Sherlock: La novia abominableTV
Intriga
¡Bienvenidos al Sherlock de 1895! Para el detective más famoso del mundo y su mejor amigo, algunas cosas continúan igual: la amistad, la aventura y sobre todo... los asesinatos. ¿Por qué se sorprende Thomas Ricoletti de ver a su mujer con su vestido de boda? Porque apenas unas horas antes la vio morir... El fantasma de la señora Ricoletti ahora parece recorrer las calles con sed de venganza, y sólo Holmes y el doctor Watson pueden hacer ... [+]
2 de enero de 2016
2 de enero de 2016
67 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han merecido la pena los dos años de espera para esta inyección de calidad visual, narrativa, argumental y cinematográfica en general.
Ojalá la mayoría de películas de alto presupuesto (sin insinuar que esto tenga un presupuesto humilde) que salen hoy en día tuvieran la mitad de cariño, dedicación y arte que envuelven estos 90 minutos (y eso obviando la genialidad)
Halagos aparte, creo que voy a hablar mejor sin limitación de spoilers, así que...
Ojalá la mayoría de películas de alto presupuesto (sin insinuar que esto tenga un presupuesto humilde) que salen hoy en día tuvieran la mitad de cariño, dedicación y arte que envuelven estos 90 minutos (y eso obviando la genialidad)
Halagos aparte, creo que voy a hablar mejor sin limitación de spoilers, así que...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La naturaleza introspectiva del episodio se nos plantea a los pocos minutos de visionado, pero son capaces de mantenernos suficientemente ocupados descifrando referencias al primer episodio, frases trampa y aspectos del siglo XIX que ni siquiera nos da tiempo a plantearnos que todo sea un sueño/delirio/castillo mental de Sherlock (al menos yo ni me lo he planteado hasta el final, no me ha hecho falta porque sabía que la causa de este "viaje en el tiempo" no me iba a decepcionar).
En cuanto al "desarrollo" o adaptación de los personajes a esta época, sin saber yo mucho de inglés clásico, me ha parecido el suficiente teniendo en cuenta la velocidad a la que se mueve la trama y que al final eran todos unas proyecciones de Sherlock.
Y hablando de proyecciones, esa escena de la cascada (cascada mostrada visualmente de manera muy onírica), que representa el parón del flujo mental de Sherlock, el estar atado a la idea de Moriarty y de cómo no es capaz de seguir sin él, y cómo, al final (y con la ayuda del inestimable Watson, el cual recibe una representación como "contador de historias" muy marcada en este episodio, por cierto ) es capaz de dejar que moriarty siga adelante con lo que tenga que hacer en el flujo de acontecimientos, ya que Sherlock volverá a perseguirle, porque es lo que tiene que hacer, pero librándose de esa obsesión insana que le nublaba el pensamiento. En dicha escena he observado referencias a Origen (con el tema del salto para despertar), The Matrix 3(con Moriarty siendo el virus en el disco duro que es la mente de Sherlock, y haciéndonos creer que acabaran destruyéndose el uno al otro) y a la segunda película de Sherlock Holmes protagonizada por Robert Downey jr, "Juego de Sombras" en la cual (cuidado que va spoiler) acaban tirándose ambos por la cascada como último remedio ante un "vencido" Sherlock, dejándolo así en un empate. Sin embargo, aquí juegan a un nivel de inteligencia mayor, y caer los dos a la vez no habría sido un final satisfactorio ni mucho menos, tal y como nos hace entender Moriarty. Por cierto, muy acertado ese gag en el que Sherlock comenta: "Vaya, no he despertado aun", ya que da a entender al espectador que todo el tema de la realidad difusa está llegando a su fin, y que no tiene que preocuparse tanto por eso ya.
Me ha gustado especialmente un detalle de narrativa visual en el que vemos la pantalla volverse de un color rojo intenso a medida que Sherlock enfurece.
Con la edición se han superado, y mira que era difícil, pero esos planos en los que investigan la escena del delito desde el salón, esa graciosa manera de mostrarnos las notas (es lo mismo que con los mensajes en otros episodios, pero me ha encantado por alguna razón), el momento de Sherlock jugando con los recortes de perióndico que levitan...y eso por no hablar de la primera escena en la que Watson aparece luchando en la guerra (o siendo disparado en la misma), que tiene un nivel visual del nivel de Mad Max Fury Road.
*Relájate, relájate, habla con propiedad*
He dejado el tema del feminismo aparte porque básicamente, entre tanta emoción, se me había olvidado, pero me resulta notablemente bien llevado, es asaltado de manera notablemente activa, y no es que nunca se hubieran introducido mujeres con papeles importantes y activos en la trama, pero la sutileza que han tenido para no forzarnos el tema por la garganta es muy raro de ver (Fury Road lo hace increíblemente bien también, estoy un poco enamorado, lo sé). Las mujeres no aparecen como personajes pasivos a los que se les ha dado actividad de manera artificial, son mujeres creíbles, mujeres que conocemos en nuestro día a día, no se exagera su importancia, se reivindica de manera firme, y hila muy bien para ocultarlo del caso principal aunque nos lo den a entender al principio.
Esto me avisa de que me estoy extendiendo demasiado, esta es mi primera crítica y parece casi una vomitona de palabras, pero no tengo mucho tiempo, un saludo queridos cinéfilos.
En cuanto al "desarrollo" o adaptación de los personajes a esta época, sin saber yo mucho de inglés clásico, me ha parecido el suficiente teniendo en cuenta la velocidad a la que se mueve la trama y que al final eran todos unas proyecciones de Sherlock.
Y hablando de proyecciones, esa escena de la cascada (cascada mostrada visualmente de manera muy onírica), que representa el parón del flujo mental de Sherlock, el estar atado a la idea de Moriarty y de cómo no es capaz de seguir sin él, y cómo, al final (y con la ayuda del inestimable Watson, el cual recibe una representación como "contador de historias" muy marcada en este episodio, por cierto ) es capaz de dejar que moriarty siga adelante con lo que tenga que hacer en el flujo de acontecimientos, ya que Sherlock volverá a perseguirle, porque es lo que tiene que hacer, pero librándose de esa obsesión insana que le nublaba el pensamiento. En dicha escena he observado referencias a Origen (con el tema del salto para despertar), The Matrix 3(con Moriarty siendo el virus en el disco duro que es la mente de Sherlock, y haciéndonos creer que acabaran destruyéndose el uno al otro) y a la segunda película de Sherlock Holmes protagonizada por Robert Downey jr, "Juego de Sombras" en la cual (cuidado que va spoiler) acaban tirándose ambos por la cascada como último remedio ante un "vencido" Sherlock, dejándolo así en un empate. Sin embargo, aquí juegan a un nivel de inteligencia mayor, y caer los dos a la vez no habría sido un final satisfactorio ni mucho menos, tal y como nos hace entender Moriarty. Por cierto, muy acertado ese gag en el que Sherlock comenta: "Vaya, no he despertado aun", ya que da a entender al espectador que todo el tema de la realidad difusa está llegando a su fin, y que no tiene que preocuparse tanto por eso ya.
Me ha gustado especialmente un detalle de narrativa visual en el que vemos la pantalla volverse de un color rojo intenso a medida que Sherlock enfurece.
Con la edición se han superado, y mira que era difícil, pero esos planos en los que investigan la escena del delito desde el salón, esa graciosa manera de mostrarnos las notas (es lo mismo que con los mensajes en otros episodios, pero me ha encantado por alguna razón), el momento de Sherlock jugando con los recortes de perióndico que levitan...y eso por no hablar de la primera escena en la que Watson aparece luchando en la guerra (o siendo disparado en la misma), que tiene un nivel visual del nivel de Mad Max Fury Road.
*Relájate, relájate, habla con propiedad*
He dejado el tema del feminismo aparte porque básicamente, entre tanta emoción, se me había olvidado, pero me resulta notablemente bien llevado, es asaltado de manera notablemente activa, y no es que nunca se hubieran introducido mujeres con papeles importantes y activos en la trama, pero la sutileza que han tenido para no forzarnos el tema por la garganta es muy raro de ver (Fury Road lo hace increíblemente bien también, estoy un poco enamorado, lo sé). Las mujeres no aparecen como personajes pasivos a los que se les ha dado actividad de manera artificial, son mujeres creíbles, mujeres que conocemos en nuestro día a día, no se exagera su importancia, se reivindica de manera firme, y hila muy bien para ocultarlo del caso principal aunque nos lo den a entender al principio.
Esto me avisa de que me estoy extendiendo demasiado, esta es mi primera crítica y parece casi una vomitona de palabras, pero no tengo mucho tiempo, un saludo queridos cinéfilos.
3 de enero de 2016
3 de enero de 2016
42 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que decir que me acerqué a este episodio con mucho temor tras el fiasco de "El último voto", el último episodio de "Sherlock" del 2014 que parecía más una parodia de James Bond. Pero para mi alivio creo que "La novia abominable" es uno de los mejores de la saga: Con un toque sobrenatural, el propio Watson cree que la explicación de los asesinatos es el fantasma de la novia que se suicida desde un balcón, Sherlock nos recuerda uno de sus lemas para resolver los misterios: " Una vez que descartas lo imposible, queda la verdad". (por cierto, lo de "elemental, querido Watson" no aparece en ninguna obra de Conan Doyle. Fue un añadido del cine que ha cuajado en la memoria colectiva).
En este episodio cobra mucho relieve Mycroft, a los que muchos de los personajes secundarios se refieren como el hermano listo de Sherlock, ( impagable las escenas del Mycroft gordo apostando contra Sherlock por su muerte de obesidad), y es quien le pone en la pista del misterio con la frase que uso en el título.
¿Y qué decir de Watson? Martin Freeman está impagable como el mejor Watson de la historia. No se limita a ser un comparsa, sino que ejerce de mejor (único) amigo de Sherlock. La escena en que los dos están vigilando por la noche y Watson quiere tener una conversación normal con un amigo es de una gran calidad e ingenio de guión (se pone de manifiesto la relación complicada de Sherlock con las mujeres ejemplificada en que lleve un retrato de "la mujer" Irene Adler en su reloj). Y en el episodio está muy contento porque se da cuenta de un detalle que a Sherlock se le ha pasado por alto relacionado con una mujer..
Pero ojo, que también Madame Watson tiene alguna de las mejores escenas reservadas ( atentos a los diálogos a tres en las ruinas de la iglesia).
Y sencillamente genial los saltos en el tiempo/ espacio entre el Sherlock del siglo XIX, que imagina el futuro, y el Sherlock del siglo XXI que necesita resolver el caso de la mujer abominable para entender cómo Moriarty ha vuelto. Gracias a ello asistimos a algunos magníficos diálogos entre Sherlock y su némesis Moriarty( otra gran actuación de Andrew Scott).
En suma, otra pequeña obra maestra con misterio, guión excelente, toques de humor, y unos grandes actores.
En este episodio cobra mucho relieve Mycroft, a los que muchos de los personajes secundarios se refieren como el hermano listo de Sherlock, ( impagable las escenas del Mycroft gordo apostando contra Sherlock por su muerte de obesidad), y es quien le pone en la pista del misterio con la frase que uso en el título.
¿Y qué decir de Watson? Martin Freeman está impagable como el mejor Watson de la historia. No se limita a ser un comparsa, sino que ejerce de mejor (único) amigo de Sherlock. La escena en que los dos están vigilando por la noche y Watson quiere tener una conversación normal con un amigo es de una gran calidad e ingenio de guión (se pone de manifiesto la relación complicada de Sherlock con las mujeres ejemplificada en que lleve un retrato de "la mujer" Irene Adler en su reloj). Y en el episodio está muy contento porque se da cuenta de un detalle que a Sherlock se le ha pasado por alto relacionado con una mujer..
Pero ojo, que también Madame Watson tiene alguna de las mejores escenas reservadas ( atentos a los diálogos a tres en las ruinas de la iglesia).
Y sencillamente genial los saltos en el tiempo/ espacio entre el Sherlock del siglo XIX, que imagina el futuro, y el Sherlock del siglo XXI que necesita resolver el caso de la mujer abominable para entender cómo Moriarty ha vuelto. Gracias a ello asistimos a algunos magníficos diálogos entre Sherlock y su némesis Moriarty( otra gran actuación de Andrew Scott).
En suma, otra pequeña obra maestra con misterio, guión excelente, toques de humor, y unos grandes actores.
9 de enero de 2016
9 de enero de 2016
51 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este nuevo (y desconcertante) capitulo especial de navidad de la serie Sherlock me ha dejado un poco descolocado. Me esperaba mas, sinceramente, y no es que el capitulo ofrezca poco porque hay que reconocer que ofrece mas de lo que promete pero ya me está cansando tanta repetición de la misma formula porque da la impresión que parece agotada. Este capitulo especial juega con todo lo iconico de la serie a modo casi de homenaje pero comete el gravisimimo error de abusar del metalenguaje y la paradoja (como ya hizo en la tercera temporada) porque al final, en vez de una buena historia, se limita a construir un grandioso castillo de naipes en el aire que no aporta demasiado aunque resulte entretenido. Lo mas curioso es que con "Sherlock: la novia abominable" da la impresión que la serie se les está escapando de las manos a Steven Moffat y a Mark Gatiss quienes han construido algo innecesariamente rápido, torpemente icónico y casi una parodia de si misma. No puedo decir que me haya decepcionado, Benedict Cumberbatch y Martin Freeman son capaces por si solos de mantener el interés pero si que he de decir que no acabo de entender el significado de este capitulo más alla del ligero divertimento, casi la travesura privada.
La traslación del moderno Sherlock a finales del siglo XIX comienza con buen pie pero pronto se revela como un truco mas (innecesario) para un ejercicio de autocomplaciencia. Y es que la película está maravillosamente empaquetada, con una ambientación muy buena e incluso con algunas escenas brillantes. Pero todo eso parece al servicio de un grave vacío argumental. Porque "Sherlock: La novia abominable" cuenta bien poco en realidad y lo que cuenta es un caos destinado tan solo a servir de puente para la cuarta temporada (por ese final abierto). Como un gigantesco cliffhanger de casi dos horas que nos quite el hambre de este moderno Sherlock a la espera de la cuarta temporada.
Debo reconocer que me gustaba mas el Sherlock modesto de la primera y la segunda temporada, la tercera temporada la contemple como un grave error de concepto, casi una desastre narrativo. Steven Moffat y Mark Gatiss cargaron las tintas de manera exagerada y ahora este capitulo especial sigue en esa linea de exageración que puede que asombre a algunos pero que a mi me parece cansino e irreal. Esperemos a la cuarta temporada a ver si consiguen atrapar con fuerza las riendas de este caballo desbocado en que se ha convertido la serie, pero me temo que eso, viendo este "Sherlock: La novia abominable", es bastante difícil.
La traslación del moderno Sherlock a finales del siglo XIX comienza con buen pie pero pronto se revela como un truco mas (innecesario) para un ejercicio de autocomplaciencia. Y es que la película está maravillosamente empaquetada, con una ambientación muy buena e incluso con algunas escenas brillantes. Pero todo eso parece al servicio de un grave vacío argumental. Porque "Sherlock: La novia abominable" cuenta bien poco en realidad y lo que cuenta es un caos destinado tan solo a servir de puente para la cuarta temporada (por ese final abierto). Como un gigantesco cliffhanger de casi dos horas que nos quite el hambre de este moderno Sherlock a la espera de la cuarta temporada.
Debo reconocer que me gustaba mas el Sherlock modesto de la primera y la segunda temporada, la tercera temporada la contemple como un grave error de concepto, casi una desastre narrativo. Steven Moffat y Mark Gatiss cargaron las tintas de manera exagerada y ahora este capitulo especial sigue en esa linea de exageración que puede que asombre a algunos pero que a mi me parece cansino e irreal. Esperemos a la cuarta temporada a ver si consiguen atrapar con fuerza las riendas de este caballo desbocado en que se ha convertido la serie, pero me temo que eso, viendo este "Sherlock: La novia abominable", es bastante difícil.
14 de enero de 2016
14 de enero de 2016
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
06/06(06/01/16) Divertido y entretenido especial de Navidad de la serie creada por Stefen Moffatt Y Mark Gatiss para la BBC, basada en los populares personajes salidos de la mente de Sir Arthur Conan Doyle, siendo el buque insignia el icónico detective Sherlock Holmes. Esta serie tuvo la particularidad de trasladar a los personajes al SXXI contemporáneo con memorable sinergia con el espíritu de Doyle, este especial dirigido por Douglas Mackinnon tiene la singularidad de devolvernos a Sherlock y su gente al tiempo en que fue pensado, la época victoriana en Londres, lo hace con pericia, con mucho humor, con un buen ritmo, con evocadoras situaciones homenajes a los clásicos escritos de Doyle, con una premisa interesante, como es costumbre en la serie homenajeando algún título de Conan Doyle, en este caso “Las cinco semillas de naranja” (1891). En el lado malo está que conforme avanza su trama se hace más difusa, pierde atractivo, sobre todo con un giro que desvirtúa todo lo visto hasta entonces, sintiéndome estafado, cayendo la historia en una introspección psicológica del protagonista bastante estrambótica, haciendo del episodio algo confuso y banal en su resolución, bien cogida en homenajes a capítulos claves de la saga, pero haciendo de lo visto un juego de trileros en el que nada queda resuelto.
La historia arranca en el Londres victoriano de finales de SXIX, allí Sherlock Holmes (Bennedict Cumberbatch), junto a su inseparable socio el Dr. Watson (Martin Freeman), ahora casado con Mary (Amanda Abbington), son requeridos por el inspector Lestrade (Rupert Graves) para intentar resolver el enigmático caso de “La Novia Abominable”. Emilia Ricoletti (Natasha O'Keeffe), en el día de su aniversario de boda se viste con su traje de novia, y desde el balcón de su casa dispara indiscriminadamente a la gente que pasa por la calle, tras lo que se pega un tiro en la boca, lo más desconcertante es que horas después Emilia dispara con una escopeta a su marido letalmente en el pecho. En el caso tendrán importancia el hermano de Sherlock, Mycroft (Mark Gatiss, coguionista de la serie) y el archienemigo del mítico detective, Moriarty (Andrew Scott).
El gran magnetismo del episodio es ver la interacción de estos personajes que hemos visto funcionar en mundo moderno, verlos como encajan en la época victoriana, lo desarrollan muy bien ambientado, un viaje al pasado evocador, arrancando en autoguiño a la serie igual que el piloto, con Watson volviendo a Londres tras servir en la Guerra de Afganistán, en este caso la anglo-afgana de la década de 1880, está el primer encuentro de este con Sherlock en la morgue, terminando alojados los dos en el 221B de Baker Street, tras lo que hay una elipsis temporal, Holmes y Watson acaban de resolver el caso del carbunclo azul, rindiendo homenaje explícito a la serie de la década, “Las aventuras de Sherlock Holmes” (1984-1994) de la cadena ITV, protagonizada por Jeremy Brett y Edward Hardwicke, esto en la melodía que se oye al llegar al 221 Baker St, tema de la serie de los 80. Me ha gustado que desde el principio Sherlock descartara lo simplón y obvio de manidos recursos, que hubieran sido que la solución al enigma de la asesina venida de los muertos, que fuera una gemela o un acto sobrenatural. Muy bien manejadas las apariciones de la “Novia Abominable”, dan escalofríos su imagen y acciones dantescas cuasi-espectrales, como esa puesta en escena marcadamente gótica, ejemplo el tramo en la mansión atacada por el fantasma, o en la secuencia en el laberinto, muy sugestiva. También el realizador utiliza recursos visuales apoyados en efectos visuales con gran sentido estético, como el modo turbador en que nos relatan un hecho con trucos visuales formidables de parar la imagen girar la cámara alrededor de los personajes y mostrar en el centro de la acción y de la calle el salón de Sherlock Holmes, o cuando Sherlock recopila información de unos recortes de periódico, estos flotan ante sus ojos y el detective los mueve a modo de puzle.
Los personajes están correctamente delineados, cobrando relieve el hermano de Sherlock, Mycroft, con la imagen que lo describió Doyle de obeso mórbido, aprovechando esto para hacer running-gag los hermanos sobre la gula de Mycroft y en cuanto tiempo le provocará esta la muerte. Encarnados por lkos actores con estupendo brío, propio de alguien que lleva mucho tiempo interpretándolos, destacando un gran Benedict Cumberbatch, aportando carisma y fuerte personalidad, Martin Freeman con su mesura y aplomo, un Mark gatiss hilarante, en una especie de copia del obeso de los Monty Python de “El sentido de la vida”, y Andrew Scott que en su poco tiempo demuestra una gran raza en transmitir ser un villano sutil e inteligente. Sobre todo es un relato en que se explora la compleja personalidad de un disfuncional tipo, sus tormentos personales, sus fantasmas, sus obsesiones, su paranoia, o su complicada relación con las mujeres, dejando ese extraño guiño Sherlock a Irene Adler cuando vemos su foto en el reloj de bolsillo del detective.
Pero al conjunto le falta solidez, carece de ser un conjunto pétreo, en su cambio de registro se retuerce demasiado hasta provocar el alejamiento del espectador al desconcertarlo con su giro, cayendo en lo onírico mezclado con el tiempo actual, esto hace que el desarrollo se atasque, perdiendo fuelle y fuerza el episodio, un tiempo atropella al otro dejando las dos vertientes arrugadas, estando la tercera, la onírica bastante cogida por pinzas, con el ya sobado tema de las drogas como inductor de mundos paralelos, convirtiéndose el capítulo en una trampa de hora y media. Da tantos giros sobre sí mismo que al final termina por marear al espectador, pareciendo al final que el episodio iba hacia ningún lado, con última parada en medio de la nada.
(sigue en spoiler)
La historia arranca en el Londres victoriano de finales de SXIX, allí Sherlock Holmes (Bennedict Cumberbatch), junto a su inseparable socio el Dr. Watson (Martin Freeman), ahora casado con Mary (Amanda Abbington), son requeridos por el inspector Lestrade (Rupert Graves) para intentar resolver el enigmático caso de “La Novia Abominable”. Emilia Ricoletti (Natasha O'Keeffe), en el día de su aniversario de boda se viste con su traje de novia, y desde el balcón de su casa dispara indiscriminadamente a la gente que pasa por la calle, tras lo que se pega un tiro en la boca, lo más desconcertante es que horas después Emilia dispara con una escopeta a su marido letalmente en el pecho. En el caso tendrán importancia el hermano de Sherlock, Mycroft (Mark Gatiss, coguionista de la serie) y el archienemigo del mítico detective, Moriarty (Andrew Scott).
El gran magnetismo del episodio es ver la interacción de estos personajes que hemos visto funcionar en mundo moderno, verlos como encajan en la época victoriana, lo desarrollan muy bien ambientado, un viaje al pasado evocador, arrancando en autoguiño a la serie igual que el piloto, con Watson volviendo a Londres tras servir en la Guerra de Afganistán, en este caso la anglo-afgana de la década de 1880, está el primer encuentro de este con Sherlock en la morgue, terminando alojados los dos en el 221B de Baker Street, tras lo que hay una elipsis temporal, Holmes y Watson acaban de resolver el caso del carbunclo azul, rindiendo homenaje explícito a la serie de la década, “Las aventuras de Sherlock Holmes” (1984-1994) de la cadena ITV, protagonizada por Jeremy Brett y Edward Hardwicke, esto en la melodía que se oye al llegar al 221 Baker St, tema de la serie de los 80. Me ha gustado que desde el principio Sherlock descartara lo simplón y obvio de manidos recursos, que hubieran sido que la solución al enigma de la asesina venida de los muertos, que fuera una gemela o un acto sobrenatural. Muy bien manejadas las apariciones de la “Novia Abominable”, dan escalofríos su imagen y acciones dantescas cuasi-espectrales, como esa puesta en escena marcadamente gótica, ejemplo el tramo en la mansión atacada por el fantasma, o en la secuencia en el laberinto, muy sugestiva. También el realizador utiliza recursos visuales apoyados en efectos visuales con gran sentido estético, como el modo turbador en que nos relatan un hecho con trucos visuales formidables de parar la imagen girar la cámara alrededor de los personajes y mostrar en el centro de la acción y de la calle el salón de Sherlock Holmes, o cuando Sherlock recopila información de unos recortes de periódico, estos flotan ante sus ojos y el detective los mueve a modo de puzle.
Los personajes están correctamente delineados, cobrando relieve el hermano de Sherlock, Mycroft, con la imagen que lo describió Doyle de obeso mórbido, aprovechando esto para hacer running-gag los hermanos sobre la gula de Mycroft y en cuanto tiempo le provocará esta la muerte. Encarnados por lkos actores con estupendo brío, propio de alguien que lleva mucho tiempo interpretándolos, destacando un gran Benedict Cumberbatch, aportando carisma y fuerte personalidad, Martin Freeman con su mesura y aplomo, un Mark gatiss hilarante, en una especie de copia del obeso de los Monty Python de “El sentido de la vida”, y Andrew Scott que en su poco tiempo demuestra una gran raza en transmitir ser un villano sutil e inteligente. Sobre todo es un relato en que se explora la compleja personalidad de un disfuncional tipo, sus tormentos personales, sus fantasmas, sus obsesiones, su paranoia, o su complicada relación con las mujeres, dejando ese extraño guiño Sherlock a Irene Adler cuando vemos su foto en el reloj de bolsillo del detective.
Pero al conjunto le falta solidez, carece de ser un conjunto pétreo, en su cambio de registro se retuerce demasiado hasta provocar el alejamiento del espectador al desconcertarlo con su giro, cayendo en lo onírico mezclado con el tiempo actual, esto hace que el desarrollo se atasque, perdiendo fuelle y fuerza el episodio, un tiempo atropella al otro dejando las dos vertientes arrugadas, estando la tercera, la onírica bastante cogida por pinzas, con el ya sobado tema de las drogas como inductor de mundos paralelos, convirtiéndose el capítulo en una trampa de hora y media. Da tantos giros sobre sí mismo que al final termina por marear al espectador, pareciendo al final que el episodio iba hacia ningún lado, con última parada en medio de la nada.
(sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quedándonos al final cierta sensación anárquica, todo una muleta para sostener unos cuantos homenajes al mítico detective inglés, las cataratas Reichenbach o el profesor Moriarty. Ejemplo de lo disperso que resulta el argumento es lo cogido con pinzas que está lo de la logia de mujeres, algo mal engarzado orgánicamente, nos deja fríos, sin poder de empatizar con ellas.
Spoiler:
Al medio film nos enteramos que todo lo visto ocurre realmente en la mente de Sherlock, en su “Palacio Mental”, todo es un sueño-pesadilla producto de las drogas ingeridas para aguantar un viaje en avión, justo el que cogió en el último capítulo, cuando tras un asesinato a sangre fría Sherlock como mal menor, y gracias a su hermano Mycroft fue desterrado. De todo esto nos enteramos cuando el profesor Moriarty aparece en la casa de Sherlock y se produce un duelo dialéctico que deriva a que elípticamente llegan a las cataratas suizas Reichenbach, donde se pelean, apareciendo de la nada el Dr. Watson para disparar a Moriarty, y como parece que Sherlock sin su némesis no encuentra sentido a su existencia se tira al vacío. Total, que queda una especie de versión sherlockiana de “Inception” de Nolan, donde el misántroipo investigador se auto psicoanaliza en su perturbada mente, en que combate contra sus demonios internos.
En conjunto me queda una coja propuesta, muy lastrada por el cambio radical que sufre la historia, se han pasado Gatiss y Moffatt de listos y pretenciosos, no hubiera pasado nada por hacer un capítulo entero, sin trampas, con los detectives en la época victoriana. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
Al medio film nos enteramos que todo lo visto ocurre realmente en la mente de Sherlock, en su “Palacio Mental”, todo es un sueño-pesadilla producto de las drogas ingeridas para aguantar un viaje en avión, justo el que cogió en el último capítulo, cuando tras un asesinato a sangre fría Sherlock como mal menor, y gracias a su hermano Mycroft fue desterrado. De todo esto nos enteramos cuando el profesor Moriarty aparece en la casa de Sherlock y se produce un duelo dialéctico que deriva a que elípticamente llegan a las cataratas suizas Reichenbach, donde se pelean, apareciendo de la nada el Dr. Watson para disparar a Moriarty, y como parece que Sherlock sin su némesis no encuentra sentido a su existencia se tira al vacío. Total, que queda una especie de versión sherlockiana de “Inception” de Nolan, donde el misántroipo investigador se auto psicoanaliza en su perturbada mente, en que combate contra sus demonios internos.
En conjunto me queda una coja propuesta, muy lastrada por el cambio radical que sufre la historia, se han pasado Gatiss y Moffatt de listos y pretenciosos, no hubiera pasado nada por hacer un capítulo entero, sin trampas, con los detectives en la época victoriana. Fuerza y honor!!!
4 de enero de 2016
4 de enero de 2016
23 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esa frase final con la que Sherlock termina el especial de Navidad "La novia abominable" resume perfectamente la historia del capítulo y responde a los críticos que no les gusta este Sherlock de Benedict Cumberbatch, ambientado en el siglo XXI. al fin y al cabo, qué más da dónde sitúen al personaje, si es un personaje inmortal.
Es imprescindible ver el especial para no perder el hilo cuando empiece la cuarta temporada. Si quieres saber qué pasó realmente sin ver el capítulo, lo cuento en Spoilers.
El especial, sigue dos líneas temporales distintas. Una continúa donde lo dejó el último capítulo de la serie, con Moriarty reaparecido, y otro que no son más que los sueños de Sherlock (mientras le dura un colocón durante el viaje en avión con que termino el mencionado último capítulo) ambientado en la era vitoriana, Y nos presenta a los Sherlock y Watson originales tal y como los concibió su creador. Resolviendo el caso de una novia que finge su suicidio para al día siguiente reaparecer como un fantasmas y matar a su marido.
Todo lo demás sigue igual, las actuaciones, los diálogos ágiles y la ironía. Buenísimo el guiño de que Sherlock vea en su imaginación a su hermano Mycroft como un gordo asqueroso. (cuánto se odian y cuanto se necesitan los dos hermanos)
Es imprescindible ver el especial para no perder el hilo cuando empiece la cuarta temporada. Si quieres saber qué pasó realmente sin ver el capítulo, lo cuento en Spoilers.
El especial, sigue dos líneas temporales distintas. Una continúa donde lo dejó el último capítulo de la serie, con Moriarty reaparecido, y otro que no son más que los sueños de Sherlock (mientras le dura un colocón durante el viaje en avión con que termino el mencionado último capítulo) ambientado en la era vitoriana, Y nos presenta a los Sherlock y Watson originales tal y como los concibió su creador. Resolviendo el caso de una novia que finge su suicidio para al día siguiente reaparecer como un fantasmas y matar a su marido.
Todo lo demás sigue igual, las actuaciones, los diálogos ágiles y la ironía. Buenísimo el guiño de que Sherlock vea en su imaginación a su hermano Mycroft como un gordo asqueroso. (cuánto se odian y cuanto se necesitan los dos hermanos)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Moriarty está realmente muero. Sherlock se indujo la sobredosis para indagar en las profundidades de su mente resolviendo un caso de 1895 similar al suicidio de Moriarty. La conclusión que su enemigo está muerto realmente, pero ha dejado diseñado un plan que se activara con él muerto, que será lo que veamos en la 4 temporada.
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