este subgénero de sentimientos lacrimosos: es muy recomendable.

Escrito por Daniel González Fernández
Cinemagavia
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