Los ladrones van a la oficina (Serie de TV)

Se remontan mis primeros conocimientos televisivos a esta gran serie española de principios de los noventa que junta en su reparto a unos cuantos de los mejores actores españoles de la historia. Y es que reunir en una misma serie a José Luis López Vázquez, Fernando Fernán Gómez, Francisco Rabal, Agustín González o Manuel Alexandre no es sino una delicia. Con ciertos tintes de serie televisivo-teatral, es capaz de trasladarnos a la edad de oro de nuestra literatura. Ese Patio de Monipodio, esos Rinconetes y Cortadillos de la España moderna que se juntan en un bar donde llevan a cabo tropelías, engaños, desbarajustes y otros menesteres, propios de personajes ya digo, sacados de lo más profundo de nuestra literatura de oro. Diálogos divertidos y a veces geniales, personajes entrañables y frases inolvidables hacen de esta una de las mejores, y sin embargo no tan valoradas, series de la historia de nuestra televisión. Inolvidable.

Esta serie tenía un hilo argumental de un gusto más que dudoso pero sólo por contar con un reparto absolutamente espectacular con nombres como Fernando Fernán Gómez, José Luís López Vázquez, Agustín González, Manuel Alexandre, Francisco Rabal,... tela, la pongo como pasable porque cada episodio era un desfile de talento. Luego estaban por ahi personajes como el mudo que interpretaba el Resines, el de Anabel Alonso o la Rossi de Palma, pero mejor no hablar de eso.

El título de esta serie es uno de los más adecuados, muchas veces los ladrones más grandes se esconden tras un escritorio (sin ánimo de ofender) eso es lo que creen los personajes de esta serie para justificar sus actos. Con un reparto de estrellas españolas bastante bueno mostraba situaciones graciosas, pero no llegaba al nivel de comicidad necesario para desmarcarse del 5.

Brutalmente entretenida en cada episodio, de principio a fin. Con algunos toques de humor aunque sin llegar a ser desternillante ni mucho menos. Lo mejor sin duda el reparto, ese gran elenco de los mejores actores españoles. Esta serie es la que deberíamos exportar, y no Los Serrano o Física o Química. Y es por eso que cada vez que veo esos bodrios actuales me entra la nostalgia al acordarme de esta serie.

Desgraciadamente esta serie contiene muchísimos fallos debidos a que en algunos capítulos no aparecen siempre los mismos actores. Unos capítulos son mediocres, mientras que otros son desternillantes. Lo que verdaderamente la salvó fue que en las temporadas siguientes a las primeras la serie se centrara en el personaje del comisario García, interpretado por Agustín González. Remarcables las interpretaciones de los actores, especialmente las de Fernando Fernán Gómez, Agustín González y Roberto Cairo, que la hacen más interesante. A nivel de comedia se queda más valiosa para los nostálgicos, pero creo que series más reconocidas que vinieron después la superaron. Pero merece la pena resaltar positivamente el interés central por narrar la vida de unos timadores típicos de España, que quieras o no, te advierte de algunos timos que te puedan hacer si eres un insensato.