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Luz en el alma

Cine negro. Drama Jackie Lamont (Deanna Durbin), la joven cantante de un club privado, le cuenta al teniente Charles Mason las dificultades de su matrimonio con el aristócrata sureño Robert Manette (Gene Kelly), un hombre de carácter inestable, al que se acusa de haber asesinado a su jefe. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
10 de octubre de 2007
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film de la Universal, realizado por Robert Siodmak ("A través del espejo", 1946). Escrito por Herman J. Mankiewicz, adapta la novela "Christmas Holiday" (1939), de Somerset Maugham. Se rueda en Universal Studios, con un presupuesto modesto. Es nominado a un Oscar (banda sonora). Producido por Felix Jackson, que entonces estaba casado con D. Durbin, se estrena el 7-VI-1944 (EEUU).

La acción principal tiene lugar en Nueva Orleans (Louisiana, EEUU), en la Nochebuena y el día de Navidad de 1943, durante la IIGM. Mediante "flashbacks" la protagonista recuerda un relato de 3 años. Abigail Martin/Jackie Lamont (Deanna Durbin) es una muchacha joven, inexperta, sencilla y melómana, que en un concierto conoce a Robert Monette (Gene Kelly). Poco después se casan.

La película analiza el universo de las adicciones, con especial referencia al alcohol y al juego, y sus efectos devastadores en quienes las padecen y en su entorno familiar. Estudia un caso de complejo de Edipo que comporta una estrecha dependencia patológica del hijo respecto de la madre (Gale Sondegaard), con antecedentes de relaciones incestuosas. Observa el comportamiento violento de personas inestables y enfermas, con las que la conviviencia se hace muy difícl. Sus propósitos de enmienda son en general efímeros. La capacidad de influir en ellas por parte de otras personas es escasa. Muestra las relaciones que encadenan frecuentemente el alcohol, el juego y las drogas, con la violencia, el robo, la extorsión y el crimen, y con conductas desordenadas y compulsivas, como los celos obsesivos. Se refiere, además, a las consecuencias que una problemática compleja de adicciones, violencia y crimen, genera en los allegados a través de diversas vías, como son frustración de expectativas, reproches de terceros, erosión de la autoestima y la mala conciencia que puede llevar a una errónea autoinculpación y, en ocasiones, a situaciones inconvenientes de autocastigo. La acción se desarrolla en una atmósfera de tensión, que condiciona la acción e influye en los personajes.

La música, de Hans J. Salter, combina melodías de baile, solos de piano y pasajes orquestales emotivos y rotundos, que reiteran variaciones del tema central de "Always". Añade el "Adeste fideles" (cuando Abigail llora en la iglesia) y dos de las canciones más populares de Durbin: "Always" (Irving Berlin) y "Spring Will Be A Little Late This Year" (Freench Loesser). La fotografía, de inspiración expresionista, hace uso de imágenes reflejadas en espejos, proyección de sombras, ambientes oscuros y encuadres oblícuos. Construye excelentes composiciones, de perfiles bien definidos, con escalas amplias de luz que resaltan una amplia gama de grises. La interpretación de Durbin y Kelly, en papeles alejados de su especialidad en comedia musical, son discretos y correctos. La dirección maneja con habilidad y eficacia los resortes de tensión y suspense del film.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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19 de junio de 2011
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que convierte al Amor en algo incomparable y maravilloso, es su disposición irrestricta para comprender; su capacidad de conocer y aceptar el polo de sombra que hay en el otro; y su empatía para unirse, a aquel que yerra, en su afán de redención o de superación. Con todo ésto, no siempre triunfa el amor, porque el deseo de cambio del que hace las veces de victimario, no siempre es sólido o sincero; porque no siempre se está calificado para hacer lo que se tiene qué hacer (y el amor debe ir unido a la razón)... o porque el universo tiene otros planes, con aquel o contigo, que no siempre se pueden cambiar.

Jackie Lamont, es, ahora, la cantante de la Mansión Lafayette, un lugar de non sancta reputación, al que se puede ingresar por diversas razones. La de, Jackie, la conoceremos en algún momento y puede descubrirnos que, no siempre es el afán de “pecado” lo que puede motivarnos a hacer ciertas cosas. Allí, Jackie conocerá al teniente, Charlie Mason, un joven que acaba de recibir un desengaño de la chica con la que esperaba casarse, y con él se conectará hasta el punto de desahogar el sufrimiento que amarga su vida.

Se inicia, así, una larga retrospectiva, donde se alternarán los tiempos en que Jackie (ahora con su verdadero nombre, Abigail Martin), contará su historia con Robert Manette, el único hombre al que ha amado hasta ahora y al que cree que amará siempre, pese a sus liviandades.

Basado en una historia de, W. Somerset Maugham, <<LUZ EN EL ALMA>>, es un filme de amores y desengaños; de aquellos que creen que el amor es “sólo darse”, sin preocuparse de “cómo darse”; y de esos otros que lo esperan todo sin asegurarse de que, por su parte, han hecho lo suficiente para merecerlo.

Siento que, al director, Robert Siodmak, le faltó algo de intensidad en la manera de contar ciertos hechos, pero no obstante, logra motivarnos empatía por las figuras de la chica (la niña prodigio, Deanna Durbin, ahora como una atractiva adolescente) y, un tanto menos, por la del frustrado teniente. Sorprende ver al fabuloso bailarín, Gene Kelly, haciendo con soltura un rol atípico de chico malo, pero, su personaje decepciona por la manera como actúa en el clímax de la historia.

Ignoro, qué tan ajustado haya sido el guion de, Hermann J. Mankiewicz, a la obra del escritor... o qué suerte de injerencias hayan tenido los productores en ésta realización, pero, siento que, <<LUZ EN EL ALMA>>, pudo ser mucho mejor. Sin embargo, es posible encontrar en la película, hechos interesantes sobre los que vale la pena reflexionar. Maugham, sabía unas cuantas cosas acerca de la vida.
Luis Guillermo Cardona
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27 de abril de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin discrepar en lo esencial de las otras críticas que se han hecho de esta película, mi pobre puntuación sobre ella tiene que ver con las dificultades con las que progresa la narración. Me parece extraño que en una película de 90 minutos escasos, se inviertan unos 20 en empezar a exponer las sustancia del asunto. El recurso narrativo del militar abandonado por su novia lo encuentro pobre e innecesariamente estirado. Otro tanto se puede decir de la interminable escena de la misa del gallo. No es Siodmak sospechoso de tener problemas en su ritmo narrativo pero aqui, a mi juicio, si que los tiene.

Cuestión aparte y estrictamente subjetiva es mi imposible empatía con la actriz Deanna Durbin a la cual no me puedo creer ni en esta, ni en cualquier otra de sus películas. Ciertamente esperaba bastante más de esta película.
Juanjix
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30 de octubre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el comienzo la película consigue crear una atmósfera de interés aunque los prolegómenos resultan premiosos y le cuesta entrar en materia.
La ambientación es magnífica y el ejercicio de descripción minucioso pero el conjunto resulta avasallador por el excesivo afán de contextualizar la acción adecuadamente. Por eso el espectador, en ocasiones, no sabe a qué atenerse, debe permanecer a la expectativa durante un buen rato y el desconcierto se erige en protagonista.
R. Siofmak imprime una notable y deliberada sensación de provisionalidad psicológica cuya línea sinuosa se apodera de un argumento que adopta carácter retrospectivo.
Película de cine negro para degustar de forma pausada, sin sobresaltos ni estridencias y excelente ocasión para dejarse llevar por el conjunto de sugestivos componentes dispersos a lo largo de todo el film como pequeñas luces de alma cinematográfica.
ABSENTA
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4 de junio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Le cuesta entrar en materia, pero cuando lo logra lo consigue.
No es muy usual rodar escenas de misas, pero esta es conmovedora. Y es la razón que explica la confesión de la muchacha al militar desconocido.
Del director no voy a decir nada más aquí, es uno de mis favoritos.
El guión es de Herman J. Mankiewicz, casi nada, sobre una novela de W. Somerset Maugham, uno de mis escritores favoritos. Es evidente que la película tenía que ser un éxito.
Historia de cine negro, recuerdos, culpas, adicciones. Narrada con pulso, con un metraje adecuado, narra la confesión de una cantante de cabaret a un militar la nochebuena de 1940 y algo... A él le ha dejado de novia prácticamente en el altar, de camino a casa una tormenta hace que tenga que desviarse su vuelo, aterrizando en otra ciudad. Allí un periodista que le ve en el hotel le lleva a un cabaret, con pinta de prostíbulo en el que conoce a una chica. Entre ellos entablan una cierta amistad, en la que ella le cuenta cómo su marido asesinó hace años a un corredor de apuestas, y él participa de la conversación sin intervenir demasiado ni contar sus propios problemas. Narra con delicadeza el comienzo del noviazgo y del matrimonio de la chica. Es algo edulcorada, almibarada, al centrarse tanto en la historia de amor pierde entidad la conversación con el militar y los aspectos más negros de la historia, quedándose a medio camino entre un melodrama, una historia de amor y un relato de cine negro.
Adicciones, celos, complejo de edipo, muchas cosas para 90 minutos.
El reparto: Gene Kelly, en una de sus primeras películas, Deanna Durbin, que es una actriz que veo por primera vez, cantante y actriz que intervino en películas de los treinta y los cuarenta que tenía facilidades para cantar, pues era soprano. Se cuenta que Winston Churchill y Benito Mussolini fueron admiradores suyos, y también que Anna Frank tenía una foto suya colgada en la pared del escondite en el que intentaba escapar de los nazis. Es la primera cinta suya que veo, y si es cierto que tiene esa cara dulce, almibarada, redonda de funciones suaves y enérgica mirada. Solo 21 películas y al parecer todas en la Universal, a la que estaba vinculada desde adolescente. Indiscutible estrella juvenil tuvo la desdicha de ser considerada una estrella juvenil. Abandonó pronto la meca del cine, casándose con un director francés, recluyéndose en Francia, en un pueblo cerca de París para no regresar jamás al cine, a pesar de tener multitud de ofertas.
El director rodó en 1944 estas cuatro películas: La dama desconocida (1944), La reina de Cobra (1944), Luz en el alma (1944) y El sospechoso (1944). Impresionante.
ÁAD
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