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Red 2

Acción. Comedia Frank Moses (Bruce Willis), agente retirado de la CIA, vuelve a reunir a su peculiar equipo de élite para emprender la búsqueda de un dispositivo nuclear portátil desaparecido. Durante la operación tendrán que enfrentarse a un ejército de implacables asesinos, despiadados terroristas y oficiales del Gobierno enloquecidos por el poder. Todos ellos están ansiosos por hacerse con el arma letal, pero no son conscientes de lo que significa ... [+]
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Críticas 41
Críticas ordenadas por utilidad
16 de agosto de 2013
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Red 2" es muy parecida a su antecesora, "Red", aunque esto no es necesariamente negativo. La primera entrega me pareció una película entretenida, con buenas interpretaciones y buenas escenas de acción. Pues bien, en esta nueva entrega los efectos visuales son más espectaculares y los actores incorporados estan bien escogidos, a excepción de Byung-Hun Lee, que, sinceramente, no se que pinta en la historia.

El film es entretenido, tiene acción constante, buenas interpretaciones y unas localizaciones acertadas. Tambien cabe decir que no aporta ninguna novedad respecto a la anterior entrega y el argumento no acaba de convencer , siendo en algunos momentos absurdo, aunque la película tampoco se toma muy en serio a si misma, acercándose más a la comedia que al género de accion.

En resumen, "Red 2" es parecida a "Red", es decir, una pelicula simpática y entretenida que explota a viejas glorias del cine americano, algo así como "Los mercenarios", pero con actores que saben actuar.
Sergi
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1 de agosto de 2014
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dado lo bien que funcionó “Red” (una sorpresa sin duda) era cuestión de tiempo que surgiera una segunda parte con, exactamente, el mismo planteamiento: un notable elenco protagonista de bastante más de cuarenta años, explosiones a porrillo, tiroteos por doquier, humor ligero y que agrade lo suficiente a abuelos y niños como para tener algo que ver en alguna reunión familiar. Hay un punto de novedad que es de agradecer pero puede pasar desapercibido: donde realmente hay un crecimiento no es en efectos especiales sino en un guión que se globaliza y se vuelve más ambicioso y, al no tener ninguna restricción en cuanto a credibilidad, la trama se vuelve más espectacular e interesante.

Ninguna segunda parte en películas de este estilo está completa si no introduce un fichaje galáctico. En este caso Anthony Hopkins adquiere en poco tiempo tanta relevancia como cualquiera de los veteranos bordando un papel que se integra estupendamente en la nueva trama.

Le doy la misma nota que a la primera parte, no la mejora sensiblemente pero tampoco contiene ese punto de degeneración tan común en secuelas. Sigue sin gustarme este género. Me recuerda al abuelo Simpson hablando de lo mucho que le gusta Matlock porque defiende a la tercera edad de la juventud y «mete a los jóvenes entre rejas». Y pensar que está basada en un comic (!)…
OsitoF
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12 de agosto de 2013
21 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y luego se quejan del fracaso de la taquilla. ¿Cómo no va a fracasar una película que intenta imitar con brocha gorda un éxito que tampoco es que fuera para tirar cohetes? De acuerdo, la primera parte tenía su gracia, al ver a un grupo de exagentes de la CIA jubilados que tienen que salvarse de una purga, y además el alemán Robert Schwentke supo darle un toque de espectacularidad en la narrativa cercano al cómic de DC en que se basó la historia. Pero al cambiar de realizador, y dárselo a un obediente artesano de estudio, Dean Parisot, se ha despersonalizado todo hasta niveles realmente increíbles. Es lamentable ver a actores de la talla de Anthony Hopkins, Catherine Zeta Jones, Helen Mirren o John Malkovich bailar como un perrito de feria y aguantar hacer el tonto (ojo, una cosa es hacer comedia, y otra hacer el ridículo) por un cheque.

La historia no tiene ni pies ni cabeza: resulta que nuestros amigos los superagentes jubilados tienen que volver para solucionar un complot internacional que puede llegar a desencadenar una nueva Guerra Mundial, con la amenaza de detonar una bomba atómica en el mismísimo corazón de Rusia. El problema no es que la historia no sea buena –que en una película de estas características, puede colar…-, sino que su desarrollo es lo más deficitario que hemos visto en años: personajes que cambian de bando (ahora son malos malísimos, y tras una secuencia, son buenos buenísimos; ahora son tontos tontísimos, y de buenas a primeras, son los más inteligentes del planeta… una locura, vamos…) historias que tienen que explicarse a pedazos saltando de ciudad en ciudad sin orden ni concierto… el desastre.

Ni la cara de estreñido de Bruce Willis, el glamour de Helen Mirren o la bis cómica de Malkovich son suficientes para salvar a este engendro que por momentos va empeorando hasta llegar a ser un subproducto que no hay por donde cogerlo, literalmente. Además resulta increíble que Mary-Louise Parker vaya de ingenua-oficinista-recién-salida-de-los-despachos y se reconvierta de golpe en Mata-Hari, cuando además ese toque de ingenuidad chirría con los añitos que ya empiezan a notársele peligrosamente.

Ni siquiera las secuencias de acción están contadas ni la mitad de bien que en la primera parte –que tenía varias realmente impresionantes-. Que no se enteran, señores productores: que no es suficiente con dinero para hacer las cosas. Hace falta talento, creatividad, brillantez, originalidad… y eso difícilmente puede comprarse cuando se pone a un obediente sicario tras la cámara, más preocupado de contentar a los ejecutivos que lo han colocado allí que en hacer una película de una calidad razonable. No vale todo, porque sencillamente, no funciona todo.

Me da muchísima pena ver cómo actores antaño grandes con g mayúscula (véase a Hopkins, ganador de un oscar por “El Silencio de los corderos”, con varias nominaciones, premios por doquier, o a Helen Mirren, también con oscar, a Malkovich, un verdadero genio, o Zeta Jones, que ha demostrado su talento en “Traffic” o “Crueldad intolerable”) se ven reducidos a estúpidas marionetas de un producto no solo olvidable tras su consumo –como era la primera parte, con sus limitaciones, pero con su honestidad intacta a la hora de ofrecer cine-espectáculo- sino manifiestamente hortera, sin alma y realizado única y exclusivamente para aprovechar el rebufo de la primera parte para recaudar dinero en la taquilla (traducción: engañar al espectador para que pique creyendo que va a ver lo mismo que en la primera parte, pero con mejores actores y con la misma calidad y dosis de acción). No vale todo, porque sencillamente, no funciona todo.
Federico_Casado
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6 de agosto de 2013
26 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se estrena este viernes 9 de agosto la segunda parte de “Red” (2010) en los cines españoles; teniendo nuevo director, donde Dean Parisot (“Dick y Jane, ladrones de risa”, “Héroes fuera de órbita”) coge el relevo de Robert Schwentke (el cual está a punto de estrenar “R.I.P.D. Departamento de Policía Mortal”). Aún con el cambio de director, repite el reparto original en su mayor parte.

De esta forma, la historia se reanuda donde acabó la primera, donde el agente retirado de la CIA, Frank Moses (Bruce Willis) vive una tranquila vida con su novia (Mary-Louise Parker). Pero esta apacible vida se verá truncada cuando Marvin (John Malkovich) intenta convencer a Frank de que sus vidas están en peligro, debido a una filtración de WikiLeaks que les incrimina directamente en un incidente internacional y les convierte en terroristas buscados internacionalmente.

Como no podía ser de otra forma y como manual habitual de casi toda secuela que se precie, abandonamos las fronteras de Estados Unidos para realizar una extensa vuelta al mundo por sitios tan dispares como Londres, París, Moscú o Hong Kong. Así las cosas, aparecerán nuevos personajes (como los interpretados por Catherine Zeta-Jones o Anthony Hopkins) y volverán algunos secundarios de lujo de la primera, como Helen Mirren o Brian Cox.

Pero lejos de bajar la calidad de su predecesora, en esta ocasión es un lujo afirmar que mejora en cantidades espectaculares no sólo la acción, sino también el humor de la cinta respecto a la anterior entrega. Resulta muy gratificante contemplar a Bruce Willis en su salsa, regalándonos no sólo su mejor actuación y película del 2013, sino de los últimos seis años mínimo. Es realmente curioso ver cómo el personaje de Moses posee más cualidades de John McClane que el propio personaje en la insufrible “La Jungla 5”.

En relación al resto de actuaciones, todos demuestran su categoría y caché acumulado durante años, demostrando tanto en la película como en la realidad que les queda cuerda para rato, y que no se dejarán amedrentar por las nuevas generaciones que intentan entrar con fuerza pero sin respeto por sus mayores. Si hay algún pero a las actuaciones, éste reside en el personaje de Byung Hun Lee siendo una mala copia del mejor Jet Li y un personaje introducido a la fuerza para ganarse en el mercado asiático.

La película es sincera y asume su rol de autoparodia, lo cual arroja de ella cualquier intento de profundizar en la trama y construcción profunda de los personajes, y se deja llevar por la aventura y descontrol. Una vez asumido que no se la puede tomar en serio (aparece pronto ese sentimiento, lo cual se agradece), se disfruta con más ganas, viendo con una carcajada perenne en la cara este agradable despropósito que sorprenderá a la gran mayoría de espectadores.

En resumen, nos encontramos ante una cinta que supera holgadamente a su predecesora, regalándonos múltiples escenas espectaculares y grandes dosis de humor, así como unas actuaciones que ya le gustaría tener a Sylvester Stallone en su saga de “Los mercenarios”.

Lo mejor: Que prescinde de ser realista y se entrega a la diversión y espectáculo totales, donde no hay escena aburrida.

Lo peor: Se puede decir que es previsible y sin el menor sentido, pero si el objetivo es entretener al espectador, aquí se le perdonan sus pecados.

Síguenos en Twitter: @cineralia y @EduQuintana16
Edu16k
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15 de diciembre de 2013
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
“RED” sirvió de contraste con “Los mercenarios” de Sylvester Stallone aunque cualquier espectador aferrado a la credibilidad debía haberse fumado las ocho temporadas de “Weeds” para dar por sentado esa diarrea de espectáculo y humor a golpe de derrape y casquillo. Las viñetas propiciadas por Warren Ellis —oscuras, sanguinarias y críticas— fueron plasmadas con un aire de burla sobre el formato bajo la atenta mirada de la comedia romántica y peliagudos discursos morales (y amorosos) mientras exterminaban, torturaban y destrozaban a esos anónimos secundarios de los que únicamente “Austin Powers: Misterioso agente internacional” se acordó. La conspiración global y los vertederos de los grandes imperios que ofrecía “RED” bien podían haber sido esquematizados en un solo clic de Wikileaks sin que Robert Schwentke ofreciera una colección de postales con montajes y efectos ágiles, donde su modulación caricaturesca aportaba honestidad al conjunto. Los guionistas de “Battleship”, Jon Hoeber y Erich Hoeber, dan la impresión de haber tomado nota y han servido a Dean Parisot un libreto en el que un documento filtrado en el sitio web, creado por Julian Assange, expone a Frank (Bruce Willis) y Marvin (John Malkovich) en una operación que puede suponer la devastación de una metrópolis gracias a un arma de destrucción masiva elaborada por el DaVinci de la Muerte de la era nuclear, interpretado por Anthony Hopkins. El catálogo de tarjetas y estampas está servido a modo de viñeta entre diferentes escenarios europeos como Londres, París y Moscú para que el director de “Dick y Jane, ladrones de risa” aporte más locura y desfase que el punto de partida, conduciendo a “RED 2” a un estado de emergencia fílmica y letanía con la spoof movie.

La cinta podría funcionar como una parodia de su primera parte con desequilibrios internos dentro de esos asuntos románticos entre Willis y Mary-Louise Parker como único material dramático para rellenar las secuencias de acción, disparos y peleas sin demasiada imaginación aunque sí enfocadas desde un presumible y funcional humor. Pese a que los fichajes pudieran ser sugerentes con Byung-hun Lee, David Thewlis o Catherine Zeta-Jones, realmente Anthony Hopkins resume en la incredulidad de su personaje el conjunto que ofrece “RED 2”: cualquier espectador ve venir la siguiente secuencia por mucha supuesta y pretendida sorpresa habite en sus protagonistas y giros. El peligro de la propuesta, aparte de su absoluta previsi/legi/bilidad, pudiera ser su línea moral en la que los argumentos de venganza de los villanos nos parecen más ‘políticamente correctos’ que las ansías de poder dentro del gobierno estadounidense o las egocéntricas y nihilistas razones para salvar el mundo de los supuestos héroes. Lamentablemente y además para Willis y Parker, la relación de Mirren y Cox con apenas unos segundos en pantalla e insinuantes movimientos de tobillo, entre fríos y asesinos disparos, resume mejor todas las intenciones de la propuesta y el germen de sus conflictos. ¿De verdad que se veían como esa pareja de ancianos que se ayudan torpemente por conseguir el botín de un macro-pack de papel higiénico en unos grandes almacenes? Desde la premisa al epílogo la vida soñada para el desfase, las misiones imposibles y las descargas de acción demuestran que la propia cinta no desea tomarse en serio bajo ningún concepto, pese a estructurarse y consolidarse sobre los estigmas y lugares comunes de los que se mofa.

La gracia de “RED” era aportar una cinta y protagonizada para adultos dentro de un género capitalizado por el mainstream entre adolescentes e impúberes salvadores del mundo. Aquí, el comportamiento digno de sociópatas y los moldes genéricos no ayudan en absoluto a catapultar la cinta más allá de sus autocomplacencia. El lado sexy de Mirren, algunas líneas de guión para Malkovich y los fogosos besos de Parker podrían salvarnos del tedio impuesto, aunque en ningún momento “RED 2” predica con su ejemplo, en versión original, acercándose únicamente al lado facilón del A-R-D-A «Adventure, romance, dangerous activities» que propone como juegos de pareja y salvoconducto de la felicidad durante la jubilación. La dura realidad es que la taquilla está pidiendo su anticipado retiro por encima de una tercera entrega ergo, ¿siempre nos quedará el papel higiénico?
Maldito Bastardo
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