Esta es otra de mis series de dibujos animados intocables.
Al recordarla, de nuevo vuelvo a sentirme afortunada por haber nacido en el momento propicio para que esta serie se cruzara en mi trayectoria vital en mis años tiernos.
Entre tantos dibujos animados que seguí, los de "La abeja Maya" son de los que recuerdo con más cariño.
Cuántas tardes la dulce Maya me cogió de la mano y me condujo volando a su país multicolor, me presentó a todos sus amigos, que se convirtieron automáticamente en amigos míos también, y me hizo pasar por cientos de aventuras, entre las cuales la de crecer y transformarse en una persona mejor cada día era la aventura más hermosa.
Maya, la traviesa y entrañable Maya, una abeja obrera inquieta e imaginativa, nos enseñó lecciones de humanidad.
En algún momento de mi crecimiento, ella me tomó de la mano y avanzó a mi lado dejándome en los labios el regusto dorado de la miel, y ya nunca me soltó.
Siempre volará conmigo.

¿Como no adorar esta maravillosa serie? Los entrados en el medio siglo descubrimos de manera amena y aprendimos a respetar los cientos de bichitos que pululan por nuestra naturaleza gracias a la abeja Maya. Historias autoconclusivas de amistad y buenos sentimientos, la serie nos ofrecía una amable y curiosa heroína infantil y un gran conjunto de secundarios: Flip el saltamontes, Willy, Max la lombriz, la araña, el ejército hormiga... en cada episodio solía aparecer un insecto nuevo. La serie fue objeto de merchandising , con su colección de cromos, y sus discos, con canciones para cada personaje. Esa maravillosa de Karel Svoboda era un añadido que lograba el cóctel perfecto. A mis hijos, cuando eran muy pequeños, les gustaba, por que no perdió jamás la magia que no han tenido sus versiones actuales.

Esta abeja se caracterizaba por su bondad y por que prefería pasear por el bosque y relacionarse con los demás seres que trabajar en la colmena. Sus aventuras entretuvieron a los niños de los 70 y nunca olvidaré su canción.

En un país multicolor
nació una abeja bajo el sol
y fue famosa en el lugar
por su alegría y su bondad.
Y a la pequeña abeja la llamaron Maya,
la pequeña y dulce abeja Maya.
Maya vuela sin cesar
a su mundo sin igual.

No hay problemas que no solucione Maya,
la pequeña y dulce abeja Maya.
Maya, yo te quiero Maya,
Maya (Maya), Maya (Maya),
Maya, ven y háblanos de ti
Una mañana al pasear
vi una abeja en una flor
que al acercarme me miró
con sus ojitos de color.

Y esta abeja era nuestra amiga Maya,
esta bella dulce abeja Maya.
Maya vuela sin cesar
en su mundo sin maldad.

No hay problema que no solucione Maya,
la traviesa y dulce abeja Maya.
Maya, yo te quiero Maya,
Maya (Maya), Maya (Maya),
Maya, ven y háblanos de tí.

Maya, yo te quiero Maya,
Maya (Maya), Maya (Maya),
Maya, ven y háblanos de tí.

Hay historias que tienen alma y otras que no la tienen, y la abeja Maya tiene mucha alma, y por eso todavía se le sigue recordando.

Desde una canción que ha hecho historia y sigue sonando tras varias generaciones, la historia de esta abeja ha marcado a muchas generaciones, y es de entender.

Cuando veo las aventuras de esta abeja, me vienen recuerdos maravillosos, una infancia ya pasada, si quiero viajar en el tiempo y volver a ser un niño, solamente tengo que volver a esta serie y a otras tantas que marcaron mi infancia.

El diseño está muy pasado de moda, pero hay algo que las grandes productoras de ahora no tienen, y es alma, estos dibujos tienen espíritu, tienen vida, pero sobre todo tienen valores reales, la abeja Maya retrata nuestra infancia y la manera tan sincera de descubrir el mundo.

Lo mejor de todo es que lo pueden ver los niños de ahora y lo podemos seguir viendo nosotros los mayores, nosotros lo veremos de una manera nostálgica y los más pequeños, verán unos dibujos entretenidos y educativos.

Además tiene algo muy bueno, y es la energía tan positiva que trasmite, incluso los “dramas” que se suceden son positivos.

Unos dibujos recomendables para cualquier generación.

Una clarísima crítica al sistema y un canto a favor de la libertad. Maya, una abeja distinta que no comprende las leyes establecidas en la colmena y decide regirse por su propia voluntad, a menudo se mete en problemas debido a su curiosidad incesante. Maya es el caballo de alma concupiscible para el auriga que simbolizan las autoridades de la colmena; el sueño anarquista; la antiley. Para personas de 0 a 99 años, Maya es y será siempre una serie animada entrañable y profundamente simbólica.