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Pasión por las letras

Drama Una crónica de los tiempos de Max Perkins (Colin Firth), el editor de libros más admirado en el mundo, que presentó al público a los más grandes escritores de este siglo, revolucionando la literatura americana. Incasablemente comprometido con el fomento del talento, fue la fuerza detrás de grandes estrellas literarias como F. Scott Fitzgerald (Guy Pearce), Ernest Hemingway (Dominic West) y Thomas Wolfe (Jude Law). (FILMAFFINITY)
Críticas 45
Críticas ordenadas por utilidad
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3
12 de abril de 2017 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente antes de escribir alguna crítica, tengo a bien mirar los antecedentes del director de la cinta. En Este caso Michael Grandage. Su primer largometraje y bien podría ser el último, porque material tenía y actores también así que escusas pocas, pero no lo va a ser, porque tiene otra en marcha.
Creo que en su imaginación la historia se desarrollaba bien, a veces pasa, hay más datos y ritmo en la cabeza del autor que en el resultado en el papel. Sucede cuando das por hecho que los demás śaben algo que por lo visto no crees necesario contextualizar o explicar.
Eso o que simplemente que como director no da la talla, que será lo más seguro.

Algunos momentos ligeramente interesantes, generalmente cuando el editor recorta la obra, (decir más con menos) poco más.
4
20 de abril de 2017 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a leer la obra de Thomas Wolfe. Esta es la conclusión que he sacado de esta película pero dudo que fuera el objetivo. Los autores americanos de esta época son sin duda interesantes pero la película se centra en una única idea, la necesidad de contener la verborrea de algunos autores para que el libro sea comercial. Hay muchas otras ideas que flotan en la película como el bloqueo del escritor, la necesidad de los mecenas, la destrucción que rodea a los artistas obsesionados… Pero ninguna de ellas llega a sobrepasar el tedio de las voces en off, los tachones y la histriónica actuación de Jude Law (que no criticaré porque parece que el Sr Wolfe era más o menos así).
Otro punto importante a destacar es que la película se centra en el editor pero no como una figura tridimensional que es capaz de identificar un buen texto, que sabe tratar a los escritores, que tiene gusto literario y que ayuda a mejorar, a pulir la obra. Simplemente parece un fanático de recortar párrafos para ir al grano. Por lo leído en un par de entrevistas y algunas referencias en internet el tal Perkins era un hombre culto que no sólo tenía olfato sino que también era capaz sacar lo mejor de sus autores.
Respecto de los aspectos formales de la película, es correcta, como siempre se abusa de los escenarios digitales sin necesidad y los actores están muy bien. Todos ellos tienen buenas películas a sus espaldas y se nota que saben transmitir su mensaje. Me desagrada Nicole Kidman, pero creo que es un tema personal o quizá que su expresividad ha sufrido las consecuencias de la cirugía estética.
En resumen, es una película de “personas hablando en habitaciones” pero cuya charla sólo te impulsa a evitar los libros de Wolfe salvo como somnífero. Quizá lea alguno para comprobar si mis prejuicios son justificados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los viajes del autor quedan en una mera anécdota, aunque debieron ser muy importantes para él y no se refleja para nada el impacto que la obra autobiográfica tuvo en su familia y su entorno. Un último apunte, el tal Max no se quita el sombrero en toda la película (sólo en una de las escenas finales). Me llamó la atención y buscando descubrí que aparentemente tenía problemas de oído y el sombrero bien calado le ayudaba a mantener sus pabellones auditivos hacia delante paliando su problema. Por eso no se lo quitaba nunca.
3
25 de junio de 2018 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía muchas ganas de ver esta película ya que me llamaba la atención su trama y, como se plantea desde el punto de vista de una figura siempre desconocida en el mundo de los artistas.
Y es que en esta película se nos presenta la historia de Max Perkins, uno de los editores más importantes de todo Estados Unidos; que fue el encargado de descubrir a autores como F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway y Thomas Wolfe. Y toda la historia gira entorno a este último autor y el editor. Como crearon varias obras de gran nivel y con una complejidad increíble debido a la obsesión del autor por hacer descripciones excesivamente largas. Entre ambos tendrán una relación de gran amistad, y de grandes discusiones en la editorial por mantener la obra intacta y por recortar la historia para que sea vendible entre el público.
Como decía tenía muchas ganas de ver esta película porque me atraía mucho la trama; pero ahora que la he visto tengo que reconocer que me ha defraudado más que entusiasmado.
Creo que la historia me resulta bastante aburrida ya que durante prácticamente todo el metraje únicamente se ven situaciones de reducción de párrafos en capítulos, simplemente para crear un libro lo suficientemente bueno como vendible entre el público.
En mi opinión la historia se pierde en estos entresijos de editorial, y hace que resulte todo un poco repetitivo; sin que evolucione la trama. Únicamente se pasa de un libro a otro variando la historia de la nueva obra; pero no cambiando para nada la esencia de lo que se está desarrollando.
Aun así tengo que decir que cuenta con ciertos momentos puntuales que resultan atrayentes e interesantes, pero los mismos no son suficientes para convencer del todo en general.
Lo que sí convence son las fabulosas interpretaciones de cada uno de los actores. Todos ellos con excepción realizan un trabajo fantástico que se encuentran al nivel de lo que se espera de ellos. Nombres como Colin Firth, Jude Law, Nicole Kidman, Laura Linney, Guy Pearce o Dominic West dan lecciones interpretativas regalando unos personajes llenos de matices.
En fin, "El editor de libros" es una película que decepciona más que entusiasma. Es un film que cuenta con buenas actuaciones, un buen trabajo de ambientación y alguna escena puntual que funciona. Pero todo lo demás resulta bastante decepcionante y no consigue enganchar.
2
27 de noviembre de 2016
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando descubro un biopic no puedo evitar verlo. A priori, ésta parece una buena película; actores de reconocido prestigio y un argumento atractivo: la importancia e influencia de los editores en el mundo de la literatura. Todo queda en las apariencias. Al poco de empezar la película aparece Jude Law y a partir de ahí “apaga y vámonos”. Sobreactuado, histriónico y de una incontinente verborrea hace que mi paciencia roce el límite. Aun así, sigo viendo la película, más por inercia y saber cuál es su final que porque me guste. Después de casi dos horas, me encuentro ante un film aburrido (almenos en mi opinión), con una suerte de secundarios desdibujados y cuyo talento queda desperdiciado a merced de una película que va decayendo en interés a lo largo del metraje.
8
10 de diciembre de 2016
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Es un párrafo muy largo», le dice la hija pequeña del editor Perkins a su padre cuando le ve revisando el libro de Wolfe. El padre contesta: «Comenzó hace cuatro páginas».

Para mí, el mejor resumen de la película. Porque toda la cinta juega con el contraste entre el carácter flemático de Perkins (extraordinario Colin Firth) y la exhuberancia de Thomas Wolfe. ¿Sobreactúa Jude Law en ese papel? A mi entender, no sobreactúa, interpreta. Si quieres realzar el contraste, necesitas a ese Jude Law, no a otro.

Firth, quien no se quita el sombrero en toda la película hasta la última escena, tiene la virtud de saber mirar. Cuando no es él el centro de la escena, mira como nadie, hasta el punto de casi robar la escena a los demás. Pocos actores hacen eso como él. En cuanto a Jude Law, es un torrente. También Wolfe lo era.

El único punto débil de la película es –digamos– la parte penúltima. Por no desvelar nada, basta con señalar que hablo de los últimos veinte minutos, dejando a salvo los magistrales cinco minutos finales.

Por último, unas pinceladas de genialidad:

– El color desvaído de toda la cinta, acorde con la época de la gran depresión.
– La frase de Wolfe, indignado por el modo en que Perkins recorta sus textos: «Gracias a Dios que Tolstoi no te conoció. Tendríamos una novela llamada “Guerra y nada”».
– La escena en el club de jazz. Antológica.
– El modo en que la película deja patente cómo, al final, el más flemático es quien tiene mayor hondura de sentimientos.
– «El plural de “miríada” es “miríadas”».
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