Cementerio viviente

Puede que la película no sea uno de los mayores clásicos del género de terror, pero está bien realizada. La música incluso encaja; la verdad es que en algunos momentos, desde mi punto de vista, la música asusta más que la propia escena. Y el apecto del cementerio de las mascotas hace que se me encoja el corazón (con el tema musical de fondo, claro). Lo que pasa es que podría haber estado un poquito más completa; es decir, haber tenido en cuenta datos y detalles del libro ("Cementerio de animales"), como la historia del Wendigo, el caso de la esposa de Jud (vecino de los Creed)... o ampliar cosas como cuando el vecino le cuenta a Louis Creed sobre su perro resucitado y el caso de otras mascotas devueltas a la vida. En el libro, también está ampliada la historia del caso de Timmy Baterman. Los que no han visto la película o no hayan leído la novela probablemente no sabrán de qué estoy hablando. Así que no voy a extenderme más y mirad ambas cosas para comparar el libro con la película. A veces, un libro de suspense, de terror, de fantasía o de cualquier otra temática puede tener una atmósfera más sobrecogedora que la que te pueden presentar en un filme con sus efectos especiales o interpretaciones. Una última cosa: Hace pocos meses leí que se planeaba un remake de esta película. No estoy totalmente de acuerdo con la idea, pero si llegan a realizarlo a ver cómo lo tratan. En fin, como me gustan cosas de lectura, concluyo esta crítica invitando a todos aquellos aficionados a leer y a los fans del género terrorífico a echar una ojeada a "Cementerio de animales" de Stephen King.

Años ochenta, Edad de Oro del gore y, si me apuran, hasta del cine de terror comercial en su conjunto. Un Stephen King en la cúspide adapta su novela homónima. Temas de los Ramones. No me digan que no promete. Pues bien, precisamente ahí radica el gran problema de “Cementerio viviente”, en el amplio desfase entre expectativas y realidad.
Porque la primera impresión que produce esta película, y de la que cuesta sustraerse, es la de uno de tantos telefilms de sobremesa, con esas hórridas texturas y efectistas primeros planos. Mary Lambert se revela como una directora torpísima —no extraña su paupérrima carrera posterior—, y el montaje incluso presenta groseras lagunas de continuidad. En cuanto al reparto, excepción hecha de Fred Gwynne, todos sus integrantes parecen competir en inoperancia. Especialmente ofensivo resulta el caso del protagonista, un Dale Midkiff incapaz de gesto alguno y que, pese a lo cual, ha seguido apareciendo en pantalla, y lo que es más grave, cobrando por ello.
Superada esa decepción inicial —logro que requiere un notable esfuerzo de benevolencia por parte del espectador—, a “Cementerio viviente” cabe reconocerle un puñado de elementos de indudable interés. La mano sabia de Stephen King se aprecia en la creación de una atmósfera insalubre y bastante sugestiva. Tiene mérito que, tras cinco décadas, motivos recurrentes como los cementerios indios y las infancias traumáticas sigan induciendo si no un miedo cerval —está uno ya algo encallecido—, sí un cosquilleo en la nuca, leve pero constante, al que muchas cintas de presunto terror de nuestros días ni siquiera se acercan.
En fin, el maquillaje, las prótesis y los efectos analógicos —todo cámara y luces— dimanan un encanto artesanal, rayano en lo paleolítico, más agradable a la vista —es un decir— que los derroches digitales de hoy.

Stephen King es el autor más veces llevado al cine en la literatura contemporánea de terror, y, aunque esta adaptación sea de las menos reconocidas, posee en su temática el concepto de la muerte y su perspectiva desde diferentes puntos de vista, con un drama familiar y el misterioso trasfondo que cubre a sus personajes de intriga y suspense.

Su guion recorre los mismos patrones narrativos de su antecedente literario: la forma en que suceden los acontecimientos están bien adaptados y su narración marca bien las pautas con las que se da la inmersión del espectador en el filme. Lo sobrenatural y el horror a lo desconocido son características que destacan en la obra y su resultado e influencia en los personajes centrales- sobre todo en su personaje principal- se maneja progresivamente.

Su pretensión hacia la tragedia conlleva una escalada dura y sin clemencia, con una puesta en escena bastante repetitiva en los espacios, sin embargo, es lo necesario para una película que juega con el concepto de la destrucción de la familia, pudiéndose comparar con obras como "Hereditary" (Ari Aster, 2017).

En esta similitud, "Pet Samatary" (Mary Lambert, 1989) es de corte más fantástica y exagerada, pero es el reflejo primario de la obra que escribió Stephen King: contar el exaltado miedo a la muerte y su concepción desde la imaginación más oscura y fantasmagórica, con el suspense acrecentado e impactante de principio a fin, aunque el final sea un tanto agridulce aún sabiendo que su mensaje es puramente descriptivo y resume gratamente el concepto esencial de la obra.

Pet Sematary tiene muchas cosas positivas. Contó con un buen guion escrito por Stephen King y una tétrica banda sonora compuesta por Elliot Goldental y sin olvidar mencionar el maquillaje especial hecho por Steve Johnson. Lo destacable de esta película es que la siento como una mezcla de horror y drama, ya que aparte de ser aterradora, también puede llegar a ser conmovedora en muchos momentos y trágica. Mantiene un muy buen ritmo y sabe balancear los momentos tétricos con los momentos dramáticos de la familia protagonista. Una película bastante buena y le doy 10/10.

Qué está pasando? Llamadme romántico, pero he acudido a ver esta película en plena vorágine de mi festival favorito, el de Sitges. Y es verdad que solo llevo 3 días y 5 pelis, sin incluir cortos, todas filmadas en la actualidad. Pelis que el listillo de turno vende como si fueran a abrir nuevos caminos en el terror o sus géneros sucedáneos. Pelis dirigidas por directores con nombres impronunciables, que quieren hacernos creer que lo exótico de su origen vale lo suficiente para apostar por ellos...
[Iba a decir algo soez]
Con actores de 3a categoria, un presupuesto risible, incluso entonces, y un producto de subcategoría de la Paramount, para poder rentabilizar la inversión en el autor de moda entonces (han pasado 35 años y sigue estando ahí, cosa difícil en este mundo), se pergeñó una obra que a día de hoy aun se ve fresca y guarda momentos icónicos como el que explicaré en zona de spoilers...